Capítulo XXIV

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—¡Maldita sea! ¿Cómo pude ser tan descuidada? —Lauren balbuceaba enojada mientras golpeaba la puerta de su Jeep una y otra vez. —Soy una estúpida.

Luego de la puerta quien se llevó los golpes e insultos de Lauren fue su neumático, lo golpeó hasta que se cansó y solo entonces cuando sintió los músculos de sus piernas completamente agarrotados decidió que era suficiente. Levantó la mochila del suelo y la arrojó sin cuidado sobre el asiento del copiloto haciendo de los libros y papeles que llevaba dentro se esparcieran por todo el piso.

—¡Mierda!

Todo a su alrededor se estaba derrumbando y ella no podía hacer nada salvo ir con la corriente. Estaba cansada y no se creía capaz de seguir. Sus acciones se estaban volviendo contra ella y no podía hacer nada para revertirlas. Kiana tenía razón, ¿cómo se atrevía a hablar moral y de valores cuando se comportaba de aquella manera en un sitio público. ¿Cómo pudo ser tan estúpida para creer que nadie estaba viendo? Kelsey tenía razón.

No puedes ser incoherente porque entonces ellos lo serian también. ¿Qué pensaría Jefferson de ti si hubiera llegado un minuto después a la sala de vigilancia y hubiese visto lo que Nicolette y yo? ¿Crees que seguirías siendo su modelo de admiración?

Ahora entendía sus palabras. Tal vez Jefferson no la había visto pero si Kiana y saber que ya no era mas una figura de admiración, dolía. Comprendía sus palabras y no la culpaba por haberse alejado, ella misma lo hizo con Camila cuando se enteró de la verdad. Su decepción llego a tal grado de no querer verla, imaginaba que sucedía lo mismo con Kia. Luego de una decepción nadie vuelve a ser el mismo.

Un suspiro escapó de sus labios mientras se recargaba en el asiento. Su mirada enrojecida se dirigió a los papeles esparcidos y se apresuró a recogerlos. Uno por uno y de manera desordenada devolvió los folios a sus carpetas metiéndolos luego en la mochila, cerro cada uno de los cierres para que no hubiera mas accidentes y cuando llego al bolsillo mas pequeño vio un papel de post it color azul que sobresalía de una esquina. No recordaba haberlo puesto ahí por lo que lo sacó y su rostro se descompuso nada mas leerlo.

ERMITOFOBIA s mI PAlaBrA Dl diA

G Ra CIaS PR QKererme Lern Jergui.

TE aMO.

Leer aquello fue la culminación perfecta para un día terrible. El dolor de su corazón que con los días se había encargado de borrar, regresó a ella como una bola de demolición. Lagrimas gruesas bajaron por sus mejillas y fuertes sollozos se escucharon en el silencio del auto. En la soledad del estacionamiento, permaneció de aquella manera por lo que pareció una eternidad, se permitió estar rota por al menos unos segundos y brindó por la ironía en la que se había convertido su vida. Si tan solo la máquina de la película "Eterno resplandor de una mente sin recuerdos" existiera, ella podría borrar todo y quedar en blanco. Solo así superaría el dolor y la ansiedad que le causaba recordar a Camila o simplemente pensar en ella.

Cuando se sintió lo suficientemente tranquila y capaz de afrontar el mundo, encendió el auto y emprendió el camino a casa. Activó el manos libres del auto y llamó a Nicolette sin quitar la vista del camino. Sonó una, dos, tres veces y justo cuando iba a darse por vencida la voz somnolienta de la castaña la atención con amabilidad.

—¿Dónde estás? —preguntó mientras giraba en una intersección.

—¡Maldita sea Jauregui! estoy en casa. ¿Dónde estaría sino?

—¿En la estación tal vez? Tenias que recoger a las chicas.

—¡Diablos! Lo olvide. ¿A qué hora llegan?

It Will Rain (Camren)Where stories live. Discover now