Hayley cerraba sus ojos fuertemente, los gritos de Harry y la culpa no la dejaban pensar con claridad. Sin embargo, lo único que podía hacer era escuchar los reclamos y aceptarlos, porque sabía que a él le dolía, pero estaba completamente segura que no tanto como a ella.
―Basta, Harry.―pidió en un hilo de voz, pero apenas y fue audible.
Le dolía la cabeza de escuchar tantos reclamos pero se sentía demasiado débil como para pararlos. Sabía que era su culpa y no sabía si en algún momento Harry o su propio subconsciente dejaría de repetírselo. Era su culpa que Sirius ya no estuviera con ellos.
Se preguntaba cómo hubiera reaccionado James Potter, su padre, al enterarse que su mejor amigo había muerto gracias a ella. Seguramente estaría igual de alterado que Harry, molesto, furioso y decepcionado. Se le retorcía el estómago de solo pensar aquello. Hayley necesitaba a su madre, a su padre y a su padrino. Los quería de vuelta, a los tres.
Hay cosas por las que vale la pena morir.
Hayley no sentía que su vida valiera la pena. Al menos no más que la de Sirius.
Se decidió por ponerse de pie, el cuerpo completo le temblaba y temía que sus piernas fallaran en algún momento. Daba por seguro que su cara estaba roja y repleta de lagrimas; le dolía la vista de tanto forzarla, sus anteojos debieron haberse perdido hace algunas horas...
Hayley dejó el despacho donde esperaban a Dumbledore, Harry se quedó con la palabra en la boca y Hayley simplemente con el corazón roto.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Draco Malfoy, Blaise Zabini y Theodore Nott daban por perdido el tiempo que habían pasado fuera de la habitación de Hayley, debatiéndose consigo mismos si deberían de darse paso o darle más tiempo a Hayley. Aunque llevaba ahí encerrada todo un día completo, no se había presentado a ninguna comida o si quiera a la sala común, mucho menos se había molestado en buscar a alguno de sus amigos.
―Iré yo.―decidió Theodore, tomando el pomo de la puerta.
―Entonces también iré yo.―intervino Draco de inmediato.
Blaise soltó un profundo suspiro que llamó la atención de ambos.
―Creo que debería ir Nott.―comentó con una mueca. Antes de que Draco saltara a decirle algo, Blaise volvió hablar.―Mira, ella cree que nadie la escucha hablar pero yo sabía que era ahijada de Sirius Black tanto como tú.―Draco se mantuvo impasible, pero al final apartó la mirada.―Ahora, agrega el hecho que sabemos gracias a tu madre que la retorcida de tu tía fue quien mató a Black. Tampoco olvides que tu padre estaba en el Ministerio esa noche.―Blaise suspiró de nuevo.―Deja a Theo hacer esto.
―El padre de Nott también estaba ahí.―masculló Draco.
―El padre de Nott tiene prohibido tocarle un pelo. Y bien lo sabes.―bufó Blaise.―No lo tomes a mal, hurón, pero a diferencia de Lucius, Killian sabe respetar eso.
