Escape: Zack ©

By MariaLuna16

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Una novela sobre un amor rodeado de peligro, adicciones y persecución mafiosa. Zack es un chico que vive una... More

ADVERTENCIA
Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70- Final.
Epílogo
Especial Extra
Agradecimientos
Secuela- Escape: Brooke.

Capítulo 37

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By MariaLuna16

Me encuentro rodeado de joyas y ropas caras, a la espera del inicio de esta reunión con un vaso de whisky en manos y Jack a mi lado diciendo cómo puedo evitar el dolor de las heridas que tengo, no le presté mucha atención, estoy concentrado en Fernández, como se reclina de su silla y se ríe con sus capos mientras sostienen una copa del vino más caro que se pudo conseguir, mi padre forma parte de esa conversación y parece sentirse a gusto con lo que sea que estén hablando.

La oficina principal de la organización es en Highgate, en medio de todo un vecindario de políticos, artistas y hombres de negocios corruptos, no hay nadie que pertenezca a este vecindario que no sea parte de esta mafia, y por eso es la oficina principal, Fernández controla todo este vecindario, tiene su propia vigilancia, no necesita del estado, puede que ese poder no sea directamente de él, pero quien pueda quitar las cámaras de seguridad del estado en los postes de luz, sí que debe tener mucho más poder que Fernández.

La casa es de tres pisos hacia abajo, con el estudio en el segundo piso, forrado en paneles de manera agregándole elegancia y calidez al lugar, piso de madera laminada, dos sillones de cuero negro con alfombra roja debajo, paredes que mantienen el ruido dentro, candelabros colgantes que iluminan toda la habitación, y no olvidemos el gran librero de pared que tiene Fernández, las pinturas de la época, es un ambiente bastante lujoso, privado, con estilos de la modernidad mezclada con la Europa del siglo XVII.

No soporto una hora más de Fernández mirándome de reojo, estoy tan ansioso por que todo esto acabe lo más rápido posible. Al momento que el jefe llama a sentarnos en los largos sillones de cuero negro, entran dos personas a la habitación, mi corazón casi se paraliza, mi cuerpo se pone rígido, hasta tengo escalofríos. Los padres de Brenna se sienta en sus lugares y para mi buena suerte es frente a mí, sé que ellos están mucho más sorprendidos que yo al darse cuenta de que pertenecemos a la misma mafia, que será de mi relación con Brenna ahora que ellos saben quién soy realmente.

Fernández hace una introducción breve y llena de alardeos, de lo bien que nos ha ido como familia del crimen organizado, los números que han subido, los socios que han obtenido y todo ese tipo de cosas. En un intento de parecer menos incómodo y e inquieto, me acomodo en mi lugar, sentándome derecho y con la cabeza en alto a pesar de que el padre de mi novia me está matando con la mirada.

Cuando Fernández y mi padre terminan de informar con regocijo las cosas buenas que han logrado y cuáles son los planes a futuro, no presto mucha atención, no puedo concentrarme sabiendo que Brenna está esperándome y que sus padres están frente a mí, se supone que ellos se fueron del país hace semanas.

Con toda la formalidad, Isacar, mi padre presenta ante todos a los padres de Brenna, cuando dice sus apellidos pone su mirada en mí, no pude ser que siendo el subjefe a penas y se da cuenta de que son los padres de mi novia. Sin mostrar mucho su impresión, continúa hablando del desempeño que tendrá la pareja dentro de la mafia.

Sé que la reunión está llegando a su final cuando nos dirigimos a la habitación escondida detrás del librero que ocupa toda una pared, he estado allí una sola vez en los cinco años que tengo siendo parte de esta mafia y fue cuando tuve el ritual, en el que aceptaba ser parte de l'ombra. Bajamos las escaleras con el silencio de los capos, y todas las personas importantes de esta organización, Jack diciéndome lo mala que fue ritual, y los padres de Brenna delante de mí en todo momento.

Llegamos a la habitación iluminada por una bombilla encima de una pequeña mesa circular, con una vela encendida en el centro de la misma; en nuestro alrededor se encuentra la foto de cada uno de los que estamos aquí, junto al anillo de oro que representa la omertà. Rodeados de oscuridad y poca iluminación, Fernández toma la mano Jonathan, y pincha su dedo índice dejando derramar la sangre en su foto.

—Repite conmigo —le pide Adrián. Este momento me recordó mi ritual de iniciación, parece sencillo, pero cuando sales de aquí, sientes que tienes un gran peso encima, una gran responsabilidad, creo que fui el único que se sintió así, joder, apenas tenía quince. Jonathan toma su foto ensangrentada y enciende la esquina de la misma con la llama de la vela.

—Si traiciono a l'ombra que mi sangre se derrame y arda como lo hace en esta foto —relata junto a mi padre, como fiel seguidor Jonathan repite sus palabras.

—Una vez se es mafiosos, l'ombra está antes que la sangre, que la familia, que las mujeres —Miro a mi alrededor a los hombres de traje, totalmente serios, noto que Jack y yo somos los únicos soldados en la reunión, lo cual me parece bastante raro, por lo general los soldados no están en este tipo de reuniones, a menos que Fernández este planeado algo con nosotros.

—Una vez se es mafioso siempre se es —Es lo último que dice Jonathan mientras la foto se desintegra en sus manos. Isacar toma la imagen de sus manos y con el poco de sangre que queda en su dedo, marca la segunda fotografía, le hace entrega del anillo y cuelga el retrato junto a las demás, sin olvidar el segundo anillo que es utilizado como hilo que nos une a la familia, y como un código de honor que no podemos romper.

Se hace lo mismo con Beatriz, es casi la hora de ir por Brenna y esto se torna cada vez más desesperante, siquiera se para que me necesitan aquí, no soy más que el chico que se ensucia las manos por esta mafia. Pienso en una forma de salir, pero no hay ninguna en la termine muerto o golpeado hasta casi morir. Entre Isacar y Adrián, relatan nuestros códigos con esmero, recordándonos a cada uno de nosotros lo que tenemos que cumplir.

—¿Se comprometen a no romper la omertà, y cumplir con cada uno de nuestros códigos, y servir a la familia por el resto de sus vidas? —Ahora que lo pienso, esa es una gran pregunta. Una con mucho peso.

—Bienvenidos a la familia l'ombra —dice Fernández al saludar a ambos con un beso en la mejilla. Es la tradición italiana. Cuando creo que la iniciación ha llegado a su final, Adrián le hace señas a los hombres que se quedan en la puerta, ahí es cuando entran dos soldados que notablemente no fueron llamados para la reunión; arrastran a un chico que conozco, entro a la mafia dos años después de mí, tienes golpes en la cara, apenas puede caminar, tiene un ojo morado, le faltan dedos de la mano y no hace falta ser un genio para saber que está sucediendo y que significa.

—Esto es lo que pasa cuando se rompe el código de honor, se paga con muerte en vida y finalmente se ejecuta —El tipo cae de rodillas en el piso, Fernández utiliza su arma y dispara contra él, haciendo un agujero en su frente e inmediatamente los soldados se lo llevan.

Trago saliva. Esto es una demostración de lo que pasará si siquiera pienso en decirle algo a Brenna, y es por eso que me he negado en innumerables ocasiones a los consejos de mis amigos, el único que sabe con qué se paga es Thomas, pero hasta él me ha dicho que diga la verdad.

—Estuvo con una mujer que no pertenece a la familia y le contó lo que hacía, no nos arriesgamos a que ella fuera a la policía, así que también ha pagado con muerte —informa Fernández mientras se acerca una vez más a la mesa. Esto será la gota que derramará el vaso, no quiero ni pensar las cosas que dirán o harán los padres de Brenna para alejarme de su hija, que claramente corre peligro.

—Pero no todo es malo, quisiera aprovechar este momento para llamar a Zack —Despierto de mi burbuja de pensamientos al escuchar mi nombre. Le doy una rápida mirada a mi padre y el solo asiente con seriedad, me acerco al centro, junto a Fernández, él me toma por los hombros y sonríe, hago todo un esfuerzo para sonreír igual y que no parezca falso.

—Zack ha demostrado ser leal, correcto y el mejor soldado que tiene la organización, recientemente acabó con uno de los socios del enemigo que planeaba matarme —Sus palabras me ponen nervioso porque no sé si también me matará en frente de todos sin compasión alguna, o si revelará que tengo una relación con una mujer fuera de la mafia.

—Siempre está dispuesto a lo que sea, es determinado y resuelve problemas con rapidez, bastante eficaz y con mucho potencial para esto —Pongo mi mirada en Jonathan y Beatriz quienes me observan con concentración y escuchan atentos a lo que dice el jefe.

