Escape: Zack ©

By MariaLuna16

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Una novela sobre un amor rodeado de peligro, adicciones y persecución mafiosa. Zack es un chico que vive una... More

ADVERTENCIA
Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 70- Final.
Epílogo
Especial Extra
Agradecimientos
Secuela- Escape: Brooke.

Capítulo 69

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By MariaLuna16

Zack

He estado tanto tiempo de mi vida en la oscuridad, sintiéndome miserable y sin esperanza de que algún día pudiera salir de la penumbra que siempre me rodeaba, que ahora mi mente no termina de asimilar de que ya no hay peligro, no hay una persecución mafiosa detrás de mí, respirándome en el cuello y haciéndome sentir preso de mis propios pensamientos, que la mayor parte del tiempo eran negativos.

Me he deshecho de una carga que he estado sosteniendo por años, y se siente tan liberador, mi cuerpo ahora se siente tan liviano como una pluma. He aprendido a aceptarme como soy, con todos mis defectos. Aprendí a amar sin intereses; que cada cosa mala que hagas en la tierra en ella vas a pagar. He aprendido a no subestimar a las personas, a ser padre, a ser esposo, mejor amigo y confidente.

Después de la muerte de Fernández vino con ello el miedo de que la policía supiera todo lo que sucedió en aquel lugar, pensar que Bonie se hizo cargo de todo me deja más tranquilo, lo que no se pudo evitar es escuchar mi nombre una vez más en las noticias, me he estado convenciendo que soy un hombre libre, que no se escapó de la cárcel, claro que mi padre y yo fuimos vinculados con la muerte de Fernández y Jack, pertenecíamos a la misma organización por la que he estado preso en dos ocasiones, claro que mi nombre estaba en las noticias.

Fue difícil restablecer todo después de eso, Brenna estaba herida física y mentalmente, sus padres habían muerto y con todo lo que hicieron, no pude evitar pensar que quizás Fernández los estuvo manipulando todo el tiempo, al final él tenía planeando no solo matarme a mí, sino a Brenna también y sus padres no querían ver eso.

Yo sentía el dolor de Brenna porque se cómo se siente el vacío que invade todo tu cuerpo, lidiar con una muerte de esa magnitud, sin poder despedirte, uno nunca está parando para ver a alguien que ama morir, y nos damos cuenta de ello cuando llega el momento, nos desgarra el alma, nuestros sentidos se pierden y nada tiene sentido. Fue difícil con Brooke y Zayed viendo como su madre no estaba en su mejor momento.

Tuvimos que volver a Londres con Jenna, y el resto de nuestros amigos, en todo momento me mantuve a su lado, dándole toda energía positiva que pude y finalmente logramos empezar de nuevo, alejados de todo lo malo que nos había pasado, una hermosa casa a una distancia favorable de las demás, escuela nueva para los niños, trabajo nuevo para mí y Brenna, empezamos desde cero, y nos gustaba nuestra nueva vida, sin peligro o miedo.

Encontramos nuestro lugar de tranquilidad en Los Ángeles, California, una casa en la que podremos vivir cómodos por un largo tiempo, en un espacio cerrado que nos da toda la privacidad que tanto necesitamos, puertas señoriales que le dan la bienvenida a la entrada de la casa de dos pisos, con una escalera curva con pasamanos intrincados, pisos de madera con esas alfombras de diseño que tanto les gustan a Brenna, combinadas con los sillones marrones y blancos. Lámparas que cuelgan de los techos en el comedor y sala de estar, baldosas en el pequeño comedor redondo de sillas con tapizado rosa pastel, y una cocina con encimeras de losa en granito. Las puertas francesas de pared a pared que brindan abundante luz natural, que al igual que el balcón en forma de terraza del segundo piso, nos lleva a un gran patio trasero, donde tenemos una piscina bastante sutil, y un pozo de fuego para el invierno. Una cocina abierta en el patio, con una parrilla para las reuniones familiares. Es bastante expansivo, pero no llega a la exageración, tal y como a Brenna le gusta.

Tranquilo y privado.

Los niños no estaban acostumbrados a vivir en casas así de grandes, pero con el tiempo eso cambió y como todo en la vida solo hizo falta tiempo para que nos acostumbremos al país, la forma de hablar y de actuar de las personas, todo fue nuevo para todos. Incluso el hecho de que ahora soy jefe en la sede de Vasant en Estados Unidos, quise convencer a Brenna de que no era necesario que trabajara, ella podría solo ser ama de casa y madre, eso ya es trabajado suficiente, pero no valió de nada que se lo planteara, de verdad que es una mujer que no le gusta que le den las cosas y ya. Es por eso que ha empezado un proyecto que aparte de poder ayudar a personas, también la hará crecer como profesional.

