Capítulo XXVIII

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A pesar del bullicio y la algarabía que había en el auto Dinah permanecía con la mirada seria y el rostro cabizbajo. Recordando una y otra vez la desagradable imagen de hace unas horas. Nada de lo que le pudieran haberle dicho suavizaba el impacto que tuvo al ver nuevamente a Camila, o a lo que quedaba de ella, porque el despojo que se presentó en el club no era ni siquiera la sombra de lo que Camila Cabello algún día fue. Aquella desconocida vestida con chándal y una chaqueta militar que le llegaba a los pies no era su amiga. Un vagabundo tendría mas estilo y mucha mas vida que ella en su mirada.

Dinah no creía en los zombis, pero al verla por esa noche y apreciar todos sus rasgos y facciones que la hacían ser ella tan deteriorados, se vio obligada a aceptar que existían, y no solo eso, sino que estaban presentes en cada uno de nosotros y salían a flote cuando el motor que impulsaba nuestros sueños y esperanzas se rompía definitivamente. No pensaba que verla iba a doler tanto, sin embargo, ahí se encontraba, sufriendo mientras el resto de sus amigas reían, cantaban y eran felices a consecuencia de una gran noche.

1 hora atrás.

Club Baudelaire 3:50 am

Lauren y Pitti saltaban y gritaban emocionados, liderando al pequeño gran grupo de lesbianas y gays que se aglomeraban a su alrededor para celebrar la presencia de Lali Gelabert abriendo su actuación, tocando su violín eléctrico al ritmo del (BSO) de piratas del caribe. La chaqueta con la que había subido al escenario desapareció nada mas poner sus manos sobre el violín quedando únicamente con una sencilla camiseta negra sin mangas y unos jeans azules a juego con sus deportivas Nike. Igual que a las bebidas les ponían pequeñas y coquetas sombrillitas encima, Lali también llevaba una gorra negra sobre su cabeza acentuando finamente su rostro.

Petter no mintió al exagerar en lo guapa que era, pero si se reprimió en explicaciones para definir cuan sexy podía llegar a ser. Con el cabello negro por debajo de los hombros y unos preciosos ojos grises enmarcados por un par de cejas tupidas y perfectamente definidas Lali Gelabert era por mucho la mujer más atractiva y con el cuerpo más firme que Lauren había visto en mucho tiempo.

"¡Buenas noches Princeton! ¿cómo están esta noche? —todo el mundo debajo de la tarima gritó en respuesta— ¡Hagamos un poco de ruido!"

—Te dije que era guapa. —gritó Pitt torpemente en su oído para luego volver la vista al escenario y sonreír ante el guiño que la Dj le enviaba desde las alturas. —Hablé con ella hace un rato y quiere conocerte cuando el show termine.

—Creo que voy a desmayarme.

—No es para tanto Lauren, solo es una chica sexy.

—No me estoy sintiendo bien. —ante aquello el chico giró rápidamente la cabeza para encontrarse a través de las luces estrambóticas con el rostro descompuesto y completamente pálido de la profesora. —Siento que voy a desmayarme en cualquier momento. Tengo que salir de aquí.

—Vamos, toma mi brazo y no te sueltes.

Luchando con la multitud Petter consiguió, no sin poco esfuerzo, sacar a Lauren aun consciente de la masa de personas. Unos minutos más dentro de todo ese calor e iba a desmayarse, o peor aún; a vomitar frente a todas esas personas a las que conocía y que veía a diario en el pueblo, aquello hubiese sido humillarse todavía más si es que era posible y ninguno de los dos podía permitirlo.

—Voy a traerte un poco de agua ¿está bien? — anunció sin estar convencido, pero obligándose a actuar de alguna manera. Lauren asintió recargándose tranquilamente en el respaldo del primer sofá que encontró. —No voy a tardarme. Solo no te muevas de aquí.

It Will Rain (Camren)Where stories live. Discover now