—Que los chicos de tu edad se compran esas revistas. Debes actuar como ellos, necesitas camuflarte.

—Papá me matará si descubre una de esas revistas en mi cuarto.

—Figurativamente hablando —le corrigió Liú Tian alzando el dedo índice—. Pero si descubre que eres gay, literalmente hará eso.

La atención de Xiao Zhen se fue hacia la marca ahora blanca que había quedado en las costillas de Liú Tian, un recordatorio de por vida de lo que significaría volver a besar a un chico en la vía pública. La tocó con el pulgar.

—¿Todavía te duele?

—Charles...

El chico dejó caer las manos.

Ambos quedaron meditabundos después de eso.

Liú Tian volvió a acomodarse sobre el regazo de Xiao Zhen, tocó su pecho con expresión melancólica.

—Ya no me duele, Carlitos.

—Pero...

Xiao Zhen apartó la mirada.

—No creo que vuelva a dolerme, no te preocupes.

El ambiente entre ellos se había arruinado por completo. Con un suspiro, Liú Tian se dejó caer a un costado del chico. Ahora ambos contemplaban el cielo oscuro del cuarto. Sus hombros se rozaban en cada inspiración.

Tras un rato, se giró hacia Xiao Zhen. Posicionó su brazo afirmando su mejilla para así alzarse y poder mirarlo.

—Xiao Zhen, oye.

Le prestó atención.

—Siempre te escucho, gege.

Le dio un golpe juguetón.

—Tan romántico. —Con expresión coqueta, le rozó la piel del cuello con la uña—. Carlitos, ¿te das cuenta de que es la primera vez que dormimos juntos como novios?

Xiao Zhen le alzó las cejas, su mirada recorriéndole el rostro.

—¿Novios? —susurró—. Eres lindo, gege.

Enrojeció, de pronto tan tímido y cohibido que no pudo sostenerle la mirada. Se dejó caer otra vez de espalda y comenzó a jugar con las mantas a su alrededor.

—¿Eso quiere decir que me dejarás besarte toda la noche?

—¿Y no piensas dormir? —bromeó Xiao Zhen.

—Ya dormiré cuando esté en mi solitaria y helada cama.

Xiao Zhen se volteó también hacia él y le pasó el brazo por la cintura desnuda, sus dedos tocando nuevamente la marca blanca en sus costillas.

—Durmamos, gege.

Como si eso fuese tan fácil de hacer, cuando ambos estaban recostados en una cama estrecha solo utilizando ropa interior, Xiao Zhen cerró los ojos. Liú Tian quiso imitarlo e intentó relajar sus músculos. A los minutos, continuaba despierto y tenso en ese colchón diminuto. Inclinándose hacia el chico para ver si ya dormía, visualizó su perfil grisáceo por la luz de la luna.

Era tan lindo.

Y Liú Tian lo quería tanto, tanto.

—Xiao Zhen —susurró.

Sus cejas se fruncieron.

—¿Mm? —respondió con torpeza.

—Esto es muy bonito y en serio me siento así súper mega querido y agradecido de tener un novio tan hermoso que...

Calcomanía (Novela 1)Where stories live. Discover now