Cuenta regresiva: Último suspiro

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Capítulo 24

Inconsciente.

La luz se difuminaba sobre sus hombros, era domingo, mi mente consiente lo sabía, como también sabia de sobra que me quedaban con exactitud 7 días y que ya hacían 3 desde la última llamada de Yongguk y como era costumbre de él, no había vuelto a llamar y tampoco era como si esperara ansiosa su llamada, a estas alturas estaba consiente que él tenía la habilidad de esfumarse y materializarse cuando quisiese especialmente cuando más lo necesitaba, una navaja de doble filo; se iba cuando lo aheleaba, regresaba cuando lo necesitaba.

La figura frente a mí ya hacía en un sueño aparentemente profundo, con los ojos bien cerrados, en aquel estado pude contemplar su rostro mas no por un largo tiempo porque me disponía a copiar sus acciones, eventualmente, el aire se convirtió en calma y el recuerdo se convirtió en sueño, mientras la cuenta regresiva seguía su curso, me imagine a mí misma; recordando la última conversación que había tenido con Himchan hacia no más de 24 horas.

-¿Qué paso contigo?- mi voz resonó en mi cabeza, mientras la escena se recreaba en mi memoria, materializándose como sueño, mientras la figura del chico delgado de cabello casi negro tomaba forma frente a mí.   

-¿A qué te refieres?- pregunto HimChan sin perder la compostura.

- Dijiste que debutarías como solista ¿no es así? ¿Qué paso? – me deje caer a su lado mientras le extendía una taza de té.

-Digamos que no cumplí con ciertos requisitos

-HimChan… - dije, dejándole entender que no me daría por vencida con el tema.

-Me revele Nat, y no me arrepiento, no hice mi debut como solista, pero al menos quitaron las dietitas estúpidas. 

-¿entonces cambiaste tu carrera por su salud?

-Exactamente, de hecho, yo estaba a punto de salir de la empresa, pero Yongguk abogo por mí, apoyo mi causa, estuvo todo el tiempo conmigo en aquella riña, es por eso que lo aprecio mucho, a pesar de todo – supe que se refería a JiEun por la expresión que ahora había adoptado – eh aprendido a quererlo, más que a un amigo, como a un hermano.   

 ¿Yongguk?

Las últimas palabras de HimChan me habían envuelto en una imagen diferente, ahora no veía al mismo chico, ahora examinaba a otro, un rostro que ciertamente adoraba, que incluso en sueños me invadía haciéndome sentir anonadada.

-Tempo – profirieron esos labios perfectos -  Dame tiempo.

¿Tiempo? Me percaté de que Yongguk estaba cerca de mí y que su voz era audible solo por el hecho de que estaba a escasos centímetros de distancia.

-Necesito que confíes – insistió una vez más – Búscame, no me dejes ir, te necesito.

-El tiempo está pasando de esta manera…

Respondí mirándolo a los ojos, sintiendo como ese café me envolvía, no parpadee, temía que la imagen se borrara, y por el momento no quería perderle, aun no, aún tenía bastante que decirle. 

- Intento buscar tus huellas, pero ellas han sido borradas... Los últimos recuerdos de ti están encerrados en los bordes de mis lágrimas, Guk, lo estoy intentando, deseo aferrarme a ti, pero cada vez que lo intento, el viento sopla y me dejas caer de nuevo.

-No dejes que desaparezca… Nat… no te rindas, no me dejes.

Estaba consciente de que el chico seguía hablando desesperadamente, porque le veía articular palabras, mas no podía escucharle con claridad, ya no y lentamente la imagen fue desapareciendo, poco a poco le fui perdiendo, por más que extendía el brazo hacia él, el continuaba desapareciendo, sabía que el pánico se apoderaba de mi rostro podía sentirlo, pero la desesperación no era suficiente, inútilmente, de nuevo no pude lograr que se quedara.

Me quede pasmada en aquel lugar de mi subconsciente, mi parte sabia había materializado mis pensamientos en sueños y ahora me estaba volviendo loca, sin querer aprendí que los "amores eternos" pueden terminar en una noche; que "grandes amigos" pueden volverse grandes desconocidos; que el amor no tiene la fuerza que imagine; que nunca conocemos a una persona de verdad; que "el nunca más" nunca se cumple, y el "para siempre", siempre termina...

Entonces me aventure de nuevo en otro sueño, ahora el protagonista era otro.

-Nat ¿Cómo has estado?

El chico rubio estaba frente a mí con los ojos exceptivos, lo conocía perfectamente, conocía esa mirada nostálgica que le caracterizaba, el chico que me había protegido desde siempre y me había y le había amado desde hacía ya mucho tiempo.

-¿Dan? Yo, te eh extrañado -  y al tenerlo enfrente me había dado cuenta de que lo extrañaba más de lo que pensaba.

-Linda ¿Qué pasa? Te escuchas triste…

-Yo -  me detuve - … ciertamente no lo sé.

-Ven aquí – dijo sosteniéndome por el antebrazo.

Me acerque mecánicamente hacia él, con miedo de que si hacia algún movimiento brusco, el chico frente a mí se desmoronaría, me encontré con un abrazo exuberante al llegar a sus brazos y en aquella posición me di cuenta de algo impactante, como cuando te despiertan de un zarpazo, encontrando la respuesta al acertijo me di cuenta que aquellos brazos me recordaban a nadas más y a nada menos que a Daehyun.

-Dan…- murmure cerca -… ¿Qué debo hacer? – solté, casi desmoronándome.

-¿Recuerdas lo que te dije tu primer día de universidad?

-Si… - dije un tanto insegura.

-El amor se mide en acciones – comenzó

-No en palabras – termine

-Naty, no siempre podre estar contigo, y por más que me duela, algún día tendré que entregarte, por favor, no me hagas hacerlo con un Idiota.

Reí por lo bajo, ahora sabía lo que tenía que hacer, solo no estaba muy segura de cómo hacerlo.

-¿Nat?

La voz del chico, resonó en mis pensamientos, o al menos eso creía, tarde varios segundos en reaccionar, de pronto me hallaba frente a él con los ojos abiertos como platos, el me miraba expectante mientras esperaba a que volviera en mí.

-Yo – tartamudee – creo que me quede dormida

El chico soltó una especie de bufido y rio divertido.

-Sí, creo que me di cuenta de eso.

-Si tú has caído primero que yo – recrimine cruzándome de brazos – me debes una cerveza.

-Bueno – dijo Dae por lo bajo acercándose a mi oído – es una cita.

Me quede pasmada, una oleada electrifican te recorrió mi columna vertebral, nadie me hacía sentir así de segura, solo; Dan.  

-¿Porque te esfuerzas de esa manera? – murmure a su oído

 -Es porque todavía estoy vivo – dijo separándose un poco - Por lo tanto incluso si es un poco, yo no quiero renunciar. No a ti.

 Trabajamos duro y llegamos a un punto donde es imposible seguir adelante si estas parado con miedo.

-No quiero morir sabiendo que pude dar lo mejor de mí y no lo hice, mañana se cumple mi plazo de 28 días, es mi último suspiro Nat, mañana en la fiesta de despedida, se consumara todo aquello por lo que eh luchado, ya sea una respuesta negativa o afirmativa, no quiero renunciar, solo me queda aguantar un poco, solo un poco más…

El último suspiro estaba a la vuelta de la esquina sin duda despertando de la inconciencia.  

One way love (B.A.P fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora