Capítulo VII

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En su libro "El perfume" Patrick Süskind dijo:

"Hay en el perfume una fuerza de persuasión más fuerte que las palabras, el destello de las miradas, los sentimientos y la voluntad. La fuerza de persuasión del perfume no se puede contrarrestar, nos invade como el aire invade nuestros pulmones, nos llena, nos satura, no existe ningún remedio contra ella."

Su sola presencia consiguió que aquellas palabras vibrasen en el interior de la profesora. No hizo falta que girara para darse cuenta quien estaba a sus espaldas. Lo sabría aun si estuviera a kilómetros de distancia. Conocía de memoria el aroma embriagante que desprendía su piel, a cítricos y a banana, una combinación ridícula en alguien que no fuera Camila.

Respiró profundamente solo para darse cuenta de que el aroma del café recién hecho palidecía en comparación al de Camila y su piel desnuda por las mañanas, era incluso mejor a como lo recordaba, dulce y adictivo. Era absolutamente fascinante.

Lauren tragó pesadamente el nudo que llevaba en su garganta y haciendo acopio de toda la fortaleza que tenía giró lentamente, deshaciéndose de las gafas oscuras en el camino y sin más, la encaró. Sus ojos se encontraron y Lauren tembló al no percibir ninguna emoción en ellos, eran solamente dos cuencos repletos de vacío. Un gemido de sorpresa escapó de sus labios y en un intento desesperado por cubrirlo se llevó ambas manos a la boca y guardo silencio. Todo en su interior se revolvió incómodo cuando la vio tan pequeña y vulnerable.

Su corazón dolió al ver a la persona de quien se había enamorado convertida en un guiñapo sucio y desarreglado. Casi podía jurar que la ropa que la morena usaba era la misma que llevaba aquel día que se encontraron en la estación, pero no estaba segura. No podía ser así, Camila siempre había sido limpia y ordenada con su higiene, nunca soporto usar la misma ropa sin haber sido previamente lavada y aromatizada, por lo tanto, era ilógico siquiera pensar que se trataba del mismo atuendo.

A través de la bruma y el caos en su mente Lauren vio los labios de Camila moverse, repitiendo las mismas mentiras que había dicho la última vez. Agobiada por todo lo que estaba sintiendo la profesora tomó un breve respiro y cuando trajo el aire de regreso a sus pulmones su boca recibió el halito de algo desagradable y amargo que provenía de la morena, Lauren sabía lo que aquello significaba y aun así se negaba a creerlo. Camila jamás haría algo así, ella no bebía, salvo en las reuniones con sus amigas y todo era por convivir, pero nunca había cruzado el límite. Hasta ahora.

-¿Qué haces aquí? - soltó, interrumpiendo la maraña de palabras que Camila intentaba expresar.

-Lauren tenemos que hablar. Ya no puedo seguir viviendo en esta pesadilla. Tienes que escucharme.

-No tenemos nada de qué hablar, Camila. Creí que lo habías entendido la última vez. Esto se acabó.

-Las cosas no pueden terminar así, no después de todo lo que hemos pasado juntas. - la morena sollozaba mientras lentamente iba acercándose hacia la profesora

-No puedo ni quiero estar más contigo ¿por qué no lo entiendes?

-Porque tú me amas.

-Te equivocas Camila, yo no te amo y creo que nunca lo hice. Estaba cegada por la telaraña de mentiras que tejiste a mi alrededor, pero ya se ha caído, ahora conozco la verdad y ante ello lo único que puedo sentir por ti es lástima.

-No digas eso, maldita sea, ¡no lo digas! -gritó Camila desesperada mientras limpiaba lo húmedo de sus mejillas. - Estas mintiendo, tú me quieres y vamos a casarnos. Yo te di ese anillo que llevas en tu dedo ¿lo olvidas? ¡Lo prometiste Lern! dijiste que nunca ibas a quitártelo, no hasta que lo remplazara por el de compromiso. Dijiste que...

It Will Rain (Camren)Where stories live. Discover now