La Sombra de las Estrellas [L...

By PilarEvans

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"- Mañana todo volverá a ser como antes. Por separado brillaremos, pero al juntarnos nuestras sombras nos imp... More

Prólogo.
2. Aguafiestas
3. Diego Vega
4. Bajada de la cima
5. Castigo
6. Planes paralelos
7. Encuentro inesperado
8. No todo es tan fácil
9. Primera cita
10. ¿Serás capaz de conocerme?
11. Empieza la tormenta
12. Miedo
13. Intruso
14. Una noche larga
ANUNCIO
15. Tres días
16. Amenazas
17. Reencuentros
18. Verdades
19. I miss you
20. ¿Ella aquí?
21. El juego.
22. Memories he never can scape
23. Rompiendo muros
24. Little me
25. Sombra de las estrellas
26. Recuerdos de medianoche
27. Can't forget
28. En contra
29. ¿Tu novia?
30. Desconcierto
31. Impulso
32. Cara a cara
33. Le tengo miedo
34. ¿Ayuda?
NECESITO VUESTRA OPINIÓN
35. Fotografía
36. Basta de huir.
37. Cita
38. Otra vez
39. Contraataque
40. A salvo
41. Recordando
42. Somos uno
43. Nightmare
44. Confusión
45. Te quiero
46. Teorías
47. Diferente

1. Comienzo

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By PilarEvans

El olor a tubo de escape, alcohol, cigarros, colonias caras y otras de las muchas sustancias perjudiciales en el ambiente, mezclado con la música barata de los coches tuneados más caros de la ciudad hacían que Luke se sintiera no solo bien, hacían que se sintiera vivo.

Todo el mundo iba de un lado para otro, chocándose, liándose o perdiendo la poca dignidad que a algunos les quedaba, si es que alguna vez la tuvieron. Él los miraba, disfrutando del lugar y su adrenalina, apoyado en su BMW negro mientras inhalaba la nicotina de su cigarro eléctrico, si es que se le podía llamar así.

- Joder, esto sabe a mierda. Dan ganas de apagarlo y encenderse uno de verdad.- gruñó mirando el regalo que su tio Louis le había dado apenas unos días.

- Si es que no sé qué haces tomando esas mierdas, solo es vapor de agua con sabor.- intervino una voz femenina a su derecha.

- Calla Pi. Me lo regaló mi tio, dice que o dejo de fumar o me deja de pasar dinero.- Echó el humo con nerviosismo.

- Me estas poniendo nerviosa.- le arrebató el aparato y le tendió un cigarro.- Esto sí es lo que necesitas, no chorradas de niño pijo.

Pilar, o Pi, como la solía llamar Luke no se caracterizaba especialmente por su largo pelo cobre con las puntas rojas y su cara de niña buena, lo hacía por su rebeldía y carencia de vergüenza. Según ella, la vida hay que vivirla al máximo, jodiendote por dentro y por fuera si era necesario, porque cuando seas mayor y estés encerrado en cualquier oficina, ya no podrás hacer nada para remediarlo. No era una chica de esas que vivían por y para el sexo como la mayoría, simplemente tenía su propio estilo y por eso solía llamar la atención fuera donde fuese. Era una chica de ideas claras.

Luke y ella eran amigos desde que los dos entraron al colegio con apenas 4 años, desde siempre, Luke la llamaba Pi o alguno de los muchos motes que se le ocurrían, según él detestaba tener que llamar a su mejor amiga como su madre, así que decidió llamarla así.

- Cuando sea mayor y esté hecho una mierda por dentro, mandaré a un agente secreto a que te mate.- añadió encendiéndose el cigarro. Esto sí era sentirse bien.

- Lo que tú digas rubito... - hizo una pausa.- ¿Sabes algo de Hugo?

- Ni me lo recuerdes, ese gilipollas tendría que estar aquí hace media hora.- gruñó Luke molesto.

- Estará con uno de sus ligues... No es nada nuevo.- chasqueó la lengua.

-¡Eh, tú! - los dos amigos miraron al frente como pudieron, ya que el humo y el ambiente del lugar no ayudaban en absoluto.- ¡Hemmings! - Luke se sobresaltó al percatarse de que enfrente tenía a un gran hombre. Debió de ponerse las lentillas antes de salir de casa, no era buena no ver de lejos en sitios así.

- Ey, cuanto tiempo... - le miró de arriba a abajo.- ¿Alonso?

- Sí, Hemmings, sí.- rodó los ojos.

Si de algo se caracterizaba Luke, era de olvidarse los nombres de la gente. Con las caras tenía un don de recordarlas todas, pero los nombres eran un gran problema para él.

