Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 2

46. Por última vez I

Sesshomaru siempre se despedía de Rin tocando su cabeza o acariciando su rostro o su cabello antes de marcharse... Estuvo a punto de hacerlo nuevamente... Volteó a verla y levantó su mano derecha a la altura de su rostro, recordó que no debía hacerlo, no debía tocarla para evitar confusiones de su parte y rápidamente bajó su mano... Dirigió su mirada al cielo y emprendió el vuelo... Ignoró a Kaede pues se sentía molesto con ella debido a que la última ocasión que estuvo ahí ella quería abogar por Dan.

Voló en dirección al lago donde se encontraba un rato atrás junto a Rin. Allí estaban Jaken y Ah-Un esperándole.... Nuevamente voló con lentitud, pensaba en lo acontecido ese día... La confesión de Rin a Jaken, ese momento en que ella se molestó por haberla llamado niña, y la forma tan extraña en que lo veía unos instantes atrás... ¿Por qué?...

Al agradecerle por sus regalos, como era costumbre de ella, lo abrazó, él correspondió colocando su mano derecha en la cabeza de la pequeña, de repente sintió que ella elevó su vista y él agachó su rostro y su mirada para verla, parecía querer decir algo... sus miradas se conectaron un momento y después ella fijó su vista en la parte inferior de su rostro... Suspiró un poco frustrado, estaba segura que ella observaba sus labios... ¿Por qué? Definitivamente Rin estaba demasiado confundida... 

Él no creía haber hecho absolutamente nada para ilusionarla.. Tal vez si, siempre tuvo un trato diferente con ella.. ¿Pero de qué otra forma podía tratarla? ¿De qué otra manera podía tratar a la pequeña niña que temerosa se acercó a él? A la pequeñita que, a pesar de no tener absolutamente nada, cuidó de él... A esa inocente mirada que le vio con preocupación, aún cuando todo lo que ella pudiera hacer era innecesario... A esa niña que mostraba gran alegría y emoción al verlo llegar... A esa sonrisa sincera, a esa alma pura, a ese corazón sin maldad... A la primer persona que le mostró un cariño verdadero, sin interés alguno, que no pedía nada más que estar a su lado... A esa niña que había sufrido tanto y que recuperó su entusiasmo de vivir al conocerle...

Recuerda el día que, ya recuperado del ataque de InuYasha, estaba a punto de marcharse... Por algún motivo quiso quedarse y esperarla... La buscó con sus finos sentidos y sólo inhaló su aroma mezclado con sangre y muerte.. Fue a buscarla... Encontró su pequeño cuerpo inerte, que seguramente, iba a su encuentro con la esperanza de que él pudiera protegerla... En ese momento su corazón sintió un impulso... Iba a probar el poder de colmillo sagrado... No, más que una prueba, fue su forma de mostrar su agradecimiento con esa niña... Jamás sintió necesidad de retribuir nada a nadie, pero esa sonrisa pudo tocar la calidez de su corazón y no merecía extinguirse de esa manera.

Le permitió seguirlo, le prometió protegerla, pero sin considerarla en ningún momento, una súbdita... Siempre le dio libertad... Y es ella el único ser al que le había permitido esas muestras de afecto... Sus abrazos, sus inocentes besos, sus caricias, acurrucarse a dormir a su lado... ¿Ese fue el error? ¿Permitirle esa cercanía estuvo mal?... En verdad, no imaginó que esto llegara a suceder...

Se sentía un poco tonto. Claro que en algún momento se detuvo a pensar que ella crecería, que sería una mujer adulta. Pero nunca imaginó que el proceso de convertirse de niña a mujer traería con ella esa confusión. ¿Por qué esto parecía tan complicado ahora?... Además, esa variante en su aroma, ¿por qué le inquietaba tanto?... Claramente él no podría ver a Rin de otra manera, como.. mujer.. ¿Cómo sería capaz? Era una barbaridad siquiera imaginarlo.. Un ser tan sanguinario como él con un ser más que celestial a su lado... No... Su maldad y la pureza de ella jamás debían mezclarse.

Al fin, Sesshomaru llega a aquél lugar donde dejó a Jaken y Ah-Un... ¡Que ridículo se ve! Roncando como bestia salvaje con una burbuja en su nariz. Ni siquiera Ah-Un hacía eso. Le da una patada para despertarlo.