—Ha sabido cómo ganarse las cosas y es por eso que hoy, yo lo presento como el nuevo caporegime de la familia —Ante este repentino cambio de puesto, no puedo ocultar mi sorpresa, Fernández me saluda como la tradición italiana manda y yo solo puedo asentir en agradecimiento para no parecer irrespetuoso. El me acaba de nombrar capo, lo que quiere decir que tendré a mi cargo a un grupo de soldados, que no tendré que salir a la calle a matar gente, a recoger dinero y obviamente ganaré mucho más dinero.

Pero también significa una última oportunidad para no meter la pata con la hija de sus nuevos vendedores de arma, que por casualidad llegaron precisamente a esta mafia, no soy estúpido, todo esto es como un juego de ajedrez y el único que se mantiene moviendo las fichas es Fernández, sabe que estoy con Brenna, por eso se ha encargado de ponerme en una situación en la que tenga que elegir entre ella y la mafia, y que mejor manera que nombrándome caporegime y dejando al conocimiento de los padres de mi novia la verdadera persona que soy, todo esto son advertencias bajo la sombra que él no suele dar, supongo que debería sentirme privilegiado de que no me ha atravesado una bala en la frente y a Brenna tampoco, todavía.

No preste atención a todo lo demás que paso, me sentí perdido y abrumado, mientras que Jack estaba más que contento con su nuevo puesto, salgo casi corriendo de la casa en cuanto termina la reunión, y cundo estoy a punto de subir al coche el padre de Brenna me detiene.

—¿Cómo es posible que seas..., lo que eres? —pregunta con la mandíbula apretada y el ceño fruncido.

—Un mafioso, gánster, criminal, ¿quizás? no tenga miedo de usar la palabra, las apariencias engañan, puede verme en la calle y siquiera se le ocurrirá que pertenezco a una mafia —respondo con una sonrisa de lado, lo menos que quiero es que crea que puede intimidarme por ser el padre de mi novia, quien no sabe a lo que se dedica ninguno de los dos.

—Te vas a alejar de mi hija ya, o yo lo haré —dice mientras me apunta con su pistola discretamente. Me recuesto del coche y cruzo los brazos con una sonrisa de lado.

—¿Acaso no escuchó nada?, repase los códigos para que no se meta en problemas —le hago saber, mira detrás de mí y esconde su arma, no tiene otra opción.

—Sabes que debes alejarte de ella, o ambos terminarán muertos, si algo le sucede a mi hija, te mato, hay muchas formas de hacerlo sin que sepan que fui yo, tú deberías de saberlo —No respondo a su amenaza, solo entro al coche sin dejar de mirarlo y piso el acelerador dejándolo detrás.

Grito de rabia cuando estoy en la carretera para ir a casa de Jenna, todo empieza a empeorar, cuando ellos se enteren de que Brenna y yo nos mudaremos juntos, no quiero ni imaginar lo que pasará, pero ahora yo tengo más poder y estoy dispuesto a usarlo. Qué manera de familiarizarme con mis suegros. Hago una llamada importante al jefe de la pandilla que una vez perseguía a Jack, yo logré poner las cosas bien entre ambos, dijo que lo llamara para lo que sea, me debe una y ha llegado el momento de cobrar.

—Hay un chico, que me está molestando, su nombre es James, está en la cárcel, lo quiero muerto para mañana —le pido. Lo que obtengo como respuesta de su parte es un por supuesto, estaré a la espera de su respuesta, las noticias corren rápido entre familias, y es posible que él sepa que ahora soy capo.

En principio tenía todas las intenciones de decirle la verdad a Brenna, pero con esas demostraciones y amenazas indirectas de Fernández, lo mejor será ocultarle la verdad por el momento, hasta que el baje la guardia y yo puedo finalmente salir de allí, sé que no es tan fácil como suena, pero al menos intentaré hacer las cosas bien por primera vez en mi vida. En cuanto llego a casa de Brenna, ella me recibe con una sonrisa sin mostrar sus dientes, la miro de arriba abajo, lleva jeans anchos y raspados en la rodilla, con botas negras, una camiseta y un abrigo marrón. Como era de esperar hace un comentario sobre mi vestimenta demasiado formal.

—¿Acaso iremos a otro sitio? —cuestiona.

—¿Quieres ir a un lugar en específico? —lo menos que puedo hacer es llevarla a donde sea que ella quiera ir, así me da tiempo en pensar en una excusa válida, ya se me está acabando la creatividad para mentirle.

