5. Recorrido.

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Todos observaban con curiosidad a aquel pequeño demonio verde que lloraba sin parar mientras sujetaba una manzana. No era costumbre emitir palabra alguna durante el tiempo destinado a ingerir alimentos, sin embargo, Sesshomaru se lo permitía. ¡Qué falta de educación! ¡Qué falta de respeto para el Lord! Pero ¿Quien era él? No le conocían mucho realmente, por varias décadas iba constantemente al palacio a llevar y recibir informes, todo el tiempo parecía molesto, ahora su comportamiento era por completo distinto.

Jaken: Amo bonito.

La sorpresa para todos fue mayor, dirigirse a él de esa manera merecía un castigo ejemplar, pensaron que atestiguarían una cruel escena, pero mayor fue la sorpresa al ver que Sesshomaru no le había tomado importancia.

Sesshomaru: ¿Qué quieres Jaken?

Jaken: ¿Cree usted que aquella chamaca ya haya comido? ¿Como estará? No creo que llegue a tener un banquete como este en aquella pocilga.

Rin... Su mirada reflejó un poco de tristeza, todos pudieron notar eso, no sabían de quien hablaba Jaken, pero seguramente era alguien importante para Sesshomaru.

Keiko frunció el ceño al ver y oír esto. Definitivamente esas palabras hacían alusión a una fémina. ¿Acaso esa mujer de la que hablaban tenía algo que ver con Sesshomaru? ¿Qué clase de relación tenían? ¿Por qué entristeció su mirada al escuchar su nombre? Tenía que investigar al respecto, no sería sencillo, pero tampoco imposible.

Sesshomaru: Guarda silencio Jaken.

Una vez que terminó sus alimentos, Sesshomaru se puso de pie y camino a la salida de aquel lugar. Todos inmediatamente le siguieron, tenían mucho trabajo por realizar... Llegaron a una habitación repleta de planos, pergaminos, mapas, estrategias de ataque. Aki y Bingo le explicaron a detalle que territorios permanecían aún bajo sus dominios, cuales se rebelaron y por consecuente los perdieron luego de la muerte de Inu no Taisho y cuales se habían unido a ellos voluntariamente. Se había pedido un 40% de los territorios conquistados, cosa que enfureció a Sesshomaru.

Sesshomaru: (Les grita muy molesto) ¡¡Son unos inútiles!!

Aki: Disculpe señor Sesshomaru, pero no podíamos tomar decisiones por nuestra cuenta. Lo esperábamos a usted para que nos indicara que hacer. Comencé a enviarle informes esperando que usted me diera alguna indicación pero nunca fue así.

Bingo: Si usted da la orden, inmediatamente iremos a someterlos, Aki no ha descuidado la preparación de su ejército señor Sesshomaru.

Jaken: Pues hasta no ver no creer. Qué fácil abren la bocota.

Empezaban a irritarse por la presencia de Jaken. Pero no querían responder puesto que no sabían si Sesshomaru se molestaría, al parecer le permitía muchas cosas a ese pequeño demonio.

Sesshomaru: Vamos a ver, Aki, en que condición tienes al ejército.

Se dirigieron a los campos de entrenamiento. Cientos de demonios entrenaban arduamente. Al parecer no habían descansado un solo día desde el momento que él partió, de cierto modo eso le agradaba, no eran una sarta de inútiles los que se encontraban ahí. Llegaron con el grupo de arqueros quienes entrenaban, y al ver a su comandante Takeshi acercarse se detuvieron y le saludaron en señal de respeto, después todos le sonrieron, cosa que no agrado del todo a Sesshomaru.

Takeshi: Continúen por favor muchachos, Lord Sesshomaru ha venido a ser testigo de su entrenamiento y la gran mejoría que han logrado.

Si, hacían un buen trabajo, había que reconocerlo, pero la forma tan amable en que se dirigía a ellos era extraña en aquel reino plagado de demonios guerreros, era demasiado cordial con ellos.

Arquero 1: Desde que el joven Takeshi se convirtió en nuestro comandante hemos mejorado mucho.

Arquero 2: No es por quitarle crédito señor Bingo, pero el joven comandante Takeshi es tan paciente con nosotros que hasta los que estábamos a punto de ser exiliados hemos mejorado.

