Capítulo XLII

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<<El perfecto equilibrio es lo que hace que el mundo se mantenga en pie, es lo que les da sentido a nuestras vidas en la incansable lucha por descubrir quienes somos y por qué estamos aquí. Durante el camino hacia la libertad el destino goza moviendo las piezas en el tablero de nuestra existencia con el único propósito desviar nuestros deseos para buscar la felicidad, pero sintiéndonos atraídos también por el dolor.

Por defecto el ser humano se siente atraído hacia desconocido, somos imanes que atraen la destrucción. >>

—¿Quiere decir que buscamos nuestro propio mal?

—Absolutamente, porque esta nuestra naturaleza y forma parte del plan que Dios o el universo mismo tienen para nosotros; la perfección. Necesitamos caos en nuestra vida porque si no lo hubiera, nada tendría sentido. ¿Cuántas veces te has encontrado en casa disfrutando de un domingo de tranquilidad sin cuentas que pagar, con comida en el refrigerador, saludable y con tu familia que al igual que tu no tiene problemas en absoluto?

—Pocas veces, a decir verdad.

—A eso me refiero. Si los problemas, las deudas, las enfermedades o las guerras no existieran, viviríamos en un sitio pacifico del que tarde o temprano terminaríamos aburridos y volveríamos a buscar el caos porque así funcionamos. Ni siquiera los hombres y mujeres más ricos del planeta o viven así. Venimos al mundo a equivocarnos y aprender de nuestros errores. Si te pones a pensar, absolutamente todo tiene un propósito. El día y la noche son un claro ejemplo. Necesitamos vivir en la pobreza para apreciar la riqueza. Para que exista el bien debe haber alguien haciendo el mal. La vida y la muerte.

<<Ya lo dijo Steve Maraboli una vez: La vida es un sistema equilibrado de aprendizaje y evolución. De placer y dolor. Cada situación en nuestra vida sirve a un propósito. Depende de nosotros reconocer lo que podría ser ese propósito.


Cassidy asintió de acuerdo al escuchar el argumento de la psicóloga mientras se estacionaba en el espacio que pertenecía a Camila. Presionó el botón de la radio y quitó la llave del contacto mientras soltaba un suspiro decepcionado, le hubiera encantado escuchar la conclusión de aquella investigación tan interesante, pero si se quedaba un minuto la pizza se iba a enfriar. Sostuvo la caja entre sus manos y encima colocó un paquete de latas de refrescos, su primera opción en el supermercado fue comprar una botella de vino para acompañar la comida, pero dadas las circunstancias con Camila, lo mejor era no arriesgarse. Salió del auto y mantuvo el equilibrio entre sus brazos para finalmente cerrar la puerta con el pie.

Mientras subía por las escaleras, la caja se balanceaba de un lado a otro, solo hacia falta un movimiento brusco para que todo se arruinara. Sus débiles brazos se mantuvieron firmes por el resto camino y justo cuando llegó a su destino esbozó una sonrisa grande de satisfacción que se borró nada más ver la puerta completamente abierta. Entró lo más rápido que pudo y dejó la pizza y las bebidas encima de la mesilla junto a la puerta, después siguió el camino de libros y fotografías que había regados por doquiera para finalmente llegar hasta la habitación dónde no había absolutamente nadie. Recordó las historias de tensión que Dinah y Kelsey contaban sobre las desapariciones de la morena por lo tanto evitó preocuparse, volvió sobre sus pasos y cerró la puerta, respiró hondo y sin más empezó a levantar las fotografías, ella misma estaba en algunas de ellas y sonrió al verse unos años mas joven junto a la feliz pareja.

"Me encantaría saber que fue lo que pasó con ustedes— preguntó a la fotografía entre sus manos y suspiró cuando no obtuvo respuesta. — No consigo entender cómo es que de un día para el otro el amor se terminó"

Después de unos minutos hablando con las fotografías, Cassidy por fin notó el silencio a su alrededor. Aquello era normal ya que Camila no solía hacer mucho ruido, pero siempre que llegaba había indicios de su presencia en casa, escuchaba el ruido de sus pasos moviéndose hacia la ventana o al baño, incluso podía escuchar su respiración desde el pasillo, pero hoy no era capaz de oír nada más que su propia respiración y el acelerado golpeteo de su corazón mientras revisaba todas y cada una de las habitaciones de la casa sin ningún resultado, Camila no estaba, se había ido y no estaba segura de a dónde podía haber ido. Su primer reflejo fue llamar a Kelsey quien respondió al primer tono y aun con todo el miedo que tenía lo único que fue capaz de decir fue; Lo hizo otra vez.

It Will Rain (Camren)Where stories live. Discover now