—Bueno, quiero comer hamburguesas y todo lo que tenga mucha grasa —Me rio por la forma en que lo dice, ella se ríe de mi risa incontrolable y el ambiente se torna más suave. La complazco haciendo una parada en Burguer King, me sorprende que haya pedido postre, por lo general se llena antes de poder comer el postre, ella debe estar realmente hambrienta, su entusiasmo al recibir su comida me hace sonreír, dejo que con toda su felicidad sostenga su bolsa de comida.

Al momento de salir del local, nos encontramos a Harry, entrando junto a una chica, no pasamos de un saludo rápido y una presentación de su amiga. Durante el corto camino, Brenna se come las papas fritas, para cuando llegamos al ático, no queda nada de papas, se comió hasta las mías. A pesar de que Brenna mantiene el ambiente entre nosotros cálido, y para nada incómodo, a medida que subimos hasta el mirador del ático empiezo a sentir ese cosquilleo, mi corazón late más rápido de lo normal, y mis manos empiezan a sudar, nervios. No tengo la más mínima idea de lo que ella vaya a preguntar o si yo tengo respuesta a ellas, lo menos que necesito ahora es que Brenna sepa la verdad.

—Si esto fuera mío, no saldría de aquí —dice ella al mismo tiempo que se tumba en el sillón e inmediatamente destapa su comida. En silencio me siento junto a ella, pero no como. Solo espero el momento en el que tendré que explicar muchas cosas. Mientras Brenna come y con el buche lleno de comida me pide que la acompañe, pero no dejo de pensar en una posible excusa.

—Ya vengo —vuelvo al centro del ático donde siempre tengo cigarrillos disponibles, en este momento mi mente me grita que fume marihuana, tengo de eso también en alguna gaveta, para no empeorar las cosas con Brenna tomo dos cigarros y llevo el encendedor conmigo. Cuando vuelvo junto a Brenna, ella ya casi termina su hamburguesa, abro la ventana que da paso al balcón, me siento en los pequeños escalones detrás de la ventana y enciendo el primer cigarrillo, dejando uno sujetado a mi oreja.

—Te noto ansioso —dice ella antes de tomar un sorbo de su bebida. Tiene la libertad de subir los pies en forma de indio en el sillón, dejo salir el humo hacia afuera para que no le moleste a Brenna. No digo nada sobre su comentario, ella sabe que estamos aquí para aclarar las cosas, ella me ha dicho por mensaje que me ama, sigo esperando que lo diga, pero empiezo a creer que tiene buenas razones para no hacerlo y que primero tiene que asegurarse de que lo que ella ha concluido no es cierto, sabe que es algo malo y yo estoy jodido, porque acabo de sumarle a eso malo, he mandado a matar a James.

Le he pedido que nos mudemos y tampoco he recibido respuesta sobre ello, estoy seguro que ella quiere asegurarse de que yo no soy lo que ella está pensando.

—¿Qué quieres saber? —cuestiono dejando caer las cenizas de mi cigarrillo en el piso del balcón detrás de mí.

—Quiero saberlo todo —Levanto mi mirada y la veo a los ojos, no tengo que decirle, es increíble, no tengo nada que decirle. Ni una sola palabra sale de mis labios, creo que es la única chica que ha logrado dejarme sin palabra, literalmente.

—Zack no soy estúpida, he visto cosas y escuchado también, pienso y pienso y todo me lleva a una misma cosa —Mientras ella habla, yo fumo para relajarme y pensar con claridad, no entrar en un estado de pánico, que los he tenido, pero no como Brenna lo has tenido.

—¿Y qué es lo que has visto? —le pregunto para así tener una idea de lo que sea que ella esté pensando. Me cuenta desde el momento en el que Jack apareció en mi casa mientras ella estaba allí, incluso la apuntó con el arma. Habla de cuando falté dos días a la escuela, y recuerdo perfectamente que fue cuando estuve en la cárcel por esos días, precisamente por lo que sucedió con Jack esa noche que ella se quedó en mi casa, aparentemente Brenna no cree todo lo que digo. Maravilloso, es más astuta de lo que pensé.

Por supuesto menciona cuando Danielle llegó a su casa junto a Bryan, y como aparecí yo alarmado y asustado, fue la primera advertencia de Fernández, y lo único que pensé es le podría estar pasando algo, no me lo perdonaría nunca, lo que hizo el momento suspicaz, es que Danielle nunca la visita sin avisar y bueno Bryan y Brenna no es que se conocen mucho. Por cómo me observa, con los ojos entrecerrados, sé que siempre ha estado uniendo esos cabos sueltos.

