xii. scabbers

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Hayley Potter había amanecido un tanto desorientada por el ululeo de Hedwig, quien posaba frente a ella con un sobre amarrado en su pata derecha. Confundida alzó el brazo y tanteó sus gafas para así poder leer lo que decía aquel trozo de pergamino.

En pocas palabras, era una carta de parte de Harry, Ron y Hermione, que aunque las cosas estaban algo tensas, planeaban visitar a Hagrid antes de la ejecución de Buckbeak. La única desventaja era que era a la puesta de sol, eso quería decir que sería después de la cena.

Le habían encargado a Hayley llevar la capa invisible, así que preparó los bolsillos de sus jeans con unos cuantos dulces para animar al mayor, equipó su capa en el bolsillo trasero y simplemente usó una sudadera gris que en algún momento fue de Harry, lo cual quería decir que en algún momento fue de Dudley y le quedaba bastante grande. Calzando tenis blancos, acomodando sus gafas y guardando su varita en la sudadera, bajó a la sala común que estaba poco alborotada y llegó con sus amigos: Malfoy, Nott y Zabini para así ir los cuatro a la cena.

―Draco.―dijo Hayley alargando las silabas.

El rubio entendió a la primera; le dio la espalda y se agachó un poco para que Hayley pudiera saltar. Cuando la azabache al fin lo hizo, le besó la mejilla.

―Yay, eres el mejor.―y Draco Malfoy no pudo evitar sonreír como estúpido.

La cena había por fin terminado y Hayley se había escabullido lo más rápido que pudo de sus amigos para correr hacia el Trío de Oro, caminaron como si nada en los pasillos hasta entrar a un aula vacía, sin más los cuatro se escondieron bajo la capa y se dirigieron a la cabaña de Hagrid.

Caminaban de puntitas, Hayley pegada a Harry y Hermione a Ron para que no se les vieran ni las puntas de los pies. El sol se hundía ya por el Bosque Prohibido.

―Somos nosotros.―susurró Harry cuando llamaron a la puerta de la cabaña.―Traemos la capa.

El hombre los dejó entrar no sin antes advertirles que no deberían de estar ahí. Prosiguieron a preguntar por el paradero del hipogrifo, Hagrid respondió que estaba afuera.

―Tranquilo, Hag. Toma, siempre funciona.―le tendió una rana de chocolate y Hagrid agradeció con un sollozo.

Justo cuando Hagrid les decía que debían de irse porque llegaría Dumbledore, Hermione exclamó: ―¡Ron, mira, es Scabbers!

¿Cuánto llevaba la jodida rata ahí?

―Ya vienen...―había murmurad Hagrid.

En un rápido movimiento, Ron metió a Scabbers en su bolsillo y Hermione los cubrió a los cuatro con la capa, Hagrid les había dado la indicación de salir por atrás.

Cuando estaban cerca del castillo, Ron paró.

―¿Ron? Camina, maldita sea―apuró Hayley.

―Es Scabbers... quiere salir.

En el tiempo que Ron batallaba y discutía con Scabbers, fue el tiempo donde fue suficiente para alcanzar a escuchar el silbido del hacha rasgando el aire.

Hayley dejó que una lagrima se escapara.

―¡Hagrid!―susurró Harry de repente y dio señales de correr de vuelta a la cabaña, pero Hayley fue más rápida y lo tomó del brazo.

―No podemos, James. Lo meteremos en problemas si nos ven.

―¿Cómo han podido?―sollozó Hermione.

―Todo fue por culpa de Malfoy.―acusó Ron.

―No hay tiempo para esto, Weasley.―espetó Hayley.

𝒕𝒉𝒐𝒖𝒈𝒉𝒕𝒔, draco malfoyOn viuen les histories. Descobreix ara