15. Caos al regreso.

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Eran aproximadamente las 3 am cuando Sesshomaru, Jaken y Ah-Un llegaron al palacio. La mayoría de sus súbditos se encontraban durmiendo. Al llegar, fue recibido por Takeshi. El muchacho vigilaba el lugar y estaba un poco nervioso, cosa que llamó su atención.

Takeshi: S-Se-Señor Sesshomaru.

Sesshomaru: ¿Qué haces tú aquí?

Takeshi: El señor Bingo está muy borracho, estoy cuidándolo.

Sesshomaru ve en dirección a donde Takeshi señaló, frunce el ceño, se acerca a Bingo, quita la insignia y le da una patada.

Bingo: Queshhh.. Queshhh... ¡¡Waaaaaaarr!!

Takeshi: No ha dejado de hablar de sus hazañas de guerra y cuando servía al comandante bestia.

Sesshomaru: Hmp. Vete a dormir, aquí déjalo.

Takeshi: Pero no puedo dejarlo solo aquí.

Sesshomaru: Deja de ser tan compasivo y lárgate a tu habitación.

Jaken: Y rápido que es una orden.

Sesshomaru: Tu cállate y vete a tu habitación también.

Jaken: Ay si amo precioso. Vámonos Takeshi no hagas enojar al amo.

Takeshi: Pero si yo no... (Suspira) Si señor Jaken. Que pase buena noche señor Sesshomaru.

Sólo eso le faltaba. Uno de los mejores guerreros que tuvo su padre, ahora era un demonio alcohólico. Quizá exiliarlo sería lo mejor. Pero no ahora. Su corazón por fin estaba en paz, luego de ver a Rin y saber que su vida ahora era pacífica, entre gente amable y que, sobre todo, la protegían.

Se dirigió a su habitación, retrasaría un día el ataque al siguiente territorio. Tiro las espadas al suelo y se quitó su armadura. Estaba a punto de quitarse la parte superior de su kimono, su pecho estaba al descubierto cuando...

Keiko: Vaya, volviste, pensé que te irías 200 años nuevamente.

Sesshomaru: Keiko ¿qué diablos haces aquí?

Keiko: Esperarte. Cómo siempre.

Sesshomaru: Estas ebria. Vete.

Keiko: ¿Dónde estabas Sesshomaru?

Sesshomaru: No es algo que te importe.

Keiko: ¡¡Claro que me importa!! Maldita sea Sesshomaru. ¡¡Claro que me importa!! ¿Por qué no merezco tener un poco de tu atención y cariño?

Sesshomaru: Será mejor que te largues porque no voy a tolerar otro drama de tu parte.

Keiko: ¿Y que harás? (Camina hacia él, había llorado mucho, sus ojos la delataban). Dime qué es lo que... (Algo llama su atención). Sesshomaru ¿¿a donde fuiste??

Sesshomaru: (molesto, le grita) ¡¡Ya te dije que no te importa!!. Ahora ¡¡sal de aquí de una maldita vez!!

Keiko: ¿Estabas con una mujer? Dime, ¿fuiste a ver a una mujer?

Él estaba impregnado de un frágil aroma femenino, ese suave aroma a rosas era tan puro... Al menos tenía la certeza de que no había tocado a esa mujer, no como ella se imaginaba.

Sesshomaru: Keiko no lo repetiré. ¡Lárgate!

Keiko notó aquella enorme molestia en Sesshomaru, no tenía otra opción más que obedecerlo. Después de todo, ahora ya tenía una pista del porque de su aun más mal humor. No podía arriesgarse a que la desterrara ahora, no discutió más y salió de aquel lugar.

Por fin Sesshomaru se quita aquella prenda, su torso queda desnudo, y su ropa... Su ropa está impregnada del aroma de Rin. Quizá Keiko lo notó, si, es seguro, por eso hablo sobre una mujer. Qué más daba. Durmió plácidamente está noche.

Al amanecer su semblante era distinto. Estaba, ¿de buen humor? Si, quizá.

Katia: Sesshomaru tu baño está listo. Te ves bien. ¿Como te fue ayer?

Sesshomaru: Hmp. (Se retira).

Katia ve su nueva expresión y sonríe. No tiene idea de quién se trate, pero gracias a ella, él tiene un semblante tranquilo ahora. Ojalá su padre pudiera verlo. Seguramente Inu no Taisho mostraría emoción, pediría conocerla y seguramente discutirían...

Tras bañarse, es momento de cambiarse de ropa. Pero perderá el olor de Rin. No importa. Si importa. Usa el mismo kimono. Quiere que al menos por este día, le acompañe el aroma de la pequeña Rin.

Al bajar al comedor, le esperan todos ahí. Bingo con cara de malestar. Takeshi un poco apenado. Aki baja la mirada, está triste, piensa que Sesshomaru ya no confía en él, pues son ya dos ocasiones que no le ha confiado la insignia del palacio. Keiko agacha la mirada, no quiere verlo a los ojos, sabe que estará molesto con ella. Jaken se encuentra feliz.

Sesshomaru se presenta ante ellos quienes hacen una reverencia. Keiko percibe nuevamente aquel ligero aroma, cosa que la enfurece, no puede evitar apretar sus puños. Takeshi, por su cercanía, también lo percibe. Es un aroma femenino muy agradable. Bingo no puede mantener el equilibrio y cae.

Takeshi: (intenta ayudarlo) ¿Está bien señor Bingo?

Bingo: Si... No en realidad no. Si Keiko no me hubiera embriagado ayer estaría mejor.

Keiko: Bingo cállate.

Jaken: ¿Festejaron en ausencia del amo? Cómo se atreven. Eso es una gran grosería de su parte.

Aki: Claro, y es peor si eres el portador de la insignia y dejas que una mujer te embriague... ¿Y si hubieran atacado el palacio? ¿Cómo diablos ibas a dirigir al ejército?

Jaken: Castiguelos amo.

Keiko: Si.. Es mi culpa Sesshomaru. Acepto lo que decidas.

Bingo: Yo falté a su confianza señor. Por favor aplique el castigo que crea conveniente sobre mi.

Jaken: ¿Y que festejaban tu?

Aki: Al parecer Keiko quería obtener alguna información de Bingo, por que incluso trató de seducirlo.

Sesshomaru clava su mirada en ella. Ahora entendía todo. Al portar Bingo la insignia, ella pensó que sabría cual era el motivo de su ausencia y deseaba saberlo. Falló en su plan. Sin embargo sus conclusiones no eran tan erradas.

Jaken: ¿Que castigo les impondrá amo bonito?

Sesshomaru: No arruinen el hecho de que hoy estoy de buen humor. Asi que ¡¡CALLÉNSE!!

Dicho esto, todos se dedicaron a consumir sus alimentos en silencio absoluto. Luego de esto fueron al despacho a preparar el ataque del día siguiente. El príncipe Rena caería bajo su dominio y se convertiría en un súbdito más.

Pasó el resto del día solo en su jardín personal. Faltaba algo ahí. Observó y analizó a detalle. ¿Qué le faltaba a aquel lugar para ser perfectamente agradable a Rin? Vio a su alrededor, había pocos árboles de cerezo.. Faltaban más... A su regreso ordenaría una sección con muchos árboles de cerezo. Después de todo, el rosa era el color favorito de Rin.

Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 2Where stories live. Discover now