Capítulo XXXIX

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—El baño está al fondo del pasillo junto al estudio, si no ves una puerta es culpa de Graham por ser tan impulsivo así que no te preocupes. El control del clima está cerca de a la ventana y la cocina esta por allá. —explicó Kelsey rápidamente a Cassidy que era quien iba a quedarse con Camila esa mañana. Graham tenía un turno de doce horas así que no volvería hasta la noche y si ella quería llegar antes de que su segunda clase empezara tenía que apurarse. —Y la habitación ya la conoces. —respiró pesadamente —Supongo que eso es todo, pero si necesitas algo, tienes alguna duda o surge un problema por favor llámame. Mi número está escrito en el block de notas del refrigerador.

—Anotado y procesado. —respondió Cassidy en un intento por romper en hielo y ser graciosa.

Juntas recorrieron el camino de regreso hacia la puerta y mientras que la rubia colocaba la bufanda alrededor su cuello y se colgaba la mochila al hombro se escuchó un cristal romperse. El semblante de la profesora cambió drásticamente mientras sentía como la preocupación la embargaba.

— Creo que lo mejor va a ser que me quede. —masculló nerviosa mientras su mirada ansiosa se dirigía al pasillo y sus piernas quemaban por caminar hacia allí.

—Vamos a estar bien. —intentó tranquilizarla Cassidy, aunque en su interior sentía miedo de lo que le deparaba el día. —Camila y yo tenemos mucho de qué hablar así que puedes irte tranquila. Prometo llamarte de inmediato si surge algún inconveniente.

—¿Estás segura? —Cassidy asintió mientras fingía su mejor y más tranquilizadora sonrisa— Porque si no lo estas, yo puedo llamar a mi jefe, me debe unos días y si le explico la situación creo que podría....

—¡Basta Kelsey! Se que no soy la mejor cuidadora del mundo y que la última vez que estuve aquí Camila casi se atraganta—ante aquello los ojos de Kelsey se abrieron con inquietud mientras que los de la castaña se cerraron con un profundo sentimiento de culpa. Su secreto había salido a la luz y no podía sentirse más que avergonzada. —Se supone que no debías enterarte de eso nunca, pero ya no importa. Te aseguro que esta vez si sé lo que estoy haciendo y Mila ya no esta tan delicada como los primeros días. Yo puedo cuidarla, pero tienes que confiar en mí.

Permaneció unos segundos en silencio esperando que algo sucediera, necesitaba una señal para decidir si era buena idea dejar a ese par de niñas solas. Y como si fuera un recordatorio del mismo cielo el reloj en su muñeca empezó a pitar, señal inequívoca de que iba tarde, lo suficiente como para perder dos clases y la mitad de la última.

—¡Esta bien! —exclamó alzando las manos rendida ante las promesas de la castaña que sonreía con un brillo victorioso en su mirada. —Voy a confiar en ti, pero por favor no me defraudes.

Y Cassidy no defraudó a nadie aquella mañana. Realmente estaba dando lo mejor de si para sobrevivir en el muladar en el que Camila vivía. No es que el departamento estuviese sucio o tuviese algún mal olor, sino que, con la distribución de los muebles, las cortinas cerradas y los montones de botellas de cristal apilabas junto a la puerta le daban un aspecto tétrico y deprimente al ambiente que era simplemente insoportable.

Admiró por un segundo la sala y los sillones llenos de cobijas y algunas prendas desperdigadas por doquier y tuvo la tentación de limpiar. Sus trastornos de higiene iban a emerger si no se iba de aquella habitación pronto, así que como si un loco asesino la estuviera persiguiendo Cassidy echó a correr por el pasillo mientras gritaba y pataleaba con horror.

Los gritos despertaron a Camila del adormecimiento en el que se encontraba debido a los medicamentos para curar su resfriado y al cansancio físico y mental que sentía desde que Lauren la había dejado. Todavía dolía recordar que ya no estaban juntas y lo cierto es que no sabía con seguridad si algún día dejaría de hacerlo, pero el día que salió del hospital y mientras todos estaban reunidos en su habitación les prometió y se prometió a si misma que iba a intentar seguir adelante. Solo esperaba tener la fuerza de voluntad suficiente para cumplir con esa promesa.

It Will Rain (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora