"¿Doctora Simmons? Es Camila. — la pequeña morena contuvo el aliento mientras abría los ojos llenos de sorpresaSi, Camila Cabello. Me gustaría reunirme con usted el próximo fin de semana. Tengo mucho que contarle."

No sabía como ni porque pero de pronto sus pies tomaron vida propia y se movieron al interior de la terraza, Camila se encontraba de espaldas y con el móvil en el oído pero nada mas sentir la presencia de alguien más en la habitación sonrió victoriosa y se giró lentamente fingiendo sorpresa cuando vio a fu hermana justo frente a ella.

"Un momento doctora Simmons, tengo que...— no pudo despedirse correctamente porque nada más cruzar miradas Sam se arrojó a sus brazos y ocultó su rostro en el cuello de su hermana.

Algunos detalles cuentan mas que otros pero sin duda esos pequeñitos que nadie nota son los que hacen la diferencia.

Rebasada por la reacción de su hermana pequeña, Camila guardó su teléfono en el bolsillo de la sudadera y correspondió el abrazo, consolándola con palabras dulces mientras frotaba su espalda.

—Tranquila...—susurró en su oído dándole pequeños besos en la cabeza. —Todo va a estar bien. Te lo prometo.

—Lo siento. —replicó la menor entre sollozos y respiraciones agitadas. Camila le restó importancia y volvió a abrazarla pero Sam se soltó rápidamente y unió sus miradas.

—No es necesario...

—Si lo es, lo que dije sobre ti y el año de mierda que pasé... no fue tu culpa. Lo dije porque estaba molesta y necesitaba a quien culpar. Para desgracia tuya fuiste la única que cometió errores este año y yo solo... Perdóname.

La mirada de Camila era de absoluta adoración mientras devolvía esos pequeños y rebeldes mechones de cabello detrás de su oreja. Por un segundo se sintió culpable por lo que había hecho pero rápidamente se recompuso, diciéndose así misma que aquello era necesario.

—Las personas no hablan solo por hablar Sam, si tu dijiste todo eso, fue porque en verdad lo sentías —la morena bajo la mirada avergonzada. — Y es verdad. Aunque me duela, debo aceptar que soy la culpable de que el año de muchos haya sido una verdadera pesadilla. Me perdí el cumpleaños de mamá y el de papá... y ¡Nessa! seguramente me odia.

—Ella no te odia, todavía quiere que seas madrina de su bebé... ¿puedes creerlo? ¡nuestra hermana va a tener un hijo! —Camila asintió de acuerdo, ella tampoco podía creer que su hermana mayor finamente diera el gran paso para empezar a formar una familia. Vanessa estaba viviendo lo que ella tanto había deseado y no podía evitar sentirse decepcionada y hasta un poco celosa de toda esa felicidad. —Estoy emocionada, y ansiosa y tengo tanto miedo de no ser la tía que ese pequeño bebé necesita.

—Tienes experiencia siendo la mejor hermana, así que no tienes razón al tener miedo porque estoy segura de que vas a ser la mejor tía del mundo.

—Querrás decir que vamos a ser las mejores tías del mundo. Tu y yo. Camila y Samantha contra el mundo. — respondió la pelinegra abrazando a su hermana por los hombros mientras la arrastraba hacia la puerta.

De no haber estado tan emocionada por el porvenir de Vanessa y su bebé, Sam hubiera notado el rostro decaído y casi enfermo junto con la sonrisa falsa de Camila. Misma que se borró nada mas salir de la casa y encontrarse de frene con la preciosa vista que les proporcionaba el azul del mar y el sonido de las olas al romper contra las rocas cerca del muelle.

9:42 am

El paisaje resultaba hermoso para todo el que fuera capaz de admirarlo con un dejo de sensibilidad. Un espectáculo mil veces mejor que cualquier concierto y con mejores canciones que las gaviotas se encargaban de entonar para ellas. Las olas rompiendo contra la orilla se sumaban a la sinfonía de sonidos encantadores mientras que el agua fría se deslizaba suave entre sus pies, recordandoles ante cada ir y venir que estaban vivas y que podían sentir. Camila fue la mas afectada de las dos y antes de alejarse mucho mas de la casa, arrojó sus zapatos a unos metros de distancia y se dirigió al agua sin dar ninguna explicación. Samantha estaba confundida pero frente al panorama lo único que pudo hacer fue seguir el consejo de su madre ante toda situación desconocida. "A donde fueses haz lo que vieres" y así lo hizo, se quitó los zapatos y los arrojó sin ningún cuidado para después correr tras su hermana cruzando con dificultad las olas que se atravesaban en su camino.

It Will Rain (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora