𝒕𝒉𝒐𝒖𝒈𝒉𝒕𝒔, draco malfoy

xx. godmother

Si había algo que Theodore Nott amaba, sin duda era a Hayley Jillian. Y si había algo que le dolía, verla gritar entre sueños en los que mencionaba al Señor Tenebroso. Y lo que más dolía en cierto punto, era que despertaba entre lagrimas murmurando el nombre de su ex prometido.

De todas maneras, al despertar ambos decidieron ignorar el hecho de que esto último sucedió. Theo para no hacerla sentirse incómoda y Hayley para no sentirse como una estúpida. Fin.

Después de que Hayley jurara por cielo, mar y tierra que se encontraba bien, que solo eran sueños y no era parte de alguna conexión, el chico por fin dejó el tema de lado.

Theodore observaba a Hayley junto a Orion, ambos tumbados en la cama sin mucho qué hacer en realidad. Hayley suspiró con fuerza y se volvió hacia Theo.

—Puedes irte, estaré bien.—le sonrió en breve y siguió con sus caricias a Orion.

—No has tocado tu desayuno.—alzó una ceja hacia su dirección.

Hayley miró hacia el plato de cereales en su mesita de noche e hizo una mueca reteniendo una arcada.

—No tengo hambre.—admitió.

—Pero Hayley...

—Hey, ¿dónde está tu varita?—preguntó para cambiar el tema. Habían pasado horas y en ningún momento lo había visto usarla.

—Oh.—resopló Theo con molestia, como si recordarlo fuera un trago amargo.—Potter nos desarmó a todos ayer. Entonces, sí... no tengo varita.

—¿A todos?—dijo confundida.

—Casi todos.—se corrigió a si mismo—Papá y la madre de Draco aún tienen las suyas.

—¿Draco perdió su varita?—dijo Hayley aguantando una risa.

—¿Te parece gracioso?—dijo Theo un poco molesto.

—Lo es.—terminó por decir Hayley, soltando una risa.

—Muy graciosa.—rodó los ojos y lanzó una almohada hacia ella.

—Solo piénsalo, ahora ambos son tan útiles como un muggle.

—No acabas de decir eso.—amenazó Theodore.

—Oh, créeme, lo hice.—soltó una carcajada. Pero ella misma fue cortada cuando una almohada impactó contra su rostro.—¡HEY!

—Te lo merecías.—le hizo saber Theo mientras bufaba.

—Idiota.—masculló Hayley.—¿Papá va a quedarse aquí estos días?

Theo asintió.

—Está siendo un subdirector algo irresponsable, pero la profesora McGonagall lo cubre mientras tanto.—se encogió de hombros.

—Quisiera decir que me sorprende pero no lo hace.—Hayley hizo una mueca.

Cuando Theo estaba a punto de concordar, golpearon la puerta del otro lado de la habitación, y seguido de eso Blaise entró.

—Buenos días.—dijo en general antes de tomar asiento en la orilla de la cama, luego tendió a Hayley un vaso con un extraño líquido.—Tu poción para el dolor, debes de tomarla.

—Ew.—murmuró Hayley pero de todos modos la aceptó y bebió de un solo trago.

―Hayley.―dijo Blaise con reproche.―Ni siquiera tocaste tu desayuno, ¿cierto? Mierda, Nott, ¿cuál es tu función aquí?

―¡HEY!―exclamó Theo en respuesta.―Lo intenté, pero tampoco voy a obligarla a comer, ¿entiendes?

Blaise rodó los ojos.