Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 2

61. Me casaría contigo.

Kohaku: (Se acerca y hace una reverencia) Señor Sesshomaru ¡Se lo agradezco!

Bingo: ¡Niño! Déjame a una muchacha, quiero saber si lo que dijo el Koala es verdad.

Sesshomaru: Kohaku lleva a esas mujeres a sus casas y... (lo ve fijamente) cuídate.

Aquella mirada que Sesshomaru dirigió a Kohaku, sólo fue vista e interpretada por él. "Cuídate" sabía que esa mirada de súplica y esa palabra no encajaban. A Sesshomaru en realidad no tenía por qué importarle si algo le ocurría a él.. Kohaku sabía que le pedía de forma indirecta que cuidara a Rin. Kohaku sonrió y asintió, luego de esto se marchó con el grupo de mujeres.

Kohaku dirigió el camino con aquel grupo de treinta muchachas siguiéndolo. El joven exterminador se había convertido en un apuesto chico de 18 años de edad, muy atractivo ante los ojos de aquellas mujeres que lo consideraban su salvador, su héroe. Más de una se acercó a él tratando de coquetear, sin embargo él no tenía interés en ello, no hizo caso a aquellos halagos... Su mente venía inmersa en lo acontecido con anterioridad.

Poco a poco el contingente de mujeres era más reducido. En cada aldea en que se detenía, cuatro o cinco chicas se reunían con sus familias. En retribución y como agradecimiento, además del pago en efectivo, le regalaban cosas de valor... Al fin, luego de varios días, sólo dos muchachas viajaban a su lado, eran de una aldea cercana a dónde Rin vivía por ahora. Las acompañó a reunirse con su familia, ahora él y Kirara estaban solos. Montó sobre el lomo del felino para dirigirse a la aldea, era momento de regresar junto a su hermana, sus sobrinos y Rin... No... Necesitaba más tiempo... Le pidió a Kirara sobrevolar en las cercanías... Dedicó un largo rato a pensar en Rin.. ¿Debía hablarle sobre lo sucedido?... El señor Sesshomaru le pidió no hacerlo, además... No sabría como abordarlo.. Era muy pronto para que él mismo pudiera asimilar lo ocurrido... Aparte, temía la reacción de Rin.. Saber que él se reencontró con aquél hombre a quien ella tanto quiere y extraña cada día, seguramente causaría diversas emociones encontradas en ella.

Era mejor callar por ahora.. Estaba confundido.. Por una parte, el recuerdo de aquella mujer y sus celos enfermizos, el hecho de no saber que tipo de relación había entre ella y Sesshomaru... Podría confiar en él y aceptar que no había absolutamente nada entre ellos, sin embargo, la mujer se atrevió a levantar su voz e intentar agredirlo sin que él hiciera más que gritarle... ¿Por qué no la mató? ¿Es que acaso Sesshomaru sentía algo por ella a pesar de su pésimo carácter?.. Claramente esa mujer era totalmente distinta a Rin... ¿Cómo podía preferirla?..

Por otro lado, recuerda las perversidades sobre las que hablaba aquél estúpido demonio Koala... La ira que emanaba de Sesshomaru al escucharlo era muy notoria.. por último un comentario lleno de maldad, digno de una mente enferma, le hizo estallar.... "¡¡Jamás!! ¡¡No te atreverás si quiera a pensar en hacerle daño!!" Esa fue la respuesta de Sesshomaru... Claramente, con esas palabras, aceptó el hecho de que había una joven mujer humana en su vida... Pero... ¿Cómo consideraba él a Rin?... Kohaku conocía los sentimientos de Rin hacia él... Pero... ¿Qué sentía Sesshomaru por Rin?... Era muy difícil saberlo... Sin embargo, tal vez, luego de su charla, quizá iría a visitarla... Kohaku pudo notar su preocupación por ella, y la impotencia en su mirada al expresarle que ella no era feliz... Tal vez era mejor que él se reuniera con ella y así, aclararan sus sentimientos... Aunque... Aquella mujer estuviera en medio del camino...

Deambulando en los alrededores de la aldea, Kohaku y Kirara encontraron un prado repleto de flores, pensó en Rin nuevamente... seguramente a ella le agradaría ese lugar... Esperaba recordar la ubicación, para algún día, llevarla ahí.

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El rumor de que Kohaku rescató a las mujeres secuestradas por el demonio Koala, y que además logró acabar con él, se fue extendiendo por todos lados. Kohaku no pudo contradecirlo, pues Sesshomaru le pidió no hablar nada sobre lo ocurrido ahí. Alegaba que sólo fue suerte y un descuido por parte del demonio Koala, sin embargo, para muchos resultaba magnífico aún así.