Brenna
Ha llegado diciembre y yo he vuelto a casa con Zack después del accidente, quise detenerlo de cometer alguna estupidez, pero igualmente lo hizo, no quiero pensar en que, me aterra saber las cosas que hace exactamente, y por ahora prefiero quedarme sabiendo lo que se, eso es suficiente para sentir miedo por ambos.
Ha sido un problema que mi abuela siga insistiendo en que debería quedarme en casa de Jenna, si después de todo ellos son quienes me cuidarán, claramente Zack tiene que seguir trabajando, yo debo descansar un poco más, aunque el también, pero es muy testarudo, siquiera le hace caso a Trace, está demasiado concentrado en todo, menos en su salud.
Por suerte mi recuperación fue rápida, seguí al pie de la letra las recomendaciones del doctor, mis padres se fueron del país una vez más y yo volví al trabajo y a la universidad, tuve que ponerme al corriente de todo, sabe no era mucho, solo estuve en casa dos días desde que salí del hospital.
No sé qué es lo que Zack planea, pero Thomas y Bryan lo están ayudando en algo que por alguna razón ellos me ocultan, espero que no tenga que ver con ese hombre, Fernández, el que nos quiere muertos, todavía no entiendo porque Zack sigue trabajando para él, si realmente fue el quien provocó ese accidente. He intentado hablar con Zack sobre ello, pero siempre cambia de tema, ahora que estoy dispuesta a hablar de ello una vez más, el vuelve a cerrarse conmigo, es como si volviéramos al inicio, cuando yo desconocía sus andanzas.
Ha llegado diciembre, la época que más me encanta, por todo eso del espíritu navideño, los gorritos de navidad, las magdalenas y las galletas heladas de cacao, las melodías de los coros en puerta de tu casa en las mañanas y compartir los mejores momentos familia. Supongo que está navidad para mi será diferente, estoy en un país diferente y la familia de mi novio tiene costumbres diferentes, estoy abierta a todo lo que pueda aprender de la cultura de ellos y yo mostrarles la mía.
La empresa ya estaba decorando el edificio con guirnalda y luces brillantes dentro del lugar, se sentía el ambiente navideño y eso me encantaba. Hoy tuvimos una reunión de personal en la que Isacar dejó a Zack cargo de la empresa, el sub director estaría con el de viaje a Canadá y Francia en cosas que involucran directamente a la empresa, ellos están buscando expandirse y eso nos conviene a todos. Algo que no le gustó al resto es que Isacar dejara a su hijo a cargo, uno porque es muy joven para dirigir esta empresa, aunque sea por pocos días, pero yo se lo mucho que sabe Zack, y sé que no es la primera vez que hace el papel de líder, según se, en su otro trabajo, ya no hace las casas sucias, sino que dirige a quienes lo hacen.
En la hora de comer, Zack me invita a una cafetería cerca de Vasant, por lo general comemos dentro del edificio, no es que disponemos de mucho tiempo, pero me gusta que le recuerde que aún tenemos una relación a pesar de la acosas que están pasando en nuestras vidas.
—Te amo —Sus palabras me toman por sorpresa, aún no me acostumbro a escucharlo de su parte, pero se siente muy bien cuando lo dice.
—Y yo a ti —le respondo con una sonrisa de oreja a oreja.
—No quiero perderte Bren, estoy haciendo todo lo posible por protegerte, y no quiero que eso me aleje de ti —admite mientras toma mi mano por encima de la mesa.
—¿Y quién te protege a ti?, quiero ayudarte, déjame hacerlo, he decidido quedarme —digo al mismo tiempo que acaricio su mano aún hinchada por el accidente. El me observa con detenimiento como si quisiera decirme algo, pero no lo hace.
—Háblame, cuéntame lo que sea, no voy a dejar de amarte, ¿Crees que saldré corriendo si me cuentas tus cosas? —Sé que eso es lo que piensa, si tan solo supiera que yo lo amo con todas sus malas decisiones, me parece mucho más interesante y lo amo mucho más ahora que se conozco sus imperfecciones y el las mía, y yo lo acepto como el a mí.
