2. Despedida.

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Esta noche la dedicó a recordar... Aquella expresión temerosa, aquella carita sucia y golpeada, su primer intento por ser amable con ella pese a su condición humana, aquella sonrisa sincera, su rostro sin vida, su primer mirada luego de revivirla, la primer lágrima que derramó, su angustia al pensar que él la dejaría, su llanto suplicándole que no la dejara en una aldea... ¿Volvería a repetirse? Odiaba verla llorar, pero más odiaba que fuera por su culpa.

Rin debía afrontarlo de la mejor manera, además, ya conocía a aquellas personas, él la visitaría a menudo, quizá no sería tan difícil, ¿o si?

Por otro lado, volvería al palacio de su padre 200 años después, ¿que problemas encontraría? Los informes que Jaken le traía mes con mes no le decían mucho.

Desde muy joven había dejado el palacio para entrenar solo, iba de vez en cuando a descansar por unos días o semanas y se marchaba. La última vez que estuvo ahí, su padre expresó su deseo de llevar a la madre de InuYasha a vivir con él, cosa que a él le desagradó enormemente. Si hacía eso, ¿donde quedaba el lugar de su madre? Fueron constantes discusiones con Inu no Taisho. Los humanos le daban igual, pero a raíz de eso comenzó a despreciarlos con más fuerza.

Aquel día, el espíritu dragón desafío a su padre, él se quedó en el palacio, y hasta allá pudo percibir el olor de la sangre de su progenitor. Había quedado muy gravemente herido. Acudió a su encuentro, llevándose la sorpresa de que su deseo ahora era reunirse con aquella humana que daría a luz un hijo suyo. Sabía que muy posiblemente moriría así que le exigió que le entregara a colmillo de acero en ese momento, cosa que no sucedió. Su padre con aquella gran herida sangrante se marchó a buscar a aquella mujer. No le importó morir por defenderla.

Sesshomaru perdió a su padre ese día y desde entonces no volvió al palacio que por ley le correspondía. Él era el único heredero, el único que debía asumir el cargo que dejaba su padre. Sin embargo no lo deseaba. No era algo que él hubiera construido, además, deseaba convertirse en el demonio más poderoso de todos los tiempos. Ahora lo había logrado.

200 años sin regresar a aquel lugar... Sería incómodo estar nuevamente ahí y recordar sus últimos días. Es cierto, el ejército del Oeste le profesaba lealtad aún, pero a su parecer era sólo por respeto a su padre. Él ahora podría volver y demostrar que había superado al gran y poderoso Inu no Taisho, que ahora era digno de suceder su lugar.

Haría algunas modificaciones, se acoplaría a aquella nueva ocupación, se desharía de los sirvientes que no fueran leales, y luego, después de unos años... Tal y como dijo la anciana Kaede... Si Rin decidía seguirlo nuevamente, podría llevarla al palacio, darle todo el confort de una vida completamente diferente. Además, aquel lugar tenía que ser agradable a la vista de Rin, no podía ser tampoco, que la niña viviera en un enorme campo de batalla. Comenzó a formular algunos planes en mente, pero.... ¿Y si no? ¿Y si llegado el momento ella deseaba quedarse con los humanos? ¿De qué serviría todo?  Estaba casi seguro de que Rin elegiría volver a seguir sus pasos, pero también había una posibilidad de que no fuera así... ¿Y entonces? Quizá abandonaría aquél lugar nuevamente.

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Rin despertó muy temprano, golpeó a Jaken para que despertara, la anciana Kaede despertó a causa de los gritos de Jaken.

Rin: ¡Señor Jaken! ¡Vámonos! ¡El amo Sesshomaru nos espera!

Jaken: No mami, otros 5 minutos por favor.

Rin: Señor Jaken ¡el amo Sesshomaru ya se fue!

Jaken: (Se para de un brinco, muy alterado) ¡Amo bonito! ¡Espéreme! ¡No se vaya sin mi!..... Ay mocosa otra vez.

Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 2Kde žijí příběhy. Začni objevovat