Capítulo XXXVI

237 18 12
                                    

Sin pensar realmente en lo que estaba haciendo y con los nervios al límite, Nicolette salió de su habitación al fondo del pasillo y se dirigió a las escaleras. No tenía un plan o un discurso conmovedor pero sus pies se movían ansiosos guiados por una fuerza superior hacia un sitio exacto, un lugar donde las cosas podían cambiar para siempre.

Ante cada paso podía sentir como su corazón latía acelerado dentro de su pecho mientras que la ansiedad estaba a un segundo de comérsela viva. La casa estaba a oscuras y el único ruido que podía escucharse era el de la avería que tenia el fregadero de la cocina, había tanta calma que el goteo exacto no hizo sino alterar la poca paciencia que la profesora tenía.

—¡Estúpido armatoste del demonio! —gruñó para si misma mientras cruzaba la estancia y se enfilaba en dirección a la biblioteca, el lugar donde Lauren estaba durmiendo por los dos días que las chicas estuvieran en casa.

A un instante de tocar la puerta respiró hondo para darse valor, ni todos los años que tenía como educadora la prepararon para una situación como esta, en la que si era sincera consigo misma, nunca pensó estar metida. La vida era como una brújula que cambiaba constantemente su dirección de acuerdo a las necesidades de cada uno y en este momento la brújula de Nicolette señalaba como su norte a Lauren.

Lady Antebellum lo había dicho en una de sus canciones y ahora mientras su corazón latía acelerado por fin le había encontrado sentido. Tan solo iba a seguir lo que su brújula señalaba sin importar el resultado, ya que al final de cuentas la felicidad se encontraba en el camino y no en la meta final.

So let your heart sweetheart be your

compass when you're lost

And you should follow it wherever it

may go

—Muy bien Nicky solo respira y hazlo sin mirar atrás. ¿Qué es lo peor que te podría decir? —se alentó así misma preparándose mentalmente para el rechazo. —No es tan difícil. Si puedes enseñarle Química a un montón de monos con acné y mal olor, puedes hacer cualquier cosa. ¡Aquí vamos!

Nicolette levantó el brazo, convirtió su mano en un puño y mientras iba acercando los nudillos a la madera, el sonido de una garganta aclarándose la detuvo y de inmediato se giró ante la persona que desde hace unos minutos la contemplaba en su ir y venir hacia la habitación de Lauren.

—¿Qué haces aquí Nicolette?

—Lo mismo debería preguntarte a ti Hansen. ¿No es muy tarde para que las hipócritas y mentirosas estén despiertas?

—Ambas estamos despiertas así que supongo que esa es tu respuesta. —replicó con una ligera nota de enfado e irritación en su voz. —¿Que diablos ibas a hacer? ¡Ya se! te arrepentiste y ahora vas a buscar su perdón

—No es por eso que estoy aquí Dinah.

—¿Venías a declararle tu amor entonces? —dijo y levantó una ceja en clara señal de desafío.

—Lauren y yo siempre hablamos un poco antes de dormir.

—¿A las dos de la mañana? —repuso con el ceño fruncido mientras se contenía para no alzar la voz. —Somos dos adultas Nicolette, y no se necesita ser un genio para saber que es lo que hacen dos personas cuando se escabullen a la habitación e la otra en mitad de la noche. Y jugar a la fiesta de té no es lo que me viene a la cabeza ahora mismo.

It Will Rain (Camren)Where stories live. Discover now