xii. padfoot

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―¡Draquin!―exclamó Hayley lanzándose a su espalda en el primer momento que el rubio estaba desprevenido.

―¿Irás a Hogsmade con nosotros?―preguntó Draco mientras tomaba sus piernas y seguía su camino al Gran Comedor.―No sé porqué lo digo, es obvio que lo harás.

―De hecho... no, esta vez no.―murmuró Hayley en voz baja y lo abrazó por los hombros.

―¿Por qué?―disminuyó el paso.―¿Irás con Wemblay acaso?

Hayley rodó los ojos ante el tono molesto de su voz.

―No, no iré con Jason.―bufó Hayley.

―¿Ah, sí? ¿Entonces qué harás?

Hayley no sabía cómo explicarle que había recibido una carta de Sirius para que se reunieran en Hogsmade, aunque con la mala de la noticia de que también estarían Harry, Hermione y Ron. Aunque no le importaba, ella solo ansiaba ver a Sirius lo más pronto posible.

―Iré con Harry.―se encogió de hombros.

―Patético.―masculló el rubio aún molesto.

Hayley se limitó a seguir abrazándolo y de vez en cuando daba suaves caricias en sus pálidos brazos, parecían funcionar pues Hayley pudo notar como se sus músculos comenzaban a relajarse.

―Gracias, Draquin.―le picó la mejilla y tomó asiento en la banca para servirse algo de desayuno.

Hayley se mantuvo en silencio el resto del desayuno y cuando terminó sacó una mochila y comenzó a llenarla con todo tipo de carnes, algo de pan, unas cuantas tostadas y un botella de jugo de calabaza.

―¿Qué ha...? Espera tú... Hayley.―le reprochó Draco.―Lo siento, no irás.

La arrebató la mochila y la puso a su otro lado. Hayley frunció el ceño molesta.

―Dame eso.―masculló.

―No, dije que no irás.

―Y yo te dije que no me darías ordenes, Malfoy. Ahora, devuélveme eso.

―No.―sentenció.

―Malfoy...―amenazó Hayley.

―Sigue llamándome así y no conseguirás nada.―contestó el rubio con tranquilidad. Theo y Blaise solo miraban incómodos la escena.

―No tengo que llamarte de ninguna manera, estúpido.―se levantó molesta y tomó la mochila de vuelta.―Y no haré lo que tú digas, ¡recuerda eso, Malfoy!

Sin más se marchó del Gran Comedor bajo la atenta mirada de algunos, pero estaba en claro que a ella no le importaba eso.

Hayley estaba segura de querer muchísimo a Draco, pero Sirius era Sirius y estaba muchos pasos más adelante que él. Sirius era como su padre y ella haría hasta lo que no debería por él. Y si eso implicaba dejar un poco de lado a Draco, lo haría, aunque doliera un poco.

Cuando llegó al punto de encuentro, se topó con aquel gran perro negro, quien al verla movió la cola con alegría y comenzó a correr por entre la yerba. Hayley sin dudarlo lo siguió.

Fue así como llegaron a una especie de cueva, donde también estaba Buckbeak, el hipogrifo. Y el perro ya no era un perro, sino su padrino. Hayley dejó a un lado la mochila y de inmediato se lanzó a abrazarlo lo más fuerte que pudo. 

―¡Han pasado tantas cosas!―exclamó Hayley al separarse.

―Lo sé, por eso decidí citarte antes que a Harry, tienes unas dos horas.―le sonrió Sirius tomando la mochila.

𝒕𝒉𝒐𝒖𝒈𝒉𝒕𝒔, draco malfoyWhere stories live. Discover now