—Tengo miedo de lo que pueda pasarnos, y no conozco otra forma de enfrentarlo si no es..., ya sabes, simplemente no puedo parar —Se exactamente a lo que se refiere y lo comprendo perfectamente, a veces no podemos escapar de los demonios en nuestra cabeza, veo en sus ojos que él quiere dejarlo, pero simplemente no puede, por eso tiene miedo.
—Quédate conmigo esta noche, di que estas enfermo o algo, lo que necesitas es alejarte un poco —Me encanta la manera en la que me responde, con una sonrisa mostrando sus dientes, si supiera lo bien que se ve cuando sonríe lo haría más a menudo. Nuestra comida llega, y prácticamente tragamos todo antes de que se nos acabe el tiempo.
—Deberíamos escapar juntos, ¿A dónde quieres ir? —pregunta mientras se limpia la comisura de los labios.
—Mi sueño de toda la vida ha sido ir a Paris, quiero ir a Paris —respondo con una sonrisa, no he podido dejar de sonreír desde que Zack me dijo cómo se siente.
—Nos vamos mañana mismo, solo tengo que comprar los boletos esta noche —su respuesta hace que me atore con la comida, tomo un poco de agua antes de responder a su tan repentina y seria idea.
—Estaba bromeando —digo entre risas, pero su expresión tan seria hace que pare de reír, él está hablando en serio.
—Tienes que dirigir una empresa dentro de pocos días, yo no puedo dejar la universidad, ni el trabajo —le digo y Zack se encoge de hombros.
—Si quiero llevarte a Paris ahora mismo, lo haría, porque puedo, lo sabes ¿No? —dice al momento que llama a la camarera que nos está atendiendo.
—Lo sé, será en otro momento entonces —Le hago saber sin dejar ir mi sonrisa, el imita mi gesto y besa mi mano en el momento que paga la cuenta. Nos levantamos para salir del lugar, cruzar la calle y volver al trabajo.
—Además, no olvides que prácticamente eres rica, tienes 800 mil libras a tu nombre —susurra. Sostiene mi mano para cruzar la calle, claro que olvidé por completo ese dinero, pensé que lo dijo en el momento, pero parece que es cierto. Zack se despide de mi al dejarme en la puerta de mi oficina, lo llamo antes d epoda subir al ascensor.
—No lo quiero —El me mira con las cejas juntas y pregunta de que hablo.
—No quiero el dinero, no lo he trabajado yo, no puedo recibir esa cantidad de dinero como si me cayeran del cielo —le explico y lo que recibo como respuesta es una pequeña risa de su parte.
—¿Qué? —pregunto cuando él me mira con una sonrisa. El niega con la cabeza y responde.
—Eres demasiado buena para ser real —Es lo último que dice antes de despedirse con un beso corto en los labios. Lo cual me hace sonreír durante todo el día. Llega el momento de irnos y tengo que esperar por cinco minutos a Zack, quien seguía con su padre, el me lleva a la universidad y dice que se quedará cerca por si lo necesito, quien no se aparta de mi es Daniel, cuando salgo del trabajo el me sigue a todos lados, creo que por eso no he hecho tantos amigos.
Mi escolta no es tan grandulón y fortachón como se suele ver, pero puede llegar a ser intimidante, tiene algunos treinta años y siempre lleva su cabello café oscuro corto, sus cejas son redondas, tiene los párpados caídos, ojos de color verde, y su rostro es cuadrado, no es de mucho hablar, siempre está atento a todo, es lo suficientemente fuerte como para protegerme de quien sea y es muy respetuoso.
Cuando salgo de clases me apresuro para ir al baño, este frío me hace ir al baño más de lo normal, cuando salgo del cubículo, ya Daniel estaba listo para entrar al baño de mujeres y ver que seguía allí, me he acostumbrado a no tardar mucho.
—Daniel, ¿Sabes si Zack sigue por aquí? —le pregunto cuando camino hacia la salida.
