Louis había llegado y Johanna junto a las gemelas me estaban ayudando a servir los platos con la rica comida casera que había preparado Chelsea.
–Y este es el último plato, pequeña. –Le dije a Phoebe para que llevara el plato a la mesa.
–Ya está. –Dijo Johanna. –Luego le daré la comida a los mellizos, ¿No vamos a sentar? –Preguntó.
–Claro.
Caminamos hasta la mesa que estaba elegantemente montada por Chelsea, me senté junto a Louis que me sonrió instantáneamente.
–¿Ya podemos comer? –Preguntó Daisy.
–¡Pues, Claro que si! –Exclamó Louis.
Realmente no sé que había hecho Chelsea pero estaba muy rico.
–Lottie, ¿Ya te acomodaste en la casa? –Preguntó Louis.
Bebí un poco de jugo.
–Sí, es realmente impresionante. ¡Sobre todo la piscina temperada, Dios mío! Los últimos días he estado nadando antes de ir a dormir.
La piscina temperada... en donde habíamos tenido un maravilloso sexo junto a Louis.
Me sonrojé al instante por el recuerdo, miré a Louis y este me miró cómplice.
Quizás junto a Tommy hizo lo mismo que hice junto a Louis.
–Sí, es muy rica. –Comentó Louis.
–¿Aquí tienes? –Preguntó.
–No, es más pequeña ya les he dicho.
Seguí comiendo mientras escuchaba a la madre de Louis decir los anécdotas de uno de los mellizos, se había embarrado de mantequilla de maní junto a su hermana, sonreí tiernamente al imaginarlo.
–Y tú... Caitlin. –Habló Daniel. –Me he enterado que habías estado en el hospital, ¿Ya estás mejor? –Preguntó.
–Estoy mucho mejor, gracias. –Le sonreí.
–¡Los ratones le comieron la lengua! –Exclamó Lottie.
–Lo siento, me he perdido por unos momentos. –Dije con una sonrisa. –He entrado al hospital ya que me tomé unas pastillas que estaban vencidas, eran para dormir. Prácticamente me dañaron la mayoría de los órganos de mi estómago, estuve en coma por 8 días y estaba en riego vital. –Me encogí de hombros. –Y yo no se como pasó todo eso, simplemente me quedé dormida y desperté.
–¿¡Qué!? –Exclamó Johanna. –Louis no nos dijo nada de eso.
–No es un tema para contar abiertamente. –Se excusó Louis.
–No te lo dijo porque no lo sabía. –Dijo Lottie.
–¡Lottie! –Exclamó Louis.
–¿Qué? ¡Vamos, sabes que es cierto! –Lo miró y yo asentí con la cabeza. –Ven, Caitlin lo confirma.
–Pero realmente sólo mi padre lo sabía con unas dos personas más. –Comenté.
–Y en esas dos personas no estaba tu hijo, Johanna. –Lottie siguió hablando.
Todos rieron incluso Louis.
–Esto es lo que todos queremos saber, ¿Por qué Louis no sabía si es tu novio? –Preguntó Tommy.
Creo que la timidez ya la había dejado de lado.
–¡Ya lo sabes, no te hagas! –Reí.
Era claro que lo sabía, ya que Lottie se había enterado que Louis y yo terminamos.
–¿Habían peleado? –Preguntó Johanna. –¡Que alguien me diga! –Dijo sin entender nada.
–No habíamos peleado. –Dije tranquilamente. –Habíamos terminado. –Bebí un poco de mi jugo.
–¿¡Qué!? ¿Y me vengo a enterar ahora? –Preguntó Johanna con una cara de impacto que daba mucha risa. –Louis...
–Yo se los iba a decir, enserio. Pero necesitaba un tiempo para pensar en cómo decirlo y aparte estaba muy... mal. –Me miró.
–¿Y por que han terminado? –Preguntó Daniel.
Miré a Lottie, sabía todo.
–Uhm... peleas. –Murmuró Louis.
Lo miré de reojo, el tema no me acomodaba mucho.