- ¿Dónde está tu amigo? - volvió a hablar.- O viene ya o perderéis una gran cantidad de dinero... Y no solo vosotros, sino todos los que han apostado por él, así que más os vale que esté aquí ya.- le apuntaba en el pecho con el índice.

- Tranquilo, vendrá. O sino ya me encargaré yo mismo de darle la paliza de su vida.- empujó al hombre con asco.

Aunque ese hombre era casi diez años mayor que él, a sus 18, Luke odiaba que gente inferior que él en todos los sentidos le tocara o intentara quedarse por encima de él. No salía mal parado nunca, puesto que nadie diría que correspondía a la edad que en su DNI figuraba. Podía presumir de una altura de algo más de 1,80, su cara tenía un toque más maduro que los de su edad, sumando el pirsing de su labio inferior, que le daba un toque duro. Su pelo rubio de punta, heredado de su madre, unos ojos azul cielo y un cuerpo del que podía presumir hacían a Luke Hemmings el chico más guapo de todo su instituto según las encuestas.

- Lo que sea, pero le quiero aquí ya.- empezó a alejarse a zancadas Alonso algo mosqueado, casi echaba humo por las orejas.

- Mira, hablando del rey de roma que por la puerta asoma. Nunca mejor dicho.- rió Pi sin moverse de su posición.

Por su cara, los dos amigos sabían muy bien donde su compañero había estado. Cuando este se acercó a ellos con esa sonrisa burlona proveniente de su coche no pudieron evitar entrecerrar los ojos y mirarle como si estuvieran perdonándole la vida.

- ¿Qué, por qué me miráis así?- rompió el hielo Hugo delante de ellos. Sabía de sobra que sus amigos no le iban a recibir con los brazos abiertos.

- No sé, dímelo tú.- Luke hizo una pausa y abrió los ojos fingiendo sorpresa.- A que adivino, te estabas tirando a una chica en su casa.- contestó enfadado.

- Esto... Sí. Pero tio, no veas como estaba, joder...- empezó a mover las manos y suspirar.- Aunque eso sí, la tia era pesada para aburrir, ¡No me dejaba salir! Me decía que pasara la noche con ella y bla bla bla. Al final tuve que escaparme como pude...- dijo cómico.

Así era Hugo Smith, un loco de la vida adicto al sexo sin amor, le encantaba y no le costaba nada conseguirlo. No podía quejarse de que no tuviera a nadie detrás de él, puesto que si quisiera podría ser modelo de cualquier revista o marca. Su pelo rizado negro como el carbón que le caía juguetonamente por la frente y su buen cuerpo no era lo que más le caracterizaba y llamaba la atención de él... Sino que Hugo tenía heterocromia, o como la gente normal suele decir, un ojo de cada color, uno verde como su padre y otro grisáceo azulado como su madre.

Los padres de Hugo y los de Luke eran amigos inseparables, tanto que decidieron tenerlo a la vez, con la suerte que nacieron con dos días de diferencia. Se habían criado juntos y eran prácticamente como hermanos.

- Me la pela con quién te hayas acostado o no- bufó- Espero que estés listo, porque sino haré que ninguna tia se acerque a ti nunca más por como te dejaré la cara.

- ¡Ese es mi Lukey!- pasó Hugo un brazo por los hombros de su amigo atrayéndolo a él, eran casi de la misma altura, pero Hugo unos centímetros mayor- ¿Cuándo no he estado preparado, chaval?

- Pues yo que tú iría ya o Luke no será el único que te patee el culo.- intervino Pi llamando la atención de los chicos.

Rápidamente Hugo se percató de que o iba ya, o realmente lo que Pi decía se haría realidad. Quitó el brazo de los hombros de Luke y se frotó el pelo revolviéndoselo más, se estiró la chaqueta suspirando y empezó a andar hacia un grupo de gente.

- ¡Suerte imbécil!- gritó Pi mientras este se alejaba.

- ¡No me hace falta, sabes que ganaré! ¡Siempre lo hago! - contestó echando la vista atrás regalándoles una perfecta sonrisa y un guiño de ojo.

Cuando su amigo se perdió entre la gente, supieron que era el momento de moverse y ver el espectáculo. Se levantaron del coche y fueron acercándose al lugar donde Hugo se había dirigido.

Un círculo formado por unas cadenas y dos marcas en su interior, ese era el ring donde Hugo competiría por una buena cantidad de dinero. A ellos no les hacía falta, lo tenían todo, buena casa, criados, ropa de marca, caprichos... Pero la adrenalina y la satisfacción que transmitía la victoria, daba igual en lo que fuese es lo que hacía que compitieran. No solían hacerlo de costumbre, puesto que preferían más ir de fiesta y punto, pero hoy se jugaría la semifinal y no podían decir que no.