Brooke y Zayed mantuvieron el contacto en todo momento con Nathan, el venía de vacaciones a vernos o nosotros íbamos a Canadá, después de todo estamos mucho más cerca y podíamos llegar a la casa del otro en coche o en tren. Nathan se casó prácticamente a escondidas, porque nadie supo nada hasta que le vimos el anillo y supimos que estaba esperando su primer hijo, que ya ha nacido y claro que es cercano a Brooke y Zayed.

El verano recién empieza, Nathan y su familia tienen algunos tres días en el país, lo que ha mantenido a mis hijos muy entretenidos, con mucha energía y a Brenna bastante haciendo muchos planes, pero a la vez relajada, yo tengo que ocuparme de la empresa incluso en verano, es por eso que decido trabajar desde casa por unas horas y volver a estar con mis hijos, a veces le toco el piano a Zayed y Brooke hace de cantante y bailarina.

Ayer fumé un cigarrillo para combatir la ansiedad que me ha estado atormentando por estas últimas semanas, días en los que no he querido siquiera salir de la cama, menos cuando he estado sintiéndome enfermo. No lo soporté más, así que, fumé un cigarrillo, quizás más de uno, pero logré estar tranquilo por varios días y eso era lo que importaba. Ahora me siento mal por haberlo hecho, Brenna no se ha dado cuenta y sé que esa es una buena forma de recaer en toda esa mierda de la marihuana y el alcohol, lucha contra ello, miro a mis hijos y me reprimo mentalmente por dejar que la adicción sea más fuerte que yo.

Nathan y su esposa Emma iban a venir a la casa en la tarde, mientras tanto yo terminaba de trabajar y Brenna limpiaba la piscina con unos pantalones cortos que le quedan perfectos, la sorprendo al cargarla y llenarla de besos.

—Ya bájame —me pide entre risas y yo la dejo ir para que siga en lo suyo.

—Iré a ver que hacen tus hijos traviesos —le susurro al oído y recibo un leve golpe en el pecho.

—Lo travieso lo sacaron de ti —responde antes de que pueda desaparecer en el interior de la casa. Dónde encuentro a mis hijos muy concentrados en una película de acción para niños, que estoy segura fue Brooke quien la eligió.

Los observo desde el umbral de la puerta, y solo pienso en el miedo que tengo de que mi nombre, mi pasado y todo lo que la gente sabe de mí, afecte su futuro, tengo un miedo terrible de que la gente los vea como los hijos de Zack Majid, el exmafioso de Londres. Vinimos a Estados Unidos precisamente porque mi apellido no es tan conocido, pero vivir en un vecindario lujoso implica que las personas pregunten e investiguen sobre ti, así que al menos aquí en Brentwood la gente conoce de mi, lo malo, lo bueno es que nadie se mete con nosotros, pero le temo a que Brooke y Zayed se vean afectados por ello.

Luego de ver que los niños estaban bien, volví con Brenna para ayudarla, en ese momento llega Zayed detrás de mí con una pelota de football que le regaló Harry mientras estuvieron en Londres; al momento que Brenna se sienta en los sillones en forma de media luna frente al pozo de fuego, Zayed y yo jugamos con ella observándonos desde su lugar.

—¡Y Zayed anota un gol! —grito mientras corremos con las manos en el aire y sonriendo. Me detengo en seco cuando empiezo a toser y no puedo parar de hacerlo, como si tuviera algo muy seco en medio de la garganta. Camino a largas zancadas a la cocina y me tomo un vaso de agua para que se me calme la tos. Ese es otro asunto que me tiene algo preocupado, he estado tosiendo durante estos meses, pensaba que sólo era una gripe, pero entonces empecé a sentir presión en el pecho en algunas ocasiones, y esa terrible gripe que me dio durante todo el invierno pasado.

—¿Estas bien? —pregunta Brenna con preocupación, Zayed y Brooke me miran casi comiéndose las uñas de los nervios.

—Estoy bien —susurro tratando de reprimir la tos. Me apoyo de la encimera cuando siento como si algo muy pesado estuviera comprimiendo mi pecho y se me hace difícil mantener la respiración, siento que no estoy recibiendo suficiente aire.

