30. Conversaciones extrañas.

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Una vez que InuYasha da media vuelta y se retira con la pequeña bebé dormida en sus brazos, Rin se acerca a Sesshomaru, queda frente a él y sonríe.

Rin: Señor Sesshomaru... (Lo abraza) ¡¡Que alegría me da verlo otra vez!!

Sentir sus pequeños brazos alrededor de su cintura le reconforta demasiado. Había esperado ese abrazo desde el momento en que llegó a ese lugar... Más bien desde que salió del palacio molesto con todos... O quizá, lo esperaba desde aquél día que la vio por última vez. Sin dudarlo un sólo instante corresponde a su abrazo posando su mano derecha sobre su cabeza y acariciando su suave cabello negro.

Sesshomaru: ¿Cómo estás Rin?

Rin: (Separándose) ¡Muy bien amo Sesshomaru! Muy feliz porque está aquí... ¿Usted como siguió de su herida?

Sesshomaru: Cerró al día siguiente.

Rin: Sus heridas sanan muy rápido.

Sesshomaru: Si.

Rin: (Tocando su cuello, llevaba puesto el obsequio que él le dio con anterioridad) ¿Sabe? Todos me han dicho que el collar que usted me regaló es muy hermoso.

Sesshomaru: Rin... (Le entrega el par de aretes, al instante la pequeña sonríe con emoción) La última vez... Jaken olvidó esto.

Rin: (Emocionada) ¡Son iguales a mi collar! ¡Muchas gracias amo Sesshomaru! No regañe al señor Jaken, a veces es muy distraído.

Sesshomaru: Hmp. Es un tonto.

Rin: ¿No vino con usted?

Sesshomaru: No... él... tenía... cosas que hacer.

Rin: ¡Ufff! Creo que últimamente todos tenemos muchas cosas que hacer.

Quizá se había presentado en un mal momento, al vivir en la aldea era obvio que Rin tendría obligaciones que cumplir y quizá él sólo estaba distrayéndola. 

Sesshomaru: ¿Tienes ocupaciones hoy, Rin?

Rin: No señor Sesshomaru.. Pero en días pasados muchas personas enfermaron en la aldea y ayudé a la señora Kaede con la medicación. Me dijo que me tomara libre el día de hoy, por eso estaba ayudando a la señora Sango a cuidar a su bebé.

Era su día libre y estaba ayudando a los demás. Definitivamente era la naturaleza de Rin, y aunque no podía protestar por ello, pues no deseaba que cambiara absolutamente nada en ella, si se cuestionó ¿por qué no se tomó un descanso? Le molestó un poco pensar que se sintiera obligada a tener que ayudar a todo mundo en ese lugar. Además, la exterminadora no estaba sola.

Sesshomaru: ¿Qué no tiene esposo y hermano para que la ayuden?

Rin: Si, pero el señor Miroku salió dos días atrás a hacer un exorcismo a un aldea cercana, creo que volverá hoy o mañana. Y Kohaku se estresa demasiado cuando cuida a ambas bebés, dice que le hacen falta manos jajaja.

Sesshomaru: Hmp. Si claro, un exorcismo...

Rin: Si, cuando malos espíritus entran a un lugar lo llaman a él.

En realidad, Rin no entendió su comentario, y era mejor. Sabía que ese monje era un mujeriego que no le importaba, incluso, hacer proposiciones inadecuadas a niñas. "Un exorcismo" era su mejor pretexto para, seguramente, ir a buscar diversión con otras mujeres.

 Rin: Además... A mi me gusta mucho ayudar a la señora Sango, me divierto mucho jugando con las bebés.

Sesshomaru: Entonces, ¿lo haces constantemente?

Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 2Where stories live. Discover now