23. Acuerdos

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Y como había previsto anteriormente, llovía. Caminaba por la calle, a la que poco le faltaba para oscurecerse, con la fina llovizna empapando la chaqueta que había tomado antes de salir. El frío se colaba por su húmeda camisa blanca y le calaba hasta los huesos, caminando con la mandíbula apretada. No podía negar que estaba molesto por el inoportuno clima. En todo el rato en el que había estado en la cafetería no había llovido en ningún momento, y nada más salir...

Entró al coche y sacó el teléfono móvil de uno de los bolsillos de la cazadora, revisando la hora; las 21:46.

—Ya no les deben de quedar palomitas —sonrió de lado, revisando los mensajes mientras encendía la calefacción del coche. Su tía llevaba mandándole fotos desde las siete y media, cuando los amigos de JiMin habían comenzado a llegar. Pasó varias de ellas sin fijarse demasiado, dejando quieto su dedo sobre la imagen en la que aparecían su primo y TaeHyung. Observó la sonrisa de este último, y sus ojitos, destilando pureza e inocencia. Sonrió, llevando la mano a sus labios.

Dejó el teléfono en el asiento del copiloto, suspirando y poniéndose en camino de vuelta a la casa Park.

La conversación con NamJoon se había alargado más de lo que contaba. Habían tomado un café y luego habían charlado sobre varios temas triviales, como música y estudios. NamJoon había resultado ser un chico inteligente y sumamente interesante, y JeongGuk había tardado dos cafés y varias galletitas en lograr preguntarle por qué se juntaba con alguien como aquel chico. Y casi se atraganta con la galletita al escuchar su respuesta; NamJoon y ese amasijo de músculos con pocas luces eran hermanastros. El moreno no podía librarse de él hasta ahora, ya que vivían juntos y cualquier cosa que hiciera en su contra habría acabado perjudicándolo a él mismo. Pero hacía un par de semanas NamJoon había sido becado en una prestigiosa universidad de Seúl y se iría el próximo semestre: era la oportunidad perfecta para librarse de él. Sin recurrir a la violencia.

Al final habían acordado que denunciarían, intentando implicar a TaeHyung lo menos posible. Debería hablar con JiMin.

A su vez pensaba en el beso. Sus mejillas se encendieron al recordarlo.

Él lo había acercado de nuevo, e incluso le había dado un segundo beso. Pero TaeHyung era demasiado inocente para él. También era menor de edad.

¿Qué debía hacer? No quería separarse de él o llegar a romperle el corazón. Pero debía alejarse, ¿no?

Tal vez el niño solo lo había besado por impulso, por estar tan cerca, por querer probar. No tenía necesariamente que gustarle JeongGuk y a lo mejor él solamente estaba exagerando.

Sus pensamientos iban en tantas direcciones que se sentía apabullado. Lo único que tenía algo claro era… que el pequeño castaño se había robado un trocito su corazón.

● ● ●

—YongSun, pasa las palomitas, aquí también queremos —regañó KiHyun. El pelirosa estiró sus brazos hacia la chica, que se echó a un lado negando y tomando otro puñado del gran bol, llevándoselo a la boca y haciéndole burla.

—No, ve a pedírselas a la profesora esa que tanto te gusta —las mejillas de KiHyun tomaron color y todos en la sala soltaron un burlesco "uuh".

—¡Idiota! Noona está trabajando ahora… ¡y dame palomitas! —chilló cruzándose de brazos con molestia, MinHyuk se rió de él y TaeHyung palmeó su cabeza.

—¿Cuántos años tiene, Ki? —ByulYi le sacó el bol de palomitas a YongSun, pasándolo hacia el otro lado del sofá, sin apartar sus ojos de la película.

—Bueno, tiene 24… —el pelirosa se sonrojó, con una sonrisa boba en el rostro mientras pensaba en su profesora de baile.

—Otro al que le gustan mayores, ¿no crees, JiMin? —JooHeon lanzó una palomita al cumpleañero, que frunció el ceño girándose a encarar al de marcados hoyelos.

—Cállate, imbécil —se escucharon más quejas y múltiples risas.

Los dos menores se mantenían cómodos con el silencio del otro, disfrutando atentos de la película de suspense. TaeHyung se encontraba al lado de Im ChangKyun, ambos eran de la misma edad y compartían algunas clases. Tomaban palomitas del bol que habían conseguido robarles a los mayores, ajenos a como los otros se picaban entre ellos.

—Iré por más comida y a preguntarle a YoonGi y SeokJin hyung si quieren venir a ver la película con nosotros —JiMin se levantó, zanjando las conversaciones y dirigiéndose a la cocina. Allí charlaban SeokJin y YoonGi, uno en frente del otro con el peliazul sentado en la encimera. JiMin pasó sigilosamente tomando otra bolsa con snacks, escuchando la conversación de los mayores con atención.

—¿Me acompañas arriba y seguimos hablando, o algo? —JiMin hizo una mueca, viendo como YoonGi se mantenía bastante más cerca de SeokJin de lo que le gustaría.

—Está bien, vamos —el rubio se dio la vuelta con la respuesta del mayor, saliendo rápidamente de la cocina para volver al salón, manteniendo los snacks apretados contra su pecho mientras suspiraba.

little & cute boy © kookvWhere stories live. Discover now