Capítulo XXIII

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—¿Que tiene ahí señorita Benson?

Kiana levantó el libro que desde hace dos noches estaba leyendo. La emoción por conocer el siguiente relato la había movido a llevar su ejemplar de las mil y una noches al colegio y a leerlo entre clases. Creía que debido a que su hora de tutoría la impartía la profesora de literatura, estaba en libertad de hacer lo que quisiera con aquel tiempo muerto. Lo cual fue un gran error cuando por su distracción se volvió el punto de mira de aquella profesora pelinegra que desde un inicio había tachado de aburrida.

—¿Un libro? —respondió irónica mirando por el rabillo del ojo a Amanda quien sonreía por su atrevimiento.

—Las mil y una noches. — exclamó en voz alta cuando estuvo frente a su lugar. Con sus dedos blancos y largos tomó el libro como si se tratase de un valioso tesoro y lo examinó con lentitud. Sus dedos se paseaban lentos y suaves por los bordes de las paginas, simplemente disfrutando del contacto. —Recuerdo que leí este libro en sexto grado cuando mi padre lo trajo a casa directamente desde una feria del libro. Fue toda una revelación cuando lo tuve entre mis manos, porque sentí que era allí donde pertenecía, que ese era mi lugar.

—¿Al oriente medio? —intentó sonar graciosa, pero en el fondo de verdad estaba interesada por las palabras de Lauren.

—En parte. —sonrió comprensiva— Pero me refiero a los libros, a navegar entre sus páginas rellenas con miles de historias que alguien mucho más sabio e imaginativo escribió para nosotros. Me sentía en las nubes leyendo "El mandadero y de las tres doncellas. Zobeida, la mayor de las jóvenes. La mujer despedazada, de las tres manzanas y del negro Rihán. El visir Nureddin, de su hermano el visir Chamseddin y de Hassán Badreddin." No pude elegir mejor motivo para dedicarle mi vida a los libros que "Las mil y una noches"

Al igual que Lauren eligió aquella obra maestra como motivo de admiración e impulso para elegir una carrera, Kiana también había elegido ser admiradora y seguidora, mas no de un libro, sino de una persona: Lauren Jauregui.

—¿Cuál es su personaje favorito? —inquirió la estudiante mirando con atención cada rasgo de la pelinegra mientras leía con avidez cada palabra.

— Scheherazada. Puede ser muy cliché, pero creo que ella es la base de todo. Es un símbolo de mujer inteligente y soy una completa admiradora.

—El mío también. —murmuró impresionada y Lauren le regaló una sonrisa cómplice mientras le devolvía el libro y volvía al frente de la clase, dispuesta y mas animada que nunca para terminar con su día de tutorías. Sin querer había encontrado un resquicio de esperanza en el mundo de estudiantes a quienes enseñaba diariamente.

No podía esperar para ir a casa y contarle a Camila que su fe en la humanidad se iba restaurando cada vez más.

—¡Profesora! —gritó Andrew y en un chispazo su mente volvió a la realidad. Una en la que pasaba su tarde de viernes ayudando a los menos afortunados. Tan solo media hora había trascurrido y su cabeza ya comenzaba a divagar, no quería pensar en que punto iba a estar cuando las dos horas de tutoría llegaran a su final. —Christian es un idiota. No vamos a avanzar nunca si el se niega a coopera.

—Garfield ¿qué sucede contigo? Creí que teníamos un trato.

Christian apartó la mirada fijándola en el concreto que aparentemente se había vuelto la cosa mas interesante que jamás había visto.

—¿Podemos hacerlo sin Christian profesora? —Andrew volvió a insistir ante la indiferencia de Garfield que comenzaba a frustrarlo.

Lauren lo pensó por un segundo mientras veía el rostro de Christian enrojecer cada vez mas si es que era posible. Había algo en el chico que le intrigaba sobremanera. Christian definitivamente no era tonto, pero su renuencia a realizar las tareas mas simples comenzaba a preocuparle.

It Will Rain (Camren)Where stories live. Discover now