80. Despedida.

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Todos se han dado cita desde muy temprano para despedir a Rin. Todos conocen a Sesshomaru y su peculiar impaciencia, una vez que él llegue, no habrá mucho tiempo para despedidas. Aunque gran parte de su corazón se siente alegre y esperanzado, otra parte siente una tremenda nostalgia al dejar ese lugar donde por seis años convivió con excelentes personas que le brindaron apoyo, confianza y cariño... Gracias a eso pudo superar su miedo a lo humanos.

Las vivencias traumáticas que tuvo de pequeña habían marcado su percepción en cuanto a su misma especie... Les temía, prefería estar alejada, la raza humana era cruel y malvada... Ahora sabía que no era así, que así como hay personas muy malvadas, también hay personas bondadosas con un gran corazón, capaces de arriesgar todo por las personas que aman.

De cierta manera, entendía un poco alguno de los motivos de por qué su querido amo Sesshomaru la dejó ahí... No era sólo el hecho de convivir, de socializar, de aprender costumbres o actividades propias de los humanos, era también el hecho de que debía que perder ese temor hacia su misma especie.

Ahora al fin había llegado su momento de decidir.. De tomar la decisión que tuvo bastante clara desde un principio.. Es verdad, era una niña en aquél entonces, pero su corazón sabía perfectamente dónde deseaba estar, a quién deseaba seguir.

De repente, poco antes del mediodía, entre risas y bromas, algo llama la atención de todos. Hay un gran alboroto cerca, muy cerca de ése lugar. Varios árboles cercanos son derribados alertándolos a todos. Todos se ponen en guardia, excepto InuYasha que sigue recostado en el suelo, bostezando como si nada pasara. Sabe perfectamente de quien se trata.

Rin siente un poco de temor al verlos a todos tan alarmados. Sin embargo, sabe que no debe temer.. Ellos la protegerán, y claro.. su querido señor Sesshomaru estará a su lado si ella necesita de su ayuda, ahora mantenía esa hermosa esperanza en su corazón.

Un gran árbol es derribado a algunos metros de donde ellos se encuentran, se dan cuenta de quien se trata.. Ah-Un llega corriendo en dirección hacia donde Rin se encuentra. Ella corre con gran emoción a recibirlo.

Rin: ¡¡Ah-Un!! (Lo abraza) ¡¡Cuanto tiempo sin verlos!!... Díganme, ¿¿Cuidaron bien al amo Sesshomaru?? (Las dos cabezas asienten). ¡Sabía que estaba en buenas manos!

Todos veían conmovidos aquella escena... Rin se veía verdaderamente feliz, verdaderamente ilusionada, la luz que emanaba de su mirada era única.. Durante los 6 años que ella vivió ahí, jamás lograron verla tan feliz como ahora... Aunque fuera duro de admitir, habían forzado a Rin a permanecer en la aldea 6 años. Ella en todo momento deseó estar al lado de aquellos demonios.

Siempre se dijo que humanos y demonios vivían en mundos separados, pero ¿qué importaba ya? Si era un demonio quien le había devuelto a la hermosa joven la ilusión de vivir, además de su vida misma... y era una pequeña humana quien convirtió a ese sanguinario y despiadado hombre en un ser más compasivo... Si uno era feliz al lado del otro, no importaban los mundos, las especies, las creencias, ni nada más.

Jaken: (Llega muy agitado corriendo) ¡¡Oye tramposo!! ¡¡¡No sé vale!!! ¡¡Tus patas son más largas que mis piernitas!! ¿¿¿Como no ibas a ganarme???

Rin: (Corre hacia él, lo carga entre sus brazos y lo abraza con muchas fuerzas.) ¡¡Señor Jaken!! ¡¡Aaaah señor Jaken!! ¡¡Cómo lo extrañé!!

Jaken: (Alterado) ¡¡Oye!! ¡¡Muchacha loca!! ¡¡Suéltame!!... Nadie puede tocar al gran Jaken!! ¡¡¡Qué me sueltes!!! (Con una gran sonrisa, ella lo baja al suelo) Espera... ¿¿Eres Rin??

Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 2Where stories live. Discover now