—Si, dijo que estaría en el campus —Es lo único que responde. Seguido de eso escucho que alguien grita mi nombre, miro detrás de mí y ahí está Bryan, acercándose a mí con una enorme sonrisa. Cuando llega a mi lado, nos saludamos, puede que tengamos una amistad en sí, pero me agrada el chico. La última vez que lo vi fue cuando estuvo en el hospital buscando a Zack y solo me encontró a mí.
—¿Qué estudias? —le pregunto cuando noto la mochila en sus hombros, y sostiene una pluma con el logo en la universidad.
—Medicina, veo que te mejoraste —Solo asiento con la cabeza sin saber que decir. Hablamos de la salud de Zack y cómo estoy sobrellevando el hecho de que él es mafioso, Daniel nos sorprendió al decirnos que no hablemos sobre ello aquí.
—Fue bueno verte Brenna —Se despide de mi con un beso en la mejilla—. Por cierto, dile a Zack que mi hermana está en la ciudad y lo busca con locura.
Se aleja de mí y desaparece de nuestro campo de visión, Daniel y yo buscamos a Zack en el campus y lo encontramos haciendo música con un grupo de jóvenes que notable te estudian música, desde donde estoy se ve alegre mientras hace melodías con sus manos y canta junto a los demás, me sorprende que todo eso que hacen es improvisado y suena tan bien. Zack se ve tan relajado cuando sonríe de oreja a oreja, veo como disfruta lo que está haciendo, es como si estuviera en el lugar al que pertenece.
Cuando nota mi presencia no muy lejos de donde está, deja de hacer lo que hace y se despide del grupo como si los conociera de toda la vida, se acerca a mí y me abraza por los hombros mientras caminamos al coche estacionado a pocos pasos de nosotros.
—Deberías estudiar música —sugiero. Pero él no dice nada al respecto. Durante el camino a casa pienso en lo que dijo Bryan sobre Helen, no quiero arruinar esto con celos, yo sé el vínculo que tiene Zack con esa chica, bueno, es su ex, y me molesta un poco que se lleven bien. Mi intento de arruinar eso, fracasa cuando encontramos a Helen en la puerta de nuestra casa.
—¡Zack! —chilla la rubia casi abalanzándose al chico a mi lado, el corresponde su abrazo tan emocionante y esta tan sorprendido como yo esperaba. Helen me saluda con un abrazo más corto y un beso en la mejilla.
—Qué difícil es encontrarte, pensé que estaba en el lugar equivocado, ¿Desde cuando eres así de rico? —Zack sonríe y se encoge de hombros, suerte que es una pregunta retórica o esto se volvería muy incómodo.
—¿Qué haces aquí? —le pregunta Zack mientras abre la puerta de la casa y coloca la contraseña para evitar que la alarma de la puerta resuene en todo el lugar.
—Con suerte te veo dos veces al año, me voy a Toronto por unas semanas, vine a despedirme y quise verte —Inmediatamente ella dice eso, ahí es cuando noto sus maletas en manos.
—¿Dónde piensas pasar la navidad entonces? —cuestiona mi chico mientras la invita a pasar a nuestra sala.
—Aquí, en Londres, creo que este año te veré más de dos veces —responde mientras se sienta en el sillón, le ofrezco algo de tomar, pero ella no recibe nada. Aparentemente Helen siempre busca verlo, debo admitir que me molesta un poco, pero trato de disimularlo lo más que puedo.
—Tu casa es muy linda —halaga ella. Cree que Zack vive sola, ya quiero ver su cara cuando sepa que vivimos juntos y yo no seré quien se lo siga.
—Brenna siempre la mantiene así —dice dándole la espalda, se aleja de nosotras por cuestión de segundos.
—Estoy un poco obsesionada con la limpieza —digo sonriente. Helen intenta no parecer sorprendida, pero aun así lo hace, su sonrisa se ha ido, y parece no creer que vivimos juntos.
—¿Viven juntos? —Aún se atreve a preguntarlo. Zack vuelve a su lugar junto a mí, frente a su ex.
