Tambores, baile y ofrendas eran objetos de atención para todos en la manada. El día del eclipse llegó y con ello trajo la alegría y miedo de muchos, la mayoría de los competidores tenían aptitudes para ser buenos líderes pero otros...
Les daba escalofríos pensar como acabaría la manada si es que alguno de ellos ganaba.
—¡Jungkook! ¿Nervioso?— Preguntó un alfa tomando asiento a su lado.
—Para nada, Namjoon.— Dijo serenó mientras observaba o los otros alfas ejercitarse un poco antes de que el enfrentamiento comience.— Conozco la fuerza y técnica de cada alfa que competirá, muchos no tienen un buen aguante y estoy seguro que no resistirán a las pruebas físicas, menos a la pelea.
El peligris no se sorprendió al escuchar el análisis que su amigo le hizo a sus rivales, era algo muy típico de Jungkook.
—¿Y Park?— Cuestionó con cautela.
—Ser impulsivo es su mayor defecto.— Explicó con tranquilidad.— Se deja dominar por la ira cuando las cosas no salen como lo espera y eso lo convierte en un blanco fácil para su enemigo, su técnica es buena pero no tiene valor si no sabe protegerla.
El alfa escuchó toda la información con admiración. Namjoon era mayor que Jungkook pero eso no le impedía tener un gran respeto por su amigo.
Kim Namjoon no era de la manada Jeon. Llegó siendo un adolescente herido que se vio obligado a huir de su propio hogar cuando un grupo cazadores comenzaron a asesinar masivamente a su gente, desde el primer momento que puso un pie en el lugar la familia de Jungkook lo acogió como uno más y lo hicieron sentir parte de la manada, siendo Jungkook su primer amigo.
La devoción y lealtad que le tenía a los Jeon tan grande que prometió protegerlos con su vida de cualquier peligro.
—No dudo de tu fuerza y experiencia pero no te confíes, ese alfa podría hacer cualquier cosa contra ti.— Advirtió con inquietud.
—Lo sé, no te preocupes, Nam.— Sonrió y le dió un apretón amistoso en el hombro.
La música se detuvo y los representantes guiaron a las personas para agruparlas en un lugar estratégico. El líder Jeon nombró a cada uno de los alfas a competir y ellos se aproximaron ubicándose en una línea recta.
—Es hora de las pruebas físicas— Murmuró Namjoon.
Jungkook asintio.
—Suerte.— El peligris le dió un abrazo y se alejo.
—Jeon Jungkook.— A paso seguro se acercó a sus oponentes y se ubicó en la fila con los otros seis alfas.
—Park Jimin.
Un escalofrio recorrió los cuerpos de todos cuando el nombre del alfa más repudiado llegó a sus oídos.
El pelinegro se abrió paso entre la multitud con un caminar confiado y un porte que emanaba arrogancia, su simple presencia logro que un ambiente tenso e incómodo se instalará en el aire.
—Bien...— Murmuró Juwoon con un carraspeó.— Cómo saben, las sagradas y antiguas pruebas físicas consisten en tres etapas. Aullido, caza y por último, la carrera de los cien kilómetros.— Explicó.— En cada una se irán descalificando competidores hasta que solo queden dos oponentes que se enfrentarán en la lucha por el título antes del ritual, el vencedor será nombrado por la diosa luna como el nuevo alfa líder de la manada.
Todos escucharon atentamente las indicaciones de Jeon. Las ansias y expectativas estaban muy altas pero la mayoría sabía quiénes quedarían de pie para la ronda final.
—Dando inicio a esta nueva era para nuestra manada, les pido que tomen sus formas lobunas para comenzar con la primera etapa: Aullido.
Los alfas acataron las órdenes del líder y en segundos ocho lobos con características físicas diferentes aparecieron frente la multitud.
Grandes y pesados troncos de madera fueron apilados de tal forma que daban la ilusión de un muro. La primera prueba consistía en la fuerza del aullido de cada individuo, está característica es clave ya que en caso de peligro el aullido es la única forma de comunicación que tiene un líder con su pueblo para advertir sobre una posible amenaza e incluso el mensaje podría llegar a manadas cercanas.
—Solo tienen una oportunidad, quienes logren derribar más troncos pasarán a la siguiente prueba.— Una vez dicho esto, los alfas se pusieron en posición.
