Capítulo LXVIII

459 23 49
                                    

Enero 9

La noche anterior al regresar del aeropuerto y mientras deshacía su maleta, Dinah se encontró con dos contenedores negros de plástico justo al fondo del closet. No recordaba cómo era que habían llegado hasta ese oscuro lugar pero si conocía el contenido, por eso mientras acomodaba prenda tras prenda en las gavetas del mueble pensaba en la mejor manera de deshacerse de ellos sin sentir remordimiento. Camila le había pedido tirarlos pero ella no creía que todos aquellos recuerdos debieran terminar en una pila de basura, tampoco quería donarlos a la caridad y mucho menos venderlos, para bien o para mal aquellas cosas habían significado una demostración de cariño gigantesca que no merecía ser olvidada. Al final decidió en que lo mejor que podía hacer era en llamar a Lauren y pedir que se reuniesen para entregarle las cajas, por supuesto luego de un poco de charla ocasional.

Sin embargo cuando le escribió a la profesora no imaginó que esta llegaría tan pronto. Apenas y había conseguido un par de horas de buen sueño cuando escuchó el incesante golpeteo de un puño sobre su puerta. El descaro era mucho pero tan adormilada como estaba lo único que atinó a hacer fue abrir la puerta de par en par y caminar hasta la cocina. Si iba a hacer lo que tenía planeado necesitaba una cantidad decente de café en su sistema. Mientras el café se hacía Dinah permaneció recargada en la encimera cruzada de brazos y con los ojos cerrados. Su ajetreado ritmo de vida además de preocupaciones y desordenes del sueño, también le había traído la posibilidad de dormir casi en cualquier posición y en todas y cada una de las superficies conocidas. Lauren conocía perfectamente cuan ligero era su sueño y aun así no dudó en acercarse y justo en su oído gritar.

¡Buenos días princesa. He soñado toda la noche contigo. Íbamos al cine y tú llevabas aquel vestido rosa que me gusta tanto. Solo pienso en ti princesa... pienso siempre en ti!

—Sabes...—mencionó Dinah todavía con los ojos cerrados.—Podrías haber dicho ¡despierta vaga maloliente! y te aseguro que hubiera funcionado mejor.

—Lo siento, hice mi mejor esfuerzo—repuso con fingida tristeza mientras se encogía de hombros.—Y ahora que tienes tu taza de café...¿puedes decirme que hago aquí DJ?

Al ver su cara de ilusión Dinah adivinó los pensamientos que la llevaban a tener tan radiante sonrisa y lamentó enormemente romper su burbuja. De su boca nunca saldría el paradero de Camila, mucho menos ahora que su vida comenzaba a teñirse de brillantes colores que serían la base perfecta para iniciar una nueva etapa.

—En mi defensa y antes de cualquier otra cosa...debes saber que ni siquiera recordaba tener esto en mis manos. Así que no quiero reclamos de tu parte cuando lo veas ¿bien? —suspiró y enseguida comenzó a caminar por el pasillo.

I have questions for you...

Desconcertada por sus palabras Lauren asintió y se apresuró a seguirla a través del extenso pasillo. Caminaron en silencio hasta que la Dinah se detuvo frente a un par de cajas que estaban descuidadamente ubicadas junto a la puerta de su habitación.

—Cuando Camila puso el departamento en venta me pidió que guardara un par de cajas para ella. —adelantándose a la pregunta que Lauren quería hacer la rubia añadió.— No sé lo que contienen.—masculló rápidamente consiente de la mentira en sus palabras.—Pero no quise tirarlas antes de que las revisaras. Después de todo esa también era tu casa y pensé que tal vez te gustaría conservar algo.



Number one,

tell me who you think you are? 

It Will Rain (Camren)Where stories live. Discover now