—Así es —afirma Zack. Su expresión es justo como pensé que reaccionaría, sonríe a medias y parece que se ha quedado muda.
—Vaya, estoy algo sorprendida, así de seria es su relación, que suerte tienes Zack, me gusta verte así —Ahora la que no sonríe soy yo, no esperaba que ella dijera algo cómo eso, creo que estoy demasiado celosa.
—Gracias —susurra Zack. Helen lo observa con ojos brillosos y me doy cuenta, ella lo quiere más de lo que Zack puede darse cuenta, está loca por él, y no la culpo, esperaba que ella fuera un poco más..., ¿Lanzada?, claramente me equivoqué.
—Bueno tengo que coger un vuelo, joder, siempre es bueno verte, aunque sea por pocos minutos —Helen está enamorada de Zack, no es tan difícil de notar, lo sé por cómo ella lo mira.
—Cuídate —dice Zack mientras la acompañamos a la salida.
—Ahora no me quiero ir, Brenna, si me echas de tu casa sería más fácil para mí —bromea conmigo cuando nos detenemos en la puerta y yo solo me río de ello. Abraza a Zack en forma de despedida y cuando se aparta peina el cabello de mi chico hacia atrás, apartándolo de su frente. No sé qué ha sido eso, pero por la expresión que Zack ha puesto, sé que se siente algo incómodo y a la vez sorprendido.
—Lo siento, sigo tendiendo esa manía contigo —murmura, para luego abrazarme a mí, su abrazo se siente cálido y hasta amigable, esta vez nuestro saludo se prolonga un poco más.
—Cuídalo mucho, no dejes que pierda el control —susurra en mi oído. No sé a qué se refiere exactamente, pero lo tomaré en cuenta.
—Si supieras con la clase de mujeres que se ha juntado, no tendrías celos de mi —Su comentario me toma por sorpresa y no digo nada sobre ello, cuando llega su taxi, Zack y yo nos despedimos aleteando nuestras manos hasta que le auto desaparece de nuestra vista.
—Creo que nos merecemos un descanso —murmura Zack cuando entramos a casa, me meto a la ducha mientras Zack espera a Joshua, el sustituirá a Daniel esta noche. Para cuando salgo de la ducha Zack sigue esperando en la sala de estar, no ha activado el sistema de seguridad esperando a que él llegue, me paseo por la habitación con una de sus suéteres, pantalones anchos y calientes para el frío, tiro los cojines la piso y preparo la cama para dormir.
Escucho pasos que se aproximan por el pasillo, imagino que Joshua ya ha llegado y Zack ya viene a prepararse para dormir, levanto la mirada para ver que es el, me asusto cuando veo a ese chico Masón frente a mí, con una pistola en manos y una sonrisa malévola. Me preparo para gritar, pero él me tapa la boca y me apunta con su pistola, dejándome totalmente petrificada, mi corazón empieza a latir a mil por hora, lo miro a los ojos, rogándole que no me haga nada.
Escucho los pasos apresurados de Zack, no sé cómo se ha dado cuenta que alguien ha entrado a la casa, pero ahora está frente a mí, con una mirada desesperada, Mason quita su mano de mi boca y dejo salir un sollozo.
—Suéltala —dice entre dientes mientras extiende su mano y da un paso hacia adelante, pero Masón lleva su pistola a mi sien sin decir una sola palabra. Por la mirada que tiene Zack sé que está enojado con él y parece que el sentimiento es mutuo, algo me dice que Zack hizo algo que a este hombre no le gustó y quiere vengarse.
Siento el frío de la pistola en mi sien, mi pecho empieza a subir y bajar rápidamente y se lo que se aproxima, me está faltando la respiración y mis manos empiezan a temblar, es un ataque de pánico. Estando amenazada a punta de pistola, entiendo a que Zack le tiene miedo, y porque quiere con todas sus ganas protegerme, no pensé que fuera tan malo, hasta ahora, tengo a un hombre apuntándome con una pistola, dispuesta a matarme.