"Azul"

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Final 2/4


Mientras Tilda Larsen le explicaba los pormenores del estado en el que se encontraba Camila lo único en lo que Lauren podía pensar era en cada una de las veces que deseó verla sufrir exactamente lo mismo que Tori, quería que se retorciera de dolor, ansiaba verla suplicar por un poco de calma mientras en su estómago cientos de pinchazos amenazaban con romperla desde adentro. Recordó cada palabra cargada de veneno que salió de su boca y se odió a si misma por la honestidad que sentía en ese momento. Estaba tan ciega.

Finalmente sus deseos se habían realizado y no podía estar más devastada. Ya no quería esa verdad que le estaba carcomiendo el alma. Camila no debía morir, no se lo merecía. Ella menos que nadie. Entre lágrimas vio desvanecerse lentamente el velo que la cubría de la realidad, dejándola ya sin un sitio en el cual refugiarse del desastre que ella y su ignorancia habían causado. Ya no podía justificarse en las mentiras que los demás le contaron. Ahora solo quedaba responsabilizarse de sus errores y esperar lo mejor aun cuando no lo mereciera.

Desde su sitio junto a la ventana Kelsey veía cuanto le estaba costando mantenerse fuerte. Bastaba con ver como sus ojos derramaban gruesas lágrimas y su voz se esforzaba por salir a pesar de tener un nudo enorme en la garganta. Escuchó su voz rota responder a cuanta pregunta le hacían a través del teléfono y esperar en silencio mientras Tilda terminaba de llenar el registro. Luego de unos minutos la llamada terminó y nada más colocar el teléfono sobre la base, la entereza de Lauren salió por la venta convirtiéndola en un ser frágil e inestable que se dejó caer al piso mientras un doloroso llanto escapaba de su pecho. Kelsey de inmediato se arrodilló junto a su cuerpo y la envolvió en sus brazos intentando clamar el temblor que la invadía que nada tenía que ver con el frío.

—Tranquila...—murmuraba con dulzura al mismo tiempo que sus dedos se deslizaban con suavidad entre su cabello.—Tranquila...todo va a estar bien.

—No quiero que se muera, Kels—balbuceaba entre sollozos apretándose más contra el cuerpo de la rubia.—Si ella se va yo no voy a poder seguir. No quiero vivir en un mundo en el que ella no exista.

—Camila va a estar bien, es una mujer muy fuerte.

—Los doctores piensan que no sobrevivirá la noche.—dijo y una nueva ronda de sollozos le impidieron seguir hablando. Kelsey por su parte aumentaba las caricias en su espalda mientras absorbía las noticias que Lauren le estaba contando. Camila también era su amiga y le dolía en el alma escuchar que quizá iba a perderla. Quería llorar, gritar y pegarle de puños a la vida por lo injusta que estaba siendo, pero no podía, debía ser fuerte y tragarse su dolor hasta que Lauren fuese capaz de mantenerse en pie y decidir lo que quería hacer.

Permanecieron en silencio por varios minutos solo porque si, ambas lo necesitaban, era momento de comenzar a aceptar que aquello realmente estaba ocurriendo. Entonces los hipidos se transformaron en respiraciones pausadas y luego la voz de Lauren volvió a escucharse.

—Consideran que es un milagro que llegara al hospital con vida pero temen que ese milagro no dure mucho.—Kelsey asintió y lentamente fue soltando el cuerpo tembloroso de la pelinegra. Sus ojos encontraron a los de Lauren, denotaban tristeza pero sobre todo miedo. Un lacerante miedo que no le permitía pensar con claridad.—No quisieron entrar en detalles pero está muy mal. Y todo es mi culpa, fui yo quien la empujo hasta ese extremo. Yo deseé que muriera y se lo dije, se lo grité a la cara en un momento de furia.—el miedo se intensifico y Kelsey finalmente comprendió el sitio del que provenía.— Tyra tiene razón, soy igual que ella ¡soy un maldito monstruo!

—¡No eres un monstruo!—gritó la rubia sosteniendo su rostro con ambas manos.—Es tu miedo de perderla el que está hablando. ¿Y sabes de donde nace ese miedo?—Lauren cerró los ojos con fuerza mientras negaba una y otra vez. No quería enfrentarse a sus sentimientos. Era más fácil refugiarse en la culpa y condenarse a sí misma como un monstruo. Kelsey comprendió el silencio y decidió no continuar con el tema. El agua turbia solía aclararse por su propia cuenta, solo hacía falta tener paciencia y un poco de tiempo.—¿Qué vas a hacer entonces?

It Will Rain (Camren)Where stories live. Discover now