—No lo estás —asegura Brenna y la veo cómo toma el móvil para llamar a una ambulancia, mientras que yo sigo tosiendo y teniendo fallas respiratorias por segundos, siento esa sensación de querer escupir como cuando fumo en las mañanas, escupo una flema que no tiene buena pinta. Es una sensación horrible que quema mis pulmones.

Empiezo a toser sin control y veo cómo Zayed empieza a asustarse, trato de decirle que estoy bien, pero no puedo, empiezo a perder la fuerza. Me llevo la mano a la boca y quien se asusta soy yo cuando noto que estoy tosiendo sangre. Joder, esto es una muy mala señal. Brenna vuelve a mí y se vuelve loca al ver la sangre en mi mano y boca.

—¡Joder! Zayed ponte los zapatos y busca a tu hermana, rápido ve —le pide Brenna al niño asustado frente a mí. El sale corriendo y gritando el nombre de su hermana. Mientras que Brenna toma mi mano y me hace respirar con ella, y logro tranquilizarme por varios segundos. Ella me limpia la sangre de la boca y de las manos, nerviosa y con cara de preocupación.

La tos empieza nuevamente y esta vez no tengo control alguno sobre ella, no puedo dejar de toser, siento el lagrimeo en mis ojos y con la mirada le pido ayuda a Brenna, me estoy quedando sin respiración mientras esa ambulancia llega. Zayed y Brooke llegan a la cocina corriendo.

—Zayed busca un pañuelo. Brooke cierra todas las puertas, tenemos que irnos ya —ellos le hacen caso al instante y ella sale corriendo para buscar su móvil, y su bolso. Los tres vuelven cuando estoy que siquiera puedo mantenerme de pie por mi cuenta. Tomo el pañuelo que Zayed me extiende y no tarda en llenarse de sangre que estoy tosiendo sin parar.

—¡Ay Dios! Zack resiste —ella levanta mi brazo para pasarlo por encima de sus hombros y me ayuda a salir de la casa con los niños delante de nosotros.

—¿Qué tiene papá? —pregunta Brooke con notable preocupación.

—No lo sé hija, no se alejen de mí, toma la mano de tu hermano —responde Brenna mientras cierra la puerta. La ambulancia llega en ese mismo momento, rápidamente me suben a ella y durante el camino al hospital los paramédicos logran que deje de toser tanto y mi respiración por fin se controla. Zayed y Brooke se aferran a Brenna, quien está luchando por no tener una crisis. Para cuando llegamos al hospital, un médico me hace los chequeos necesarios para saber la causa de esa tos y claro que lo primero que preguntó fue: ¿Fuma? Ttuve que contar el largo historial que tengo con esas sustancias.

—¿Ha tenido alguna recaída en estos días? —pregunta el doctor mientras me inyecta algo que ya no recuerdo para que es, siempre y cuando yo deje de toser sangre y de que la respiración se me vaya por momentos, es una sensación que no quisiera volver a experimentar.

—Recientemente he fumado una caja de cigarrillos, nada más —admito. Gracias a Dios que Brenna no está aquí para escuchar esto. Aunque es muy probable que el doctor se lo cuente.

—¿Qué edad tiene y desde cundo fuma? —pregunta mientras prepara lo que parece ser un nebulizador.

—32 y fumo desde los 15 —le respondo y el me mira con sorpresa. Para luego colocarme el nebulizador en el rostro.

—Bueno, le haremos todos los análisis de requerimiento, permanecerá ingresado hasta que encontremos la causa de la tos, por ahora lo trasladaremos a una habitación —susurra antes de salir de la habitación y minutos después entran unos enfermeros que me llevan en la camilla hasta otra habitación. Brenna me sigue con los niños junto a ella.

—¿Te sientes mejor? —pregunta Brenna cuando llegamos a la habitación. Asiento con la cabeza sin hacer mucho esfuerzo para hablar. Cuando ella ayuda a Brooke y a Zayed subirse a la cama a mi lado, el doctor vuelve con unos papales que Brenna tendrá que rellenar.

—Como ha estado fumando después de rehabilitación y los síntomas que tiene, he llegado a la conclusión de que es posible que tenga Enfermedad Pulmonar Abstructiva Crónica, de igual forma haremos todas las pruebas necesarias para estar seguros —dice el doctor, Brenna se queda paralizada sin decir una sola palabra, así que el doctor no tiene más remedio que despedirse y salir de la habitación.

