i. the escape

66.8K 3.9K 3.2K
                                    




―Eso fue asombroso, Harry. Debimos hacerlo desde el primer día.―le decía una emocionada Hayley a su hermano. Ambos caminaban por las oscuras calles, decidieron hacer una pausa y sentarse en el pavimento. Harry bufó.

―¿Cómo puedes estar tan tranquila? Podrían expulsarnos.

Momentos atrás, en el número cuatro de Privet Drive, tras la visita de la tía Marge, hermana de tío Vernon, donde la primera había estado insultando a los padres de Hayley y Harry levantandoles falsos con tanto descaro que ni tanto Harry como Hayley habían podido contener su ira, ni su magia. Por consecuente, Marge se había inflado como tal globo gigante y se había elevado varios metros.

Para los mellizos Potter, fue bastante razonable escapar.

―Suenas como Herms, James.―rió la azabache. Pero Harry no rió con ella.

―Hayley, no tenemos dinero muggle.―empezó su hermano a explicar su preocupación. Luego miró su varita.―Pero podríamos... podríamos hechizar los baúles, ¿Tenemos la capa, cierto? Bueno, podríamos volar a Londres en mi escoba, cubrirnos con la capa y de ahí podríamos ir con los Weasley y...

―¡HARRY!―lo interrumpió Hayley.―Es el plan más estúpido que has planeado.

―¿Enserio?―Harry la miró molesto.―¿Se te ocurre algo mejor?

―Pues...―Hayley miró tras el hombro de Harry. Visualizó algo grande y negro, parecía un perro.―Owww, Harry, creo que vi un perrito, ¿puedo ir?

―¿Un perro?―dijo Harry, confundido.―Lumos.―susurró, y de la punta de la varita apareció una luz. La mantuvo en alto, por encima de la cabeza.

De un momento a otro, la calle pareció iluminarse y Harry creyó ver lo que era un perro más grande de lo común, con los ojos grandes y brillantes. Caminó hacía atrás y se tropezó con uno de los baúles y antes de burlarse, Hayley lo tomó de la mano para que no cayera.

Sonó un estruendo y ambos Potter se taparon los ojos para protegerse de una repentina luz cegadora. Un segundo mástarde, un vehículo de ruedas enormes y grandes faros delanteros frenó con un chirrido exactamente en el lugar en que había caído Harry Era un autobús de dos plantas, pintado de rojo vivo, que había salido de la nada. En el parabrisas llevaba con letras doradas: AUTOBÚS NOCTÁMBULO.

Durante una fracción de segundo, Harry y Hayley se miraron confundidos. El cobrador, de uniforme rojo saltó del autobús y dijo en voz alta sin mirar a nadie:

―Bienvenido al autobús noctámbulo, transporte de emergencia para el brujo abandonado a su suerte. Alargue la varita, suba a bordo y lo llevaremos a donde quiera. Me llamo Stan Shunpike. Estaré a su disposición esta no...

El cobrador se interrumpió y miró atentamente tanto a Harry como a Hayley.

―¿Qué miraban?―les preguntó el chico. No era mucho más grande que ellos y tenía la cara llena de granos.

―Creímos haber visto un perro gigante.―contestó Hayley encogiéndose de hombros.

―¿Qué es lo que tienes en la frente?―preguntó el tal Stan.

―Nada.―contestó Harry rápidamente.

―¿Cómo te llamas?―insistía el chico, ignorando a Hayley.

―Neville Longbottom.―contestó el azabache.

―Entonces...―interrumpió Hayley.―¿Dices que va a donde nosotros queramos?―inquirió, mirándolo con curiosidad. Tal vez sí tenía un mejor plan que Harry.

𝒕𝒉𝒐𝒖𝒈𝒉𝒕𝒔, draco malfoyWhere stories live. Discover now