–Oh, entiendo. Siempre en las relaciones hay altos y bajos. –Sonrió cariñosamente Johanna. – ¿Pero ya estás bien, Caitlin? Me hubiera dado un infarto si te hubiera pasado algo peor.
¿La muerte? Creo que a eso se refería.
–Tranquila, estoy bien. –Le sonreí. –¿Por qué no hablamos de otro tema? –Pregunté un poco incómoda.
–Perdón. –Sentí que susurro muy bajo Louis solo para yo escuchara.
Lo miré y me encogí de hombros, no pasaba nada.
El almuerzo transcurrió con cosas que les había pasado durante la semana, era un almuerzo familiar... ya me sentía parte de esta hermosa familia.
Ya todos habían terminado de comer y Johanna junto a Lottie fueron a preparar el postre, Louis hablaba con Daniel y Tommy sobre Fútbol y las gemelas jugaban con sus celulares.
Louis tomó mi mano y la entrelazo por encima de la mesa, detalles así me mataban por completo.
Apoyé mi cabeza en su hombro y automáticamente sentí que me abrazaba con su otro brazo libre, me sentía completamente feliz.
–Okey, helado para todos. –Llegó Johanna con una bandeja gigante llena de platos con helados.
–Que rico. –Murmuré para mi misma.
–¿Quieres que te alcance uno? –Preguntó Louis rápidamente.
–Claro. –Sonreí y me senté bien. –Uh, Menta italiana. –Vi el color del helado.
–Hoy ya has comido muchas cosas italianas. –Louis bromeó conmigo.
–Sí. –Reí y me entregó un plato. –Gracias, amor. –Besé su mejilla.
Esperé que los demás estuvieran con su plato de helado para empezar a comer.
–¿Por qué Felicite no ha venido? –Preguntó Louis mientras comía su helado.
–Se ha querido quedar con sus amigas, iría a un paseo con la familia de Emily. –Dijo su madre.
–En vez de venir a ver a su hermano. –Dijo como si estuviera llorando. –Más tarde la llamaré.
–Me parece, ya que nunca nos llamas. –Lottie lo atacó nuevamente.
–¡Eres mentirosa! Todos los días llamó a mamá y a ti también. –La apuntó con su cuchara. –Y ahora que estás cerca podrías venir más seguido a verme.
–¿Cerca? ¡Estamos a una hora! –Todos reímos.
–Pero no ha 3 horas de distancia. –Hizo un puchero.
–¿Cómo está tu padre, Caitlin? –Preguntó Johanna.
–Está muy bien... ahora se encuentra en un viaje de negocios en Australia. –Sonreí.
–¡Uh! ¡Lo había olvidado! –Louis se puso de pie rápidamente. –Cait, ven. –Me hizo levantarme y me abrazó.
¿Qué haría ahora?
Lo miré rara y este me sonrió.
–Familia, quiero informarles que Caitlin y yo viviremos juntos a partir de hoy. –Sonrió orgulloso.
Me sonrojé al instante y mordí mi labio.
–Bueno, en realidad solo viviremos juntos un par de meses. –Dije mientras miraba a los demás. –Mi padre llegará dentro de 5 meses algo así o quizás más. Supongo que cuando él llegue yo... vuelvo a mi casa.
–Pero viviremos juntos. –Louis me miró y reímos.
–Dentro de un año se casan, ¿Cuánto apostamos? –Preguntó Daniel y todos reímos. –Es broma, o quizás no... uno nunca sabe.
–Las vueltas de la vida. –Dijo Louis y reí. –Bueno eso era, amor... ahora nos sentamos.
Nos sentamos rápidamente.
–Ahora tendrás que vivir con los olores de Louis... ya sabes a lo que me refiero. –Lottie habló. –Pedo... –La interrumpí.
–No te preocupes, ya me acostumbré. –Todos rieron.
–¡Hey! –Louis me empujó levemente y le di un beso fugaz.
La tarde transcurrió en una linda y comoda jornada familiar, pero siempre todo debe terminar. La familia se tenía que ir a la ex casa de Louis(Ahora casa de Lottie).
Nos despedimos prometiendo que esta tarde se volvería a repetir y deseándonos mucha suerte como pareja viviendo juntos.