v. birthday

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Hayley pasaba pasó el trozo de algodón una vez más contra la mejilla de Killian, quien apretaba los labios con fuerza para no quejarse de dolor. A su lado, Draco pasaba la varita por su abdomen, curando las heridas de esa área con un hechizo, y no muy lejos de ellos, en el comedor, Theodore y Blaise intentaban salvar a Hedwig. 

En su rostro se una mueca, mirando la herida ahora desinfectada. 

―Creo que es tu turno, Theo.―murmuró Hayley, incorporándose. 

El nombrado asintió desorientado, claramente preocupado por el estado de su padre, y tambaleante se acercó a tomar el puesto que antes ocupaba Hayley. Apoyó sus rodillas en el piso y pasó su varita por las heridas, tal cómo hacía Draco. 

―¿Cómo está?―preguntó Hayley hacia Blaise, quien torció los labios. 

―Está muy débil.―admitió. Luego, miró a Hayley con una triste sonrisa.―No creo que sobreviva, Hayley. 

La azabache dejó escapar una pequeña lágrima que apartó de inmediato. 

―Lechuza tonta.―le riñó Hayley en un tono suave, intentando ignorar los bajos pero desgarradores ululeos que emitía para comenzar a curarla de una manera improvisada.―Eso te pasa por tener favoritismo. 

―Debe haber sido el impacto.―dijo Killian desde el sillón, soltando un quejido.―Cayó en su jaula, eran muchos metros de altura. 

―¿Vas a decirnos qué demonios pasó?―gruñó Draco, terminando de vendarle el torso. 

Con esfuerzo, Killian se enderezó en el sillón. 

―El plan... no salió tan bien.―tomó aire.―Pero Potter está a salvo. 

Hayley soltó un suspiró de alivio, simplemente asintiendo para seguir con lo suyo. 

―¿Cuál era el plan inicialmente?―decidió preguntar Hayley, prefiriendo dejar a Hedwig en manos de Blaise. 

―Severus y yo tuvimos ciertas conversaciones.―se aclaró la garganta.―Ideamos todo un plan que debía resultar mejor que esto.―bufó.―Planeamos que sería buena idea someter a Mundungus Fletcher bajo la maldición Imperio, y él contaría aquel plan a la Orden como si fuera propio. No era algo tan simple: trasladar a Harry Potter a la casa de los Weasley. 

―¿No era tan fácil como usar la aparición?―se quejó Hayley. 

―Sí, lo era.―aceptó Killian.―Pero el Ministerio prohibió todo tipo de magia en Privet Dive. No podían aparecerse, ni usar traslador o la red flú, así que la Orden cayó como a único recurso usar medios de transporte como escobas y los thestral, que no son detectados.  

El hombre se puso de pie con esfuerzo y caminó hacia Blaise, sacó su varita y comenzó a curar debidamente las heridas de Hedwig. 

―Busca algo de comida para ella.―le indicó a Hayley antes de continuar relatando.―El Señor Tenebroso tiene al Ministerio repleto de infiltrados que lo único que esperaban era un pequeño desliz de la Orden para saber la fecha exacta del traslado, tal y como dijo Yaxley en aquella reunión, ¿recuerdan? Estaba muy seguro de que Harry sería trasladado la noche antes de cumplir los diecisiete y el detector desaparecería.

―Tiene sentido.―acotó Hayley. Blaise asintió de acuerdo. 

―Por supuesto que lo tiene.―replicó Killian.―Y no dudo que si no fuera por nosotros, la Orden hubiera seguido ese plan.―negó con la cabeza.―Nuestro plan conllevaba a siete miembros de la Orden y otros seis mayores de edad, era algo fácil: tomarían poción multijugos, convertirse en Harry Potter, trasladarse a la casa de algún diferentes miembros de la Orden y finalmente con los Weasley, a cualquier lugar que llegaran está repleto de encantamientos tal y como este lugar, así que estaría a salvo donde sea. 

𝒕𝒉𝒐𝒖𝒈𝒉𝒕𝒔, draco malfoyWhere stories live. Discover now