—Volviste a fumar Zack. —Va a regañarme, lo sé por su mirada llena de decepción que me hace sentir como un cobarde.

—No ahora Bren, los niños están aquí —le digo y ella solo asiente. Zayed y Brooke se acurrucan a mi lado y me preguntan una y otra vez si estoy bien.

Nathan llega al hospital y claro que se lleva a los niños a su coche porque realmente no es bueno que ellos me vean en estas condiciones, y esa fue la oportunidad de Brenna regañarme ligeramente, porque no estaba en las mejores condiciones y ella estaba muy asustada.

—No voy a preguntar desde cuándo, o por qué, en este momento sólo quiero que te recuperes, y que no sea tan grave lo que tienes —susurra sujetado mi mano encima de la cama. Yo solo la observo sin decir nada.

—Es que te lo dije Zack, vas a terminar enfermándote y mírate aquí, pero tranquilo, que vamos a salir juntos de esto —susurra Brenna antes de dejar un beso cálido en mi frente.

—Terminaré todo el proceso de ingreso, y pondré al tanto a Nathan, si me necesitas me llamas —Brenna se levanta y deja mi móvil en mis manos. No puedo hablar mucho porque sigo tendido el nebulizador en el rostro y no quiero esforzarme mucho para volver a perder la respiración. Ella se va de la habitación y yo me quedo mirando las cuatro paredes de esta habitación, pensando en lo irresponsable que he sido al volver a los malos hábitos.

Seguro que después de esta, no vuelvo a tomar nada que me haga daño.

***
Brenna

Después de Zack someterse a toda clase de análisis, el doctor por fin tuvo los resultados y entonces todo empeoró. Sí tiene la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), y al parecer es más grave de lo que pensábamos, tiene todo un pulmón que no seguirá funcionado dentro de pocos meses, lo que significa que tendrán que hacerle un trasplante cuando el tiempo de espera de un donante es de al menos uno o dos años y si corre con suerte en algunos meses, estuvo en observación por varios días y luego volvió a casa, aun así, tenía que seguir una dieta, someterse a procedimientos y citas médicas.

Estuve la mayor parte del tiempo con mi atención en él, por suerte Nathan estaba aquí, así que los niños no se sentían tan mal de verlo mucho menos activo. Ahora más que nunca tiene que cuidar su salud, y los ejercicios que hace. La esposa de Nathan ha sido muy amable al ayudarme a mantenerme relajada, cada día estaba demasiado preocupada y siempre pendiente de Zack, a pesar de que podía perfectamente buscar sus pastillas, siempre llevaba consigo el broncodilator que lo ayudaba a aliviar la tos y la dificultad para respirar.

El proceso de espera ha sido bastante pesado y la apariencia de Zack no era la mejor que digamos. Estaba volviendo a adelgazar, es uno de los efectos secundarios de algunos medicamentos, y eso lo hacía lucir peor de lo que estaba. Sus hermanas se enteraron tan pronto supimos lo que tenía, y con lo preocupadas que estaban lo llamaban todos los días para saber que estaba bien, puedo decir lo mismo de Thomas, que me sorprende no lo haya regañado a gritos por no haber dejado de fumar.

Entonces las cosas empezaron a empeorar, la medicina en pocas ocasiones lo ayudaba a controlar la tos, escupía sangre con más frecuencia. En varias ocasiones pensé que se quedaría sin respiración, es por eso que estuvimos en el hospital más tiempo que en la casa. Brooke y Zayed se mantenían a su lado la mayor parte del tiempo, no quería tráelos al hospital, pero Nathan me convenció de que lo mejor es que los niños pasen tiempo con él, es una forma de decirme que quizás sea su último momento, pero me rehúso a perderlo a él también, después de todo por lo que hemos tenido que pasar.

Nos encontrábamos una vez más en el hospital después de Zack haber tenido una crisis, Brooke y Zayed estaban sentados en la cama junto a él, mientras Zack les contaba por incontable vez como nos conocimos. Yo sé que él estaba luchado contra esto, lo podía ver en sus ojos que poco a poco están perdiendo el brillo, esta delgado otra vez y no me gustaba verlo de esta forma, tan demacrado y débil. No me gustaba que los niños lo vieran en ese estado, pero sus ganas de estar con su padre y cuidarlo era mucho más grande. Tenía la esperanza de volver a casa, pero por cómo lucia Zack, dudo que lo dejen ir.

