6. En la aldea.

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Luego de que Sesshomaru se marchó, Rin regreso a la aldea con la anciana Kaede. Ya todos estaban despiertos, reunidos afuera de la cabaña de la sacerdotisa, preguntándose que pasaría con InuYasha y Aome. Vieron a Kaede acercarse con la pequeña Rin a su lado, se le notaba triste, todos escucharon el día anterior que Sesshomaru se la llevaría al amanecer, pero empezaban a presentir que no fue así.

Sango: Rin, pensé que ya te habías ido con Sesshomaru.

Rin: No señorita Sango. Me quedare aquí.

Kohaku: ¿Que pasa Rin? Te ves muy triste.

Rin: Es que... (No pudo decir más pues empezaron a brotar lágrimas de sus ojos).

Kaede: Ayer le pedí a Sesshomaru que permitiera que Rin se quedará un tiempo aquí.

Sango: ¿Que? ¿Por qué?

Shippo: No puedo creer que haya aceptado, pensé que ese demonio era igual de cabezotas que InuYasha.

Miroku: No es así Shippo, Sesshomaru es un ser más racional, claro que su inexpresivo rostro hace creer que no. Lo que me causa curiosidad es que argumento logro convencerlo.

Kaede: Solo le hice ver que Rin es una niña pequeña que no debería viajar con 3 demonios varones adultos. Rin crecerá y estoy segura que ellos no sabrán como afrontar las dudas que surjan en ella. Ellos desconocen muchas cosas sobre humanos, lo ideal es que Rin este un tiempo con los de su especie. Así, cuando tenga la edad suficiente ella podrá elegir si desea seguirlo o continuar viviendo aquí.

Sango: Debió ser difícil para Sesshomaru aceptarlo. Él quiere mucho a Rin.

Kaede: Créeme que lo fue. Pude notar el dolor en su voz y en su mirada.

Shippo: Debió irse muy triste, después de todo muy en el fondo también tiene corazón.

Rin: ¿Por que se expresan así del señor Sesshomaru? Él es muy lindo, es muy amable y generoso.

Kohaku: Es verdad, él es muy serio pero protege a los suyos. Incluso a mí me defendió más de una vez pese al poco tiempo de seguirlo.

Miroku: Bueno, es verdad a nosotros nunca nos ha agredido.

Sango: Tienes razón, cuando lo vemos solo se enfrenta con InuYasha.

Miroku: Me pregunto cómo estarán él y la señorita Aome.

Sango: Ojalá regresen pronto.

El día transcurrió tranquilamente, Rin se sentía un poco temerosa, sabía que sus nuevos amigos no le harían daño, pero ¿y los demás? Trataba de no alejarse de ellos. Esa noche todos juntos durmieron dentro de la cabaña de Kaede. Al día siguiente Miroku negoció una cabaña para instalarse ahí junto a Sango y Kohaku.

Todas las noches, Rin se quedaba un rato afuera de la cabaña de Kaede, observaba la luna. Sabía que donde quiera que Sesshomaru estuviera veía la misma luna que ella, era la forma de sentirse en contacto con el. Algunas veces lloraba, otras simplemente imaginaba que el llegaría por ella pronto y sonreía.

Luego de tres días de permanecer en la aldea, caía el atardecer cuando todos vieron que InuYasha se acercaba a la aldea. Corrieron a recibirlo. Rin no quiso quedarse sola y corrió tras ellos. Después de todo, era el hermano del amo Sesshomaru. Claro que también le preocupaba.

Sango: ¡InuYasha! ¡Estás de regreso!

Miroku: InuYasha ¿y la señorita Aome?

InuYasha: Ella... (Suspira) Está bien Miroku.

Shippo: ¡¡Tonto!! Estábamos muy preocupados por ustedes.

InuYasha: Si, lo sé...

InuYasha levantó su mirada y vio a Rin escondida detrás de la anciana Kaede.

InuYasha: Sesshomaru... ¿Sigue aquí?

Sango: No, él se fue hace dos días.

No le dio más importancia a aquel asunto. Por ahora solo quería descansar y analizar lo sucedido, quizá encontraría una solución para lo que le aquejaba en ese momento.

Todos notaron que se encontraba muy decaído, no quisieron hacer mas preguntas ese día. Había mucho silencio.

Como cada noche, Rin salió a contemplar la luna. Vio a InuYasha sentado a lo lejos, haciendo lo mismo.

Rin: *Creo que el también está triste, y creo que es por la señorita que lo acompañaba... Me pregunto si el amo Sesshomaru se acordará de mi*.

Kohaku: Rin, es tarde, ¿que haces aquí?

Rin: ¡Hola Kohaku! Nada, solo contemplaba la luna.

Kohaku: Lo extrañas mucho ¿verdad?

Rin: Si Kohaku. Espero venga a verme pronto.

Kohaku: Ya verás que sí. Mira, ¿no quieres una de estas? (Le entrega algo).

Rin: ¿Que es esto?

Kohaku: Amm, creo que se llama paleta de caramelo... La señorita Aome le trajo muchas a Shippo y él me regaló algunas.

Rin: Gracias Kohaku. (La prueba) Es muy dulce. Y sabe a cereza.

Kohaku: La mía es de mora azul.

Rin: Kohaku ¡¡tu boca es azul!!

Kohaku: ¡Y la tuya es roja!

Rin: ¿Que? ¿En serio?

Kohaku: Siiii jajajajajaja.

Rin: Por cierto Kohaku, ¿que haces afuera?

Kohaku: Amm, el monje me dijo que quería hablar de algo muy importante con mi hermana, y me pidió que me ausentara por una o dos horas.

Rin: ¿Crees que sea algo malo?

Kohaku: No lo sé, quizá quieren platicar de todo lo que pasó con Naraku.

Rin: Si... Pobre señor Naraku, al final senti pena por él.

Kohaku: Si, en realidad la perla lo estaba manipulando. Quizá en otras circunstancias no hubiera sido una mala persona.

Rin: Tienes razón.

Kaede: Es tarde Rin. Ven a dormir.

Rin: ¡Si! Nos vemos mañana Kohaku.

Kohaku: Hasta mañana Rin.

Le costaba conciliar el sueño, sin embargo, al dormir, soñaba con su querido amo Sesshomaru y esto le daba motivos para sonreír el siguiente día.

Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 2Where stories live. Discover now