Los aspirantes se pusieron en sus marcas cuando una chica con carencia de ropa aunque estuvieran en enero dijera sus nombres. Hugo se quitó la chaqueta de Lacoste y se la tendió a Pi, dejando al descubierto una simple camiseta blanca básica, mientras que el otro directamente se lo quitó todo. ¿Es que no tenía nadie frío alli? Hugo no tenía nada que envidiar a su rival, eran prácticamente iguales fisicamente, pero tenía la certeza de que este carecía de los conocimientos en artes marciales que él conocía.

- Recuerda, mejor técnica que fuerza.- dijo Luke mientras expulsaba el humo de su cigarro.

- Que sí pesado...- rodó los ojos el aludido.

Una chica se puso al lado de Luke, pero no era una chica cualquiera... Se trataba de una morena, con gran delantera y falta de ropa para taparla, realmente era digna de admiración. Él la miró de reojo, con el cigarro en la boca y las manos en los bolsillos, en cambio ella le devoraba con la mirada mientras contoneaba sus caderas. Volvió a mirar al frente, pasando de ella, pero ella no se dio por satisfecha, se colocó delante de él y pasó una mano por su cara seductoramente, haciendo que Luke la mirara desde arriba sin mover un músculo con expresión de asco.

- ¿Qué hace un chico como tú tan solo?- dijo con voz seductora la chica.

- ¿Acaso te importa?- contestó quitándose el cigarro y enarcando una ceja.

- Pues verás...- se relamió los labios mientras volvía a escanearle.- Me preguntaba si...

- No.- dijo tajante. Esta le miró con cara de sorpresa.- No me voy a acostar con guarras carentes de ropa de bajo standing como tú. Que aunque intentes fingir ser como yo, esas joyas de bisutería y esa camiseta o top falso de Massimo Dutty no pasan desapercibidas. Lo siento monada, no me interesas.

Y tal cual la chica se quedó boquiabierta y se separó de él indignada, alejándose de él a grandes zancadas y sin mirar atrás. Luke volvió a mirar al frente, ya iban por la segunda ronda y Hugo iba en cabeza, notó como la mirada de Pi se clavaba en él.

-¿Qué?- le dijo a su amiga con indiferencia.

- Serás pijo Luke Hemmings...- no pudo evitar reírse a carcajadas.- Solo tú te fijarías en cosas como esas.- hizo que el chico sonriera con media sonrisa.

- No es mi culpa ser el único de este lugar en tener gusto.- expulsó el humo de nuevo.

-¡Vamoooooos!- gritó alguien del público.

Última ronda, si Hugo ganaba, se daría por vencedor. El pito sonó y ambos se abalanzaron el uno sobre el otro. Era como un combate de sumo pero con mucha más clase y estrategia. El rival intentó echarle del ring, pero Hugo decidió zafarse de su agarre y dirigirse al borde del ring. Luke sonrió, esto acabaría rápido. El contrincante miró a Hugo con rabia, este le estaba sacando la lengua y burlándose de él, harto, corrió hacia el moreno y antes de que pudiera darse cuenta, Hugo le estaba levantando en el aire y con una llave de kárate le expulsó fuera del ring como si de una pluma se tratara.

Luke inhaló la última calada de su cigarro, lo tiró al suelo y lo pisó con una gran sonrisa en su rostro. Volvía a ganar. Siempre lo hacía.

***

***

- ¡Papá, mamá, me voy ya a clase! - gritó Ally desde la puerta con la mochila al hombro y el casco en la mano.

- ¡De acuerdo! ¡Llega bien cariño!- gritó su madre desde el salón.

Hacía apenas unos meses que Ally se mudó a aquel barrio caro a las afueras de Madrid. Antes vivía en Londres, donde nació y se crió, pero sabía español a la perfección y sin acento debido a que su padre la había enseñado desde que tenía uso de razón. Hija del jefe del cuerpo de bomberos y una de las mejores bailarinas de su época, Ally podía decir que tenía una vida normal y corriente junto a algún que otro lujo. No le gustaba presumir ni que la gente se fijara en exceso en ella, simplemente quería acabar 1º de Bachillerato y centrarse en su futuro como artista.

Se sentó en su moto azul cielo y se puso el casco posando su media melena rojiza a un lado e intentando no clavarse las gafas de pasta con el casco. Cuando ya lo tuvo todo listo se puso en marcha a lo que sería otro día de instituto.

Aparcó sin problemas en el aparcamiento de motos. No iba a un instituto cualquiera, sino a uno de los mejores de toda la ciudad e incluso provincia. No le agradaba mucho estar rodeada de pijos que solo aspiraban a ser los dueños de las multinacionales que sus papis les dejarían en herencia, pero sus padres insistieron en que necesitaba una buena educación y así la tendría.