El primero en pasar fue un lobo de pelaje marrón. El alfa se posicionó frente al muro y con una mirada de determinación soltó un aullido que hizo temblar la estructura y hacer que un solo tronco caiga, se sintió decepcionado pero los silbidos y aplausos de los espectadores lo reconfortaron.
El siguiente fue un lobo de un tamaño más pequeño que los demás, su pelaje era gris y su caminar era un tanto vacilante, nervioso. El alfa observo el muro por unos segundos y luego de equilibrarse bien dejo salir un aullido que solo provoco que los troncos temblarán, con los aplausos y ánimos de fondo se alejo con cabeza baja.
Puff, patético. Pensó Jimin con una sonrisa burlona.
Cuatro alfas más pasaron y todos ellos lograron derribar más de un tronco. El turno de Park Jimin llegó y muchos se quedaron quietos a la espera, el alfa en su forma de lobo tenía un pelaje completamente negro y contaba con dos brillantes ojos marrones, su tamaño era más grande que el de los demás pero igual al de Jungkook. Jimin siquiera se tomó un tiempo para prepararse y soltó directamente un aullido tan potente que consiguió derribar cuatro de los troncos más grandes, nadie lo alabo ni elogió pero él no lo necesitó para sentirse superior.
Supera eso, mariquita. Formuló mirando directamente al otro alfa quien simplemente lo ignoró sin verse afectado.
Cuando fue el turno de Jungkook todos comenzaron a alentarlo con elogios, porras y aplausos, el lobo también de un intenso pelaje negro y era portador de unos expresivos ojos rojos cual sangre, él tampoco necesitó tomarse un momento así que se paró frente al muro y canalizando la energía de su lobo libero un aullido que dejo helado al público.
Cinco troncos cayeron al igual que la buena cara de Park Jimin.
—¡Muy bien!— Celebró el líder llegando frente a los alfas.— Todos lo hicieron exelente pero como saben solo seis competidores pueden pasar a la siguiente etapa. Han y Jiwo, lo lamento pero quedan descalificados.
Los dos alfas asintieron cabizbajos y se alejaron para unirse a los espectadores. Los demás, aún en sus formas de lobo, esperaron pacientemente las siguientes indicaciones.
—Siguiente etapa, ¡Caza!— Bramó Jeon con el animo renovado.— No creo necesario explicar esta ronda pero aún así lo haré brevemente, los que consigan una presa de gran tamaño o una cantidad de presas que supere al tamaño de las otras, pasarán a la siguiente y última etapa, tienen veinte minutos ¡Adelante!
Sin esperar más los seis tomaron caminos diferentes para adentrarse al bosque. Jimin a diferencia de los demás no hizo uso de sus sentidos lobunos para rastrear a un animal, él no necesitaba nada de eso cuando ya tenía una presa más que lista.
Ganaré, Jeon. Sufrirás cuando me veas en tu precioso lugar.
El primer alfa en llegar traía consigo tres liebres muertas, el segundo llegó con un jabalí medianamente grande, el tercero capturó un mapache y el cuarto consiguió un zorro adulto.
Jeon Jungkook llegó en quinto lugar con un ciervo macho de gran tamaño. Quedaban menos de cinco minutos y el último competidor aún no aparecía, todos se miraban entre si con confusión, sabían lo competitivo que era Jimin y que no hubiera llegado primero era muy extraño.
—Si Park no llega en un minuto, quedará descalificado sin importar el tipo de presa que traiga.— Anuncio el líder y todos asintieron de acuerdo.
Las miradas estaban clavadas en el bosque, no había señal del alfa y el tiempo estaba corriendo.
—Diez, nueve, ocho...— Contó Juwoon y antes de poder seguir, una figura salió a gran velocidad cargando con algo aún más grande que él.
Las bocas de todos se abrieron cuando el lobo de pelaje negro dejó caer su presa revelando que era.
Park Jimin llegó justo a tiempo y con un oso pardo como presa.
—¿Cómo rayos consiguió eso?— Musitó el líder conmocionado.
La mandíbula de Jungkook estaba tensa y sus garras se clavaban con fuerza en la tierna carne del ciervo muerto que cazó.
—De acuerdo, cuatro alfas más pasan a la siguiente etapa.— Informó Jeon.— Jihyun y Hemin quedan afuera ya que cazaron a los animales más pequeños, liebres y un mapache.— Asintieron y se retiraron llevándose a sus presas.
—Estén listos para la última etapa ¡La carrera de los cien kilómetros!