Sesshomaru: Veo que no eres tan idiota después de todo.

Takeshi: (Desconcertado) ¿Eh?... Gracias señor.

Bingo: No seas duro con el muchacho, poco a poco verás que en verdad es digno de ser mi sucesor.

Sesshomaru: Ya lo veremos.

¿Por qué lo trataba así? No, no era el hecho de que fuera demasiado joven, de hecho debería ser el demonio más joven de aquel ejército de cientos de soldados, pero había algo en él que le inquietaba y le desagradaba.

Takeshi por su parte recién había conocido a Sesshomaru, aquel poderoso Lord del que todos hablaban, todos decían que era frío, sanguinario, poco amable, supuso que podría ser normal aquel trato que recibía.

Enseguida llegaron con los espadachines, quienes eran entrenados por Aki. Todos expresaron su compromiso y lealtad para con el Lord. Luego de esto era el turno de las escuderas, todas eran mujeres que entrenaban con lanza y escudo, al notar aquel masculino e imponente aroma se detuvieron, Sesshomaru estaba ahí, estaban embelesadas con su belleza, lo veían con admiración, emoción y deseo, cosa que obviamente molesto a Keiko.

Keiko: ¡Vuelvan a su entrenamiento! O el señor Sesshomaru se molestará.

Sesshomaru: No lo haré. Es más, pueden descansar por este día.

Keiko se molestó muchísimo. Había restado toda importancia a su autoridad. Pero esto no se quedaría así, ya llegaría el momento de hacerlo pagar por esa ofensa.

Continuaron aquel recorrido por el palacio, pero algo llamó la atención de Sesshomaru, era un aroma que le resultaba agradable.

Sesshomaru: Ese olor...

Jaken: Amo Sesshomaru son las flores que usted...

Sesshomaru: (A sus comandantes) Más tarde me reuniré con ustedes.

Sesshomaru dio media vuelta y se alejó en dirección al lugar del cual provenía aquel aroma a flores. Jaken últimamente visitaba seguido el palacio y ordenaba, en nombre del amo Sesshomaru, sembrar las flores que llevaba consigo. No fue tarea fácil, sin embargo lograron sembrar un extenso terreno con una gran variedad de diferentes flores. Si, en efecto, cada flor que Rin cortaba para regalarle, él le ordenaba a Jaken recibirla y conservarla para después llevarla al palacio y hacerla florecer. Habían logrado multiplicar cada flor por decenas, en algún tiempo serían cientos de cada una de aquellas variedades. Tantos colores, tantas formas, tamaños, aromas... cada una un obsequio de Rin para él... Era esa ahora, la única forma en la que podía sentirla cerca.

Takeshi: El jardín de flores.

Bingo: ¿Desde cuándo le llaman la atención las flores al sanguinario Lord?

Keiko: Está muy raro desde que llegó, ¿no creen?

Aki: Si, lo noto muy nostálgico.

Bingo: ¿Qué habrá pasado con él en todo este tiempo?

Aki: Seguramente el gran Lord Sesshomaru está enamorado jajaja.

Bingo: Podría ser jajajaja. Naaaah, no lo imagino con una mujer a su lado.

Keiko: ¡¡No digan estupideces!! Par de idiotas.

Aki: Es broma Keiko.

Bingo: En fin, no creo que vayamos a saberlo. No queda más que adaptarnos al nuevo Lord.

Sesshomaru llegó a aquel florido jardín. Si Rin estuviera ahí... La visualizó en aquél lugar, riendo, jugando, corriendo, cantando... Era el segundo día y ya le parecía una eternidad. No se reunió nuevamente con sus soldados, el resto del día estuvo en aquél lugar, lo recorrió lentamente, cada diferente especie de flor le hacía recordar algún momento en especial... se sentó bajo la sombra de un árbol. Jaken lo acompañó todo el tiempo. Hablaba en ocasiones, pero Sesshomaru no le prestó atención en ningún momento. Al caer el atardecer se sintió patético por estar ahí sentado recordando lo vivido con una niña, se maldijo a si mismo. Él no era aquel Sesshomaru que dejó el palacio... Lo mejor era que se ocupará de sus asuntos como Lord para mantener esos sentimientos de nostalgia fuera de su ser.

Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 2Where stories live. Discover now