Eran las nueve de la noche cuando Brooke y Zayed se quedaron dormidos, esta noche yo me quedaría a dormir en el hospital, así que Nathan y Amber se llevaron a los niños a la casa donde se están quedando en estas vacaciones que le arruinamos. Me acuesto junto a Zack con mi mano en su pecho y mi cabeza en su hombro, jugando con nuestros dedos. Lo miro desde mi lugar y noto que sus labios estaban muy secos y pálidos, el medio me sonríe y yo le devuelvo el gesto.

—Por favor resiste, alguien va a donar un pulmón y todo saldrá bien —susurro sin dejar de mirarlo a los ojos.

—Estoy muy cansado —murmura antes de volver a toser y por supuesto que la sangre viene con ella. Dejo caer mi cabeza en su pecho y escucho los latidos de su corazón que late cada vez más rápido de lo normal, llevo mi mirada a la suya, noto que su pecho sube y baja constantemente, tiene una respiración inestable incluso con un respirador.

—Podría mirarte hasta que salga el sol, pero creo que no alcanzaré a verlo —murmura entre dientes.

—No digas eso, recuerda que somos dos corazones que laten como uno —digo mientras peino su cabello y lo miro a los ojos, ahí es cuando noto que sus ojos están algo caídos, como si tuviera sueño.

—¿Eres feliz? —pregunta entre dientes.

—Claro que lo soy, lo seré más si te recuperas —respondo y el asiente con una sonrisa perezosa en el rostro—. ¿Qué pasa Zack?

—Gracias por haberme dado unos hijos hermosos, y por hacerme feliz cuando no lo merecía. —El lleva su mano a mi cabello y lo acomoda detrás de mi oreja.

—¿Zack? —cuestiono cuando noto que las cosas que dice parecen una despedida y yo no quiero una despedida, me niego rotundamente. En la máquina que registra el ritmo cardiaco está haciendo algo diferente y me asusto terriblemente, me levanto de la cama, pero Zack toma mi mano y me hace acercarme a él.

—Quiero que sepas... —susurra con sus ojos casi cerrándose, parece estar mareado—. Que no estoy orgulloso de las cosas que he hecho, y que he sido una mejor persona desde que estás en mi vida

Sus palabras me alborotan emocionalmente, así que le pido que no cierre los ojos mientras le doy al botón para que las enfermeras vengan a la habitación lo antes posible, algo malo le sucede.

—Descansa, mamá estará aquí esta noche —balbucea con la voz apagada y luchando por no cerrar los ojos. Ya no sabe lo que está diciendo, le hablo para que se mantenga despierto y con la atención en mí.

—Zack Majid, más vale que te quedes despierto —le riño mientras lo muevo de un lado a otro para que no se duerma, no quiero aceptarlo. Su pecho empieza subir y bajar constantemente, cada vez más rápido y yo no sé qué hacer. Empiezo a perder el control y a asustarme cuando veo que parece estar ahogándose.

—Te... amaré... hasta mi último aliento —masculla con la respiración agitada y los ojos casi cerrados. No sé qué hacer, estoy demasiado asustada y las enfermeras no llegan, entonces siento que toda mi vida se me va cuando no lo veo respirar.

—¿Zack? —Lo muevo de un lado a otro y no obtengo respuesta de su parte, solo está ahí, como si estuviera muerto. Las lágrimas empiezan a deslizarse por mis mejillas, lo abrazo, y lloro en su pecho con desesperación, intento hacerle RCP sollozando y con las manos temblorosas. En ese momento llegan los enfermeros y me sacan de la habitación casi a empujones.

Con las manos temblorosas y viendo cómo sacan a Zack de la habitación, le marco a Nathan para que me ayude a mantener el control en un momento como este. El no responde, así que decido no volver a llamarlo no quiero arruinar más sus vacaciones con mis problemas. Me siento en el pasillo de espera y lloro en silencio, intento con todo mi ser mantener la calma.

No puede ser que él esté muerto después de todo lo que hemos luchado para estar en paz. ¿Con que cara le diré a mis hijos que su padre murió? No estoy lista para dar esa noticia y nunca lo estaré, ¿Cómo me digo a mi misma que el amor de mi vida ya no está?

***

Hace mucho que no les publicaba nuevos capitulo, así que he decidido compensarlos con los capítulos finales, espero que les haya gustado. Me pueden contar en los comentarios que les ha parecido la historia.

Nos seguimos leyendo. =)

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