Al bajarse mandó un Whatsapp a su amiga Diana para encontrarse con ella. Diana era la primera amiga que hizo nada más llegar al instituto, eran prácticamente iguales a la hora de pensar y actuar, incluso las dos tenían el pelo teñido, solo que Diana tenía una larga melena negra con un degradado a morado oscuro.

-¡Ally! ¡Por aquí!- gritó alguien en los grandes jardines de la entrada del instituto. Ally hizo caso y se acercó al dueño de aquella voz.

- Ey, ¿Qué tal Diana?- dijo con una gran sonrisa.

- Bien, aquí ando...- se quitó los cascos por los que escuchaba música.- Los demás están dentro ya, ¿Vamos pasando? Hace demasiado frío.

- Claro, vamos.

Las dos amigas anduvieron por el gran pasillo que dirigía a su clase. No era de esos institutos en los que tenías que cambiar de aula por cada materia, sino que los profesores eran quienes se movían.

-Tia, Ally mira...- susurró Diana apretando el brazo de su amiga mientras andaban.

Ally echó un vistazo rápido a su alrededor, buscando el foco del nerviosismo de su amiga. Pronto lo divisó, ¿Cómo no fijarse? Ahí estaban plantados, apoyados en la pared, hablando entre ellos sin siquiera echar una vista a los demás, como si no existieran, sintiéndose los dueños del lugar (Que casi lo eran).

- ¿Enserio? - rodó los ojos.- Si tanto te gusta, díselo.

-¡¿Estás loca!? - gritó, haciendo que algunas miradas se fijaran en ellas. Muchas miradas, pero ninguna proveniente de las personas a las que admiraba. - ¿Cómo quieres que se lo diga? En plan... Hola Hugo, quizá no me conozcas y ni siquiera sepas que existo, pero me gustas.

- También añade que sueñas con él la mayoría de las noches y que se lo cuentas a tu amiga día sí día también.- rió sarcástica, a lo que Diana contestó con una mirada que la fulminó.

- Eres graciosísima Ally, de verdad te lo digo.- rodó los ojos su amiga.

Sí, realmente Diana estaba loca, ¿Cómo podía gustarle el chico más solicitado de toda la escuela? Era de locos. Además, Diana era bastante guapa, su padre era exmodelo de Ralph Lauren, no tenía nada que perder puesto que Hugo Smith se caracterizaba de llevar a la cama a cualquiera que le entrara por los ojos. Eso la ponía enferma.

Volvió a mirar al grupo, girando la cabeza hacia atrás ya que les habían pasado. Solo había un par de chicas junto aquel grupo de unos seis chicos, todos prácticamente perfectos y adinerados.

-¡Eh, tú! ¿Qué miras?- dijo uno de ellos.

- Esto... Nada... Solo quería preguntar una cosa a Luke...- contestó una niña con uniforme que le llegaba a aquel chico por casi el hombligo, sería de 1º de la ESO. Suerte que en Bachillerato ya no llevaban uniforme.

- ¿Y bien?- contestó el aludido levantando una ceja y sin despegarse de la pared.

- Pues... Verás... ¿Podrías darme tu número? - dijo al borde de un ataque de nervios. La verdad es que la chica era bastante mona y dulce.

Ally notó como alguien tiraba de ella, se había quedado absorta mirando la escena en medio del pasillo.

- Espera, quiero ver una cosa.- dijo sin apartar la mirada del grupo.

- ¿Cómo? ¿Que quieres mi número?- la miró con los ojos abiertos como platos. Se llevó una mano al estómago y empezó a reír a carcajada limpia, haciéndose sonora por todo el pasillo y que todo el mundo callara. Luego se puso a su altura agachándose un poco.- Me encantan las bromas de los niños de hoy en día... ¿De verdad creías que te iba a dar mi número? - la miró de arriba a abajo.- Lo siento, no me van las niñas planas y tan bobas como para hacerme estas preguntas.- guiño un ojo y chasqueó la lengua a centímetros de su cara.

Todo su grupo empezó a reír cuando Luke se levantó, dejando a la niña en ridículo y al borde de estallar en llanto, pero fue astuta y salió corriendo en dirección contraria a Ally y Diana.

Ally no podía creerse aquello, ¿Cómo podía haber hecho llorar a esa niña haciéndola pasar semejante ridículo? Le daba asco, mucho asco. Podían ser los chicos más guapos de todo el instituto, tener a todas las chicas detrás, ser los número uno en todo... Pero definitivamente, le daba pena como semejantes personas podían pisar el mismo suelo que ella.


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Por favor, me gustaría que comentarais que os parece la novela :) es un proyecto que tenía pensado desde hacía mucho... lo agradecería muchísimo <3

Twitter: @NamelessPil

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