Siempre se sentía como un extranjero.

Como un extraño.

Incluso en su propia casa.

Excepto con Liú Tian.

Xiao Zhen no tenía idea qué había visto Liú Tian en él, pero se alegraba de que hubiese encontrado en él un tesoro lo suficientemente valioso para arriesgarse a conocerlo.

—Odio a la gente de tu pasado —dijo Liú Tian. De pronto, parecía triste—. Yo habría ido a todos tus cumpleaños, Charles. A todos.

Entonces, se movió hasta quedar recostado sobre Xiao Zhen. Debía estar incómodo porque la espalda de Liú Tian estaba curvada, mientras apoyaba la cabeza en el suelo.

—¿Sabes qué, Carlitos? Te hareé la mejor fiesta de cumpleaños de tu vida. —Los músculos de su espalda se tensaron contra las piernas de Xiao Zhen—. Espera, todavía no es tu cumpleaños, ¿cierto?

—Es en mayo —aclaró.

Liú Tian sonrió.

—Eres tauro. ¿Te han dicho que capricornio es el mejor novio para tauro? Y yo soy capricornio.

—No creo en el horóscopo —contó.

El chico puso los ojos en blanco.

—No sabes lo que te pierdes. Pero, en fin, ¿qué día cumples?

—El 1 de mayo.

—¿Cómo es que Carlitos cumplirá los veinte añitos ya? Todo un hombre. ¿Qué regalo podría darle gege a su Charlitos?

—Todavía falta mucho —replicó Xiao Zhen con buen humor. Se estiró hacia adelante para agarrar la olvidada guía amarilla y abrirla sobre el estómago de Liú Tian.

—Solo un mes —refutó el chico agarrando el libro y mandándolo lejos.

Gege...

—Te estabas distrayendo.

—Solo quería continuar buscando la dirección de André.

Liú Tian frunció la nariz. Entonces, se volteó quedando con el estómago apoyado en las piernas de Xiao Zhen.

—¿Ahora soy lo suficientemente interesante, didi?

La mirada de Xiao Zhen se deslizó por la espalda curvada del chico. Sus manos habían quedado atrapadas bajo el cuerpo de Liú Tian.

—Puedes tocar si quieres, no tienes que ser tímido con tu gege —lo provocó moviendo las piernas en el aire.

—Pensé que iríamos lento, gege —recordó.

—Yo solo estoy aquí recostado todo normal y casual, Xiao Zhen.

—Recostado sobre mi regazo —puntualizó.

—Como dije, yo solo estoy aquí recostado todo normal y casual, creo que es Carlitos quien está pensando en otro tipo de cosas.

Tragando con dificultad, Xiao Zhen finalmente soltó sus manos atrapadas, Liú Tian se rio al sentir el movimiento. Luego, Xiao Zhen se estiró hacia adelante para volver a agarrar la guía. La posicionó sobre el trasero del chico. Liú Tian lo siguió con la mirada, mantenía la misma posición. Movía las largas piernas pidiendo esa atención que Xiao Zhen no le estaba dando.

Pasó otra página de la guía y por fin encontró la calle de André. Arrancó la hoja y dejó el libro al lado.

—Ya encontré la dirección, gege.

Liú Tian hizo un puchero. Se alejó de él y tomó asiento a su lado. No se veía nada feliz.

—¿En serio debemos ir? Porque si nos quedamos aquí, podrías meterme mano. Te lo permitiré con mucho gusto.

Calcomanía (Novela 1)Where stories live. Discover now