Capítulo LII

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Antes de comenzar a leer quiero agradecerte por seguir aquí, sé que las esperas son largas y los capítulos no son los mejores pero tus votos y tus comentarios realmente me animan a seguir. Por eso y muchas cosas más este pequeño maratón de dos capítulos está dedicado a @cmquezada. Eres una persona increíble. ¡Mil gracias! Espero que cumplir con tus expectativas y las de todas las maravillosas personas que me leen. 


7:34 am

La noche había terminado con Samantha Cabello mirando el amanecer en el muelle junto a su grupo de amigos que nada más felicitarla una vez más, se despidieron y desaparecieron como si aquella fiesta jamás hubiese existido, pero por mucho que renegaran de aquella noche los rastros de la diversión eran evidentes y se esparcían por todo el jardín y algunos sitios de la mansión que no se salvaron de ser invadidos por jóvenes adultos deseosos de fiesta. Ante el recuerdo Sam sonrió y levantó el rostro al cielo como un agradecimiento por todo lo dado y lo vivido durante aquel año que había sido de lo más peculiar. Un año que tenía que ser el mejor y del cual debía tener protagonismo absoluto y sin embargo su hermana mayor lo había robado todo. Durante meses Camila acaparó la atención de sus padres y desestabilizó su relación al grado de un posible divorcio que hoy parecía tan lejano. Amaba a su hermana y habían hecho más pases el día anterior pero por mucho amor que hubiera en su pecho, en lo profundo todavía tenía un resquicio de enojo hacia ella. Rápidamente negó con la cabeza y alejó esos pensamientos nada sanos, mientras le daba un ultimo trago a su ron con coca cola en compañía de la soledad.

Respiró hondo y para culminar aquella celebración cerró los ojos y mientras sentía la calidez del sol bañar su rostro pidió su primer deseo de cumpleaños.

"Un año tranquilo, una fiesta

Un beso, una siesta y una noche como esta."

Meses más tarde entendería que pedirle al universo un año tranquilo era igual que desear que del cielo cayeran limones.

Un imposible.

<<<...>>>

—Es hora de despertar chica del cumpleaños. — susurró una voz cantarina justo en su oído.

—Ya ni siquiera es mi cumpleaños. —gruñó en respuesta volviéndose a cubrir con las sabanas—Solo déjame dormir Camila y te prometo que estaremos bien.

—Estaremos bien cuando te vistas y me acompañes a correr.—añadió con alegría.— Será divertido, lo prometo.

—No.

—Si.

—No.

—¿Por qué no?

—Porque son las ocho de la mañana y hace solo un segundo que vine a dormir.

—¿Demasiada fiesta anoche?

—La necesaria para olvidar la mierda de año que pase por tu culpa.

Aquello fue dolorosamente injusto y Samantha lo supo tan rápido como escuchó la puerta cerrarse con fuerza. Suspiró pesadamente e intentó volver a dormir pero la culpa no la dejaba ni cerrar los ojos, por lo tanto se levantó con pesar y sintiendo los efectos colaterales de una noche de fiesta se dirigió al closet y seleccionó un atuendo deportivo de camuflaje, ato su cabello en una coleta informal y abandonó la habitación.

La casa estaba hecha un asco y seguramente su madre la iba a reprender cuando se despertara pero mientras bajaba por las escaleras Sam sonrió en desafío y se prometió no estar cuando aquello sucediera. Recorrió cada espacio de la casa y mientras más caminaba más se decepcionaba de sus resultados, era como si se la hubiese tragado la tierra. Su ultimo destino era la cocina pero para llegar ahí debía pasar por la estancia y atravesar la terraza, avanzó lentamente como si los pies le pesaran y fue entonces cuando lo escuchó, eran voces distorsionadas por la separación entre habitaciones, permaneció en silencio y al poco rato eso fue todo lo que pudo percibir, decidió comprobar si no habían sido alucinaciones de su mente alcoholizada pero conforme se iba acercando a la piscina las voces se volvieron mucho más claras, tanto que pudo escuchar aquellas palabras que nunca olvidaría y que marcarían un nuevo comienzo para la familia.

It Will Rain (Camren)Where stories live. Discover now