57. Acontecimientos.

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Nuevamente, Rin se encontraba inmersa en un mundo de fantasía, olía el dulce perfume de esa hermosa rosa roja, a la vez que imaginaba que él le entregaba esa flor... Le parecía imposible, él jamás haría algo así. ¡Ojalá acudiera a su encuentro ese día!.. Tocó su collar y sintió un fuerte impulso de decir su nombre, sin embargo, se contuvo.  ¿Cómo podría actuar si de nuevo está frente a él? Temía que sus actitudes lo alejaran nuevamente. No podría soportar verlo y que él otra vez se molestara con ella.. Era mejor, por el momento, soñar, imaginar que estaba a su lado.... 

Se encontraba recostada, adentro de la cabaña, pensando en su querido amo Sesshomaru, cuando alguien tocó a la puerta. Tomó un recipiente con algo de agua y dejó la rosa ahí. ¡Ojalá su perfume, su belleza, su vida no fueran tan efímeras!.. Suspira con tristeza al pensar que su vida, su corta vida en verdad pueda pasar por completo sin estar a su lado... A punto de derramar una lágrima, escucha que nuevamente tocan a la puerta, va a abrir. Se trata de Kohaku quien ha ido por ella. Los preparativos que Aome estaba llevando a cabo habían concluido y la celebración con motivo de su cumpleaños estaba por dar inicio.

Todos parecían divertirse, excepto ella. Todos reían, bailaban, bebían. Ella se limitaba a ser cortés con quienes se acercaban a felicitarla. Desearía mejor, seguir recostada en su futón mientras contempla la belleza de aquella hermosa flor. Kohaku trata de animarla pero sabe que no lo logrará. Ella seguramente desea con fervor estar al lado del señor Sesshomaru, volver a verlo, volver a abrazarlo.... ¡¡Cómo desearía saber dónde está!! Golpearlo y hacerle entender que al alejarse sólo le hace daño a Rin... Cómo quisiera decirle en su cara que es un completo estúpido. Que, aunque no lo merezca, Rin no ha dejado de sentirse triste un solo día debido a su ausencia.

La fiesta de 15 años de Rin se llevó a cabo de forma pacífica. Había conversado un rato con Dan, tranquilamente, en presencia de Kohaku. Sin insinuaciones, sin presiones, sin acercamientos.. únicamente una conversación normal. Si no hubiera sido tan insistente en un principio, quizá  hubiera podido ser un gran amigo. Dan no era un mal muchacho, sólo quiso forzar las cosas en un momento no adecuado, cuando ella era una niña... Ahora era una hermosa jovencita a quien muchos hombres jóvenes veían con interés y deseo, pero ella no tenía ojos para nadie mas, no podía pensar en nadie más que no fuera su querido señor Sesshomaru. 

Sin embargo, ahora entendía que su forma de actuar fue pésima, desde el temor de estar cerca de él, hasta el inapropiado y atrevido beso que se atrevió a darle. Si lo vuelve a ver, definitivamente será complicado tener la confianza de verle a los ojos otra vez, aún se siente apenada al recordar, pero no ha logrado arrepentirse de ello, cada noche al recordar toca sus labios con mucho cariño. Es eso quizá lo único que en momentos la hace sonreír.

Aún así, al paso de los días, no puede evitar preguntarse en todo momento ¿dónde estará él? ¿Pensará en ella? al menos una sola vez... ¿En verdad habrá olvidado aquél momento?... Muy probablemente... Entonces, quizá, si ella fingía haber hecho lo mismo, posiblemente no sería tan difícil volverlo a ver...

InuYasha no comprendía porque su espada, colmillo de acero, brillaba en ocasiones, al estar cerca de Rin. Un año había pasado y no había podido encontrar al anciano herrero Totosai. Al parecer, había cambiado de casa. Mioga tuvo el encargo de buscarlo y llevarlo a su encuentro, pero quizá, había muerto aplastado puesto que los meses pasaban y ninguno de los dos se aparecían por aquellos rumbos.

Kaede sentía mucha tristeza al ver a Rin alejarse cada noche, en ocasiones pensaba si había sido una mala decisión el hecho de retenerla ahí en la aldea por estos cinco años, se sentía culpable. Claro que no era adecuado que una niña que entraba a la pubertad conviviera todo el tiempo con un hombre adulto. Sin embargo, conocía poco a Sesshomaru, pero lo suficiente para darse cuenta que el cariño que él sentía por Rin era muy especial y que él sería incapaz de hacerle daño. Aunque, claro es, hablar sobre el control de sus instintos era cosa aparte. Su comportamiento en ese sentido nadie lo sabía. Fue por ello que no iba a permitir que Rin quedara expuesta a alguna situación traumática para ella. Fue ese un fuerte motivo que influyó en su petición de que ella se quedara un tiempo a vivir en la aldea, bajo su tutela.

Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 2Where stories live. Discover now