1: 18

27.1K 5.3K 9.8K
                                    

18

Enero, 1979.

En la ciudad natal de su madre, hace ya dos años, Xiao Zhen tuvo una novia con la que durmió un par de veces. Con ella comprendió que siempre sería la cuchara pequeña por su forma de dormir, encogida y de piernas flexionadas, protectora. Como en ese instante, que sentía una respiración en la nuca junto a un brazo en la cintura y la pierna de Liú Tian colándose entre las suyas. Desorientado, no pudo procesar del toda la situación hasta que la respiración en su cuello cambió de ritmo a uno menos profundo. Liú Tian se quejó al despertarse con sus músculos moviéndose alrededor de Xiao Zhen. Entonces, una parálisis repentina invadió al cuerpo del chico antes de alejarse apresuradamente y darle la espalda.

Se quedaron unos segundos así antes de romper el silencio de ese cuarto que solo contuvo respiraciones tranquilas durante horas.

—Xiao Zhen —susurró Liú Tian con voz ronca y todavía dormida.

Fingió que se despertaba recién.

—Xiao Zhen, despierta, son las siete, tu familia debe estar preocupada.

Lo dudaba, posiblemente su padre ni siquiera supiera que su único hijo no había llegado a casa. Con mayor posibilidad, tal vez ni su padre hubiese llegado a dormir.

Sacando los brazos fuera de la manta, se estiró y se dejó caer de espaldas rozándose con la espalda encogida de Liú Tian.

—¿Dormiste toda la noche en ese rincón? —se burló.

Liú Tian se movió dejándose caer de espalda al colchón.

—Sí, ¿por qué? Llego a tener el brazo derecho dormido por tu culpa.

—Porque juré que me abrazabas mientras dormía.

Los ojos de Liú Tian se abrieron en horror y después estaba tosiendo para recuperar la voz.

—Lo siento, solo fue un poquito. Soy un pulpo terrible al dormir y...

—Tian, respira.

Lo hizo como si siguiera un comando, su jadeo entrecortado al botar el aire de los pulmones.

—Solo no quiero incomodarte y que te termines alejando por eso.

Xiao Zhen no supo cómo responder a aquello, así que cambió de conversación.

—¿Dormiste bien?

—¿Parezco una persona que durmió bien? La mitad de la noche dormí con pánico de tocarte, la otra mitad dormí con pánico de darte la espalda. Y por cierto, Xiao Zhen, roncas muy bonito.

—No lo sabía.

—Y duermes con la boca un tanto entreabierta, es tierno.

Xiao Zhen alzó las cejas.

—¿Me estuviste viendo dormir, gege?

Las mejillas de Liú Tian se pusieron rojas mientras sus ojos se abrían como plato.

—¿Y qué si lo hice? —refutó con un tartamudeo, luego juntó las manos sobre el abdomen—. Lo confieso, sí, te miré, pero solo un poquito.

Calcomanía (Novela 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora