little & cute boy © kookv

7. Juguete

Con tranquilidad, guardó los libros dentro de su mochila, colgándola a su hombro para salir del aula tras sus compañeros. Aún quedaban unos minutos para que el autobús se marchara, no tenía prisa. JiMin tenía su última clase del día en el laboratorio de Biología, así que se dirigió hacia allí. Tenía una radiante sonrisa durante su espera fuera del aula, mientras los compañeros y compañeras del curso de su amigo salían amontonados, entre gritos y charlas animosas porque al fin se había acabado el día, pero su mayor no daba salido. Un par de chicos salieron justo antes que la profesora, la cual cerró el laboratorio con llave para luego irse a toda prisa. Los chicos le vieron y uno de ellos sonrió, acercándose a él.

—MinHyuk —Tae sonrió de manera dulce al chico de rubio platino. Con el pelirosa a su lado había hablado en contadas ocasiones, era algo más tímido. Le hizo una pequeña reverencia— Hola, KiHyun. ¿Habéis visto a JiMin?

—No le hemos visto desde el descanso, Tae —MinHyuk se encogió de hombros y le dedicó una sonrisa de lado. KiHyun agarró la mano de su amigo.

—Faltó a las últimas clases —le indicó, tomando la mano de MinHyuk y tirando de él. Sus mejillas estaban de un adorable rojo que contrastaba con su cabello rosado— Vamos MinHyuk, ChangKyunnie nos espera.

—¡KiHyun! —MinHyuk bufó pero dejó que el bajito tirara de él— ¡Adiós, Tae! —sacudió la mano en su dirección y se alejaron rápido, TaeHyung pudo escuchar como regañaba a su amigo por huir así, y sonrió de lado. MinHyuk era gracioso y hablador, y KiHyun era más callado, por lo menos cuando estaba con su grupo de amigos. Eran amigos de JiMin y por lo tanto también de él.

Abultó sus labios en un puchero, ahora el problema era saber dónde estaba JiMin. ¿Se habría ido a casa, o por qué había faltado a clase? No quería que el bus le dejara atrás, pero tampoco podía irse sin despedirse de él.

De repente escuchó como su amigo soltaba maldiciones a diestro y siniestro, así que se giró hacia él con el ceño fruncido.

—¡JiMin, cuida esa bo-...! —su amigo pasó corriendo a su lado, golpeando su hombro e ignorándolo por completo. Su rostro estaba rojo y empapado de lágrimas, los ojos de TaeHyung se abrieron como platos y se dispuso a ir tras él.

Falló en el intento cuando agarraron su mochila, tirándolo al suelo. Un grupo de chicos lo rodeó, uno de ellos sonreía con malicia, inclinándose sobre él y sujetándolo del cuello de su grueso suéter verde. TaeHyung tragó saliva, aterrorizado.

—¿Esa puta es tu amigo, niño? Lo siento, hoy te tocará pagar por él —TaeHyung intentó gritar, pero estaba mudo del miedo. No había nadie en el pasillo que pudiera ayudarlo, se había quedado desierto.

Los dos que no habían hablado lo agarraron de los brazos alzándolo sin cuidado alguno, como si se tratara de un juguete roto. TaeHyung tembló, mientras lo arrastraban hacia el gimnasio.