56. El deseo de verla.

5.4K 506 524
                                    

Jamás, a lo largo de casi un milenio, el transcurso del tiempo había parecido tan lento. Doce meses pasaron, demasiado lentamente para él. El tiempo era algo por de más trivial, pero no esta vez... No entendía cómo es que podía extrañar tanto a esa niña humana... La extrañaba mucho... Cada día era más difícil de sobrellevar que el anterior.

Han pasado cinco años desde aquél momento en que ella valientemente se acercó a él cuando estaba herido. Como ya es costumbre, hoy nuevamente recuerda todos los momentos vividos a su lado; cuando ella, inocentemente le llevó alimento y trató de cuidarlo, ese extraño impulso de querer esperarla para despedirse de ella, la compasión y el coraje que sintió al verla muerta por el ataque de los lobos, su promesa de protegerla siempre... Aunque no lo quisiera reconocer, ella poco a poco fue ganándose su cariño hasta convertirse en lo más importante para él, por sobre su búsqueda de poder, de la supremacía, por sobre las riquezas obtenidas en cada conquista, por sobre todo, estaba ella.

Sabía perfectamente, que Rin usaba el dije que le envió con Jaken en su último cumpleaños. Tal y como él se lo indicó, no se había apartado de él un sólo día. Esto, de cierta manera, le reconfortaba. Sobre aquel trozo de madera había  escrito un símbolo, estaba seguro que ni Rin ni nadie más conocería su significado. Él se lo revelaría en el momento adecuado... Ese pequeño trozo de madera, era una pequeña parte que desprendió de la funda de colmillo sagrado. Esa funda guardaba un poder mágico, y la espada, podría decirse, tenía conciencia y voluntad propias. Le hizo una petición, y al percibir la sinceridad y la tristeza de su corazón, la espada accedió. Cuando Rin lo nombrara, colmillo sagrado palpitaría, le transmitiría el sentimiento de ella en ese preciso momento. Ante una situación de peligro le conduciría inmediatamente ante su presencia. Esperaba que eso nunca ocurriera, que el peligro no la asechara. Pero si esperaba que ella lo llamara en algún momento de tristeza, de nostalgia. Deseaba tanto verla. En verdad lo deseaba. En el momento que ella pronunciara su nombre, en ese instante él no dudaría un segundo en ir a su encuentro. 

Permanecía alerta, en todo momento, esperando una señal de colmillo sagrado, algo que le indicase que ella estaba en problemas, triste, o simplemente... necesitara su presencia a su lado... Un año había pasado y Rin no había vuelto a pronunciar su nombre. Quizá el conjuro en aquél trozo de madera no fue eficaz.. No.. Era imposible.. Verdaderamente Rin no había vuelto a pronunciar su nombre y eso vaya que dolía en el fondo de su pecho.

Sin embargo, su espada colmillo sagrado brillaba casi cada noche, a la misma hora... ¿Por qué? Al tocarla podía sentir únicamente una enorme sensación de tristeza invadiéndole. ¿Cuál era el motivo? ¿Es que acaso, esa profunda tristeza que él percibía, era la misma que sentía Rin en ese momento? Maldecía cada noche... ¡¡Cómo deseaba ir a su lado!! Abrazarla sin importar nada más, escuchar su voz y verla dormir tranquilamente, recargada en su regazo, como cuando era una niña.

Cuántas veces luchó contra si mismo para no ir a buscarla, deseaba ir a su lado, sin motivo alguno, sólo acercarse a ella y estar unos instantes frente a ella... Tocarla.. Verse reflejado en esos ojos color cafés... Pero recordaba aquél beso.. Sus suaves y cálidos labios, su frágil cuerpo temblando, su corazón latiendo al mismo ritmo que el suyo.. Recordaba esa sensación que le invadió en aquél momento, esa descarga que recorrió su cuerpo en un instante, ese momento en que su corazón se detuvo para luego latir al mismo ritmo que el de ella... Era como si algo dentro de él hubiera despertado luego de casi mil años... ¿Por qué no podía olvidar? ¿Por qué lo tenía tan presente?

Diariamente se reprochaba a si mismo esa necesidad que sentía por volver a tenerla cerca. Recordaba esas malditas palabras dichas por él... "Vive una vida normal y trata de ser feliz"... Ella había acatado la orden.. La imaginaba sonriendo al lado de alguien, de Dan o del otro muchacho imbécil.. Esto le carcomía el alma a cada momento.. Sin embargo, se sentía algo confundido, ¿por qué durante las noches percibía tristeza al tocar su espada?... Era algo contradictorio.. ¿Es que acaso, ella sonreía durante el día y le extrañaba por las noches?.. Tal vez si, quizás no...

Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora