viii. jerk

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―Ya te dije que no usaré eso.―declaró Hayley mirándolo a través de las gafas, luego, volvió la vista a su libro.

―¡Todo Slytherin va a usarlo!―exclamó Draco.

―Bueno.―se decidió por dejar el libro al lado.―Yo no soy como todo Slytherin, pensé que ya lo sabías.

―¿Te gusta Weasley, acaso?―espetó molesto.

―No, Draco. No me gusta Ronald.―rodó los ojos.

―¿Entonces?―bufó.

―Dije que no, Dragoncín.―le sonrió ampliamente.―Ahora, quiero desayunar. ¡Camina!

Draco bufó, maldijo unas cuantas veces a Merlín sabrá quién y luego siguió a Hayley al Gran Comedor.

Era el partido de Slytherin contra Gryffindor, y Draco Malfoy junto a Crabbe y Goyle y otro más se las habían ingeniado para componer un intento de canción para Ronald Weasley, que era nuevo en el equipo de la casa de los leones. Su objetivo, según ellos, era distraerlo.

Hayley, sinceramente, pensaba que era patético. Hasta habían creado insignias con un reluciente A Weasley vamos a coronar y habían repartido pergaminos por todo Slytherin con la letra del tema bajo la aburrida mirada de la azabache, pero ni a Draco ni a ninguno de sus amigos les importó aquello. Es más, parecían emocionados.

Y Hayley sin dudas quería usar también aquella insignia y relucirla ante el trío, pero Ronald no era el único Weasley y estaba consiente de ello.

Draco tomó asiento furiosamente en la banca a la par que servía su desayuno, Hayley lo imitó. Frente a ellos, Blaise y Theo desayunaban con, obviamente, las insignias ganchadas a la túnica.

―Eres la diva del drama, lo sabes, ¿verdad?―bromeó Hayley, pero Draco no rió.―Aburrido.

Draco guardó silencio lo que restaba del desayuno, Hayley solo se encogió de hombros ante su molestia y continuó con lo suyo.

―No le hagas caso.―le dijo Theodore, que iba caminando a la par de ella hacia el campo de quidditch.―Está acostumbrado a que se haga lo que él dice.

―Lo sé.―concordó Hayley. Su vista vagó por el campo hasta que una gran sonrisa se le escapó de los labios.―Ahora vuelvo, ¡te veo en las gradas!―avisó antes de correr hacia su pelinegro favorito.―¡Jason Wemblay!

El chico volteó confundido, luego sonrió en grande al ver a la azabache correr hacia él.

―¡Hayley!―exclamó de vuelta para estrecharla en sus brazos.―Hey, a Cho y a mí nos sorprendió mucho no verte en...

―Jay, tengo que irme.―interrumpió Hayley cuando vio a Draco de reojo.―Pero búscame luego y hablamos, tengo mucho que contarte... ¡Suerte en el partido!

Sin dejar a Jason decir otra cosa, Hayley corrió en dirección contraria, directo a los brazos de Draco.

―Lo harás bien, hurón malhumorado.―sonrió antes de tomarlo por las mejillas y estampar sus labios con los de él. El rubio dejó caer la Nimbus 2001 al césped sólo para enredar sus brazos en su cintura.

Por un buen momento, ambos olvidaron que estaba a mitad del campo.

―Eso...―balbuceó Draco.

―Atrapa la cosa con alas, ¿quieres?―le sonrió Hayley antes de correr hacia las tribunas junto a Theodore, ignorando con éxito la pesada mirada de Harry.

―¿Qué acabas de hacer?―soltó Theo cuando apenas llegó a su lado. Hayley sonrió y tomó asiento. Luego, frunció el ceño.

―No lo sé.―alzó una ceja.―¿Se vio mal?

𝒕𝒉𝒐𝒖𝒈𝒉𝒕𝒔, draco malfoyWhere stories live. Discover now