Lo último que pensé es que ella se enteraría del escolta fuera de su casa, Jenna mencionó algo sobre Emma, que Brenna también acaba de mencionar, y me doy cuenta de que ella también trabaja para Fernández, solo así sabría que yo soy el mafioso con él se acuesta Brenna; así que se está acercando a la verdad, al secreto que destruirá por completo nuestra relación, esa que apenas estaba floreciendo, la mafia se encargará de arrancar cada pétalo hasta que no quede nada.

Mi chica es mucho más observadora de lo que pensé, se ha dado cuenta de lo angustiado que estaba cuando Mason se cruzó en nuestro camino, y claro que ella se dio cuenta que estaba igual esta tarde cuando íbamos a su casa, he quedado como un idiota creyendo que ella cree mis mentiras.

La gota que rebosó el vaso fue cuando Brenna me vio con el arma en el lugar que James la tenía encerrada, hoy fue la segunda vez que ella me observó con la pistola, termino mi cigarrillo y sin mirarlas a los ojos, espero a que termine, me estoy preparando mentalmente para decirle la verdad y asumir las consecuencias que será perderla y hacer lo que esté en mis manos para salvarle la vida cuando Fernández se entere de que rompí la omertà , que lo hará, el solo está esperando que yo abra la boca para matarme.

—Supe por tu mirada que estabas dispuesto a matarlo, puede que James sea un idiota, lo conozco mejor que tú y el no habla por hablar, él sabe algo de ti y tú temes que yo lo sepa —Con el corazón a mil por hora la miro a los ojos, me siento junto ella en el sillón, tomo sus manos, cierro los ojos y respiro profundo, dejando salir el aire en un solo suspiro.

—Brenna, si no he te dicho es porque es peligroso para ambos, lo mejor es que por ahora, no sepas, pero te prometo que te contaré toda la verdad cuando arregle esto, necesito que confíes en mi —Es lo único que se me ocurre decirle, sé que es demasiado pedirle que confíe en mi cuando no estoy contándole la verdad.

—Te metiste en un lío por comprar drogas, de ahí conoces a Jack y el hombre que nos seguía tiene que ver con eso, ¿cierto? —pregunta con las cejas levantadas. No puede ser que de todas esas sospechas que ella me acaba de relatar, este pensando que es por haber comprado drogas.

—Dime que es eso y no algo peor —Claro que esas no son sus conclusiones es lo que quiere escuchar y eso es lo que le diré, esa será mi gran excusa, solo no daré detalles sobre ello para mantener mi disculpa por no decirle más. Ella deja salir un suspiro y me abraza, haciéndome sentir peor de lo que ya me siento, antes de que cualquiera de los dos pueda decir algo más su móvil acaba con el silencio que de repente nos invadió, ella descuelga la llamada y no se mueve de su lugar.

Con la mirada perdida en el río frente a nosotros, espero a que ella termine de hablar, noto que su rostro pasa de aliviado a confuso una vez más, y me aterra la noticia que haya recibido por teléfono, cualquier cosa puede derrumbar mi pirámide de mentiras, incluso puede que Fernández la haya llamado, todo puede pasar. A través de la ventana veo como las gotas de lluvias empiezan a descender del cielo, y de repente está cayendo una tormentosa lluvia.

Me levanto del sillón cuando Brenna mantiene su mirada fija en mí, tiene esa mirada otra vez, sus ojos están llenos de miedo, y de lo único que teme es de mí. Que ella me tenga miedo es lo que me hace sentir peor, como si fuera un maldito criminal que no merece para nada su amor, que es justamente lo que soy.

Cuando ella cuelga la llamada, yo recibo el mensaje que tanto había estado esperando, James está muerto y no hay vuelta atrás.

—¿Qué hiciste? —su pregunta acelera mi pulso, su mirada llena de temor y confusión hace que quiera borrar cada cosa mala que he hecho y simplemente estar abrazado junto a ella bajo la estruendosa lluvia de Londres. Aun con mi móvil en manos me levanto del sillón y me acerco a Brenna, no sé lo que le hayan dicho, pero claramente ella lo ha vinculado conmigo, todo apunta a que sabe que mataron a James y me culpa por ello.

—Zack, ¡¿Qué diablos hiciste?! —me grita con desesperación y lanzando los brazos al aire, me quedo petrificado en mi lugar sin decir una sola palabra. Asustado de lo que pueda salir de mis labios y como le afectaría a Brenna. 

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