little & cute boy © kookv

11. Pastel

-No tengo más hambre, TaeTae -JungKook sonrió de lado, mientras dejaba a un lado la bandeja. El castaño se cruzó de brazos y su frente se arrugó mirando al mayor.

-Pero hyung, no acabaste el pedazo de pastel -recriminó, con un pequeño puchero comenzando a formarse en sus labios.

-¡Pero si es el tercer trozo que llevo ya! Vas a hacer que reviente -se cruzó de brazos fingiendo molestia.

-P-pero el pastel... -bajó la mirada mientras su puchero se acentuaba. JungKook suspiró, tomando el trozo restante del plato y llevándoselo a la boca. Tragó con algo de dificultad. No podía comer un bocado más, pero tampoco podía dejar que TaeHyung se desanimara.

-Ya lo acabé, Tae -sonrió mientras le tendía la bandeja ahora vacía. El pequeño sonrió, mientras corría a dejar la bandeja en el escritorio del cuarto y se acercaba de nuevo a la cama, subiéndose y gateando hasta el mayor por el mullido colchón.

-¿Estaba rico, hyung? -preguntó sentándose ante él con las piernas cruzadas como indio.

-Sí, Tae. Cocinas delicioso, pequeño -le revolvió el cabello y TaeHyung se sonrojó. Se estaba acostumbrando a que le dijera "pequeño", pero sentía cierto cosquilleo en su estómago aún.

El castaño se acercó un poco más a él. JungKook sintió un nudo en la garganta. Tragó saliva con dificultad, viendo como TaeHyung acercaba más su rostro.

¿Estaba alucinando o el niño tenía la vista fija en sus labios? Sí, miraba sus labios.

El menor pasó su pulgar por la barbilla de JeongGuk volviendo a sentarse en la posición inicial.

-Estabas manchado de chocolate, Gukkie hyung -mostró su sonrisa cuadrada y soltó una pequeña risita, lamiendo su dedo y quitando los restos de chocolate.

● ● ●

-Hyung~ -JiMin asomó la cabeza por la puerta del cuarto de YoonGi y sonrió al ver al mayor en el escritorio, mirando su portátil y picoteando de vez en cuando de un trozo de pastel a su lado.

-¿JiMin? -cerró el portátil y se giró en la silla con ruedas para mirarlo- ¿Qué pasó, enano?

JiMin entró en la habitación rodando los ojos y se fue a sentar a la cama, cruzando sus piernas.

-No eres mucho más alto que yo como para decirme enano, ¿sabes? -lo miró alzando la barbilla y sonrió burlón- Además, yo aún puedo crecer.

-El que es enano, se queda enano. Tanto tú como yo -se encogió de hombros- Dudo que superes el metro setenta.

JiMin abrió la boca ofendido y se cruzó de brazos. Abultó sus labios haciendo un puchero y YoonGi rió, levantándose y echándose en la cama a su lado.

-¿A qué venías, JiMin? -agarró la almohada poniéndola bajo su cabeza y mirando de soslayo al menor. JiMin enrojeció y bajó la cabeza sonriendo con timidez.

-Yo quería preguntarte... ¿desde cuándo te hablas con Tae? -miró a YoonGi, que alzaba una ceja mirándolo indiferente - Es que hoy...

-Oh ¿estás celoso? -YoonGi soltó una carcajada y JiMin bajó la cabeza sintiendo sus mejillas a punto de estallar de vergüenza- No te voy a robar a tu mejor amigo, no te preocupes.

JiMin dejó escapar el aire que retenía en los pulmones. YoonGi no se imaginaba que no era precisamente por TaeHyung...

-Oh, sí. Claro, hyung. Gracias -JiMin sonrió aún sonrojado, y YoonGi palmeó a su lado en la cama para que se tumbara.

JiMin soltó una pequeña risita, tumbándose al lado de YoonGi y abrazándolo por la cintura, apoyando su mejilla en el pecho del chico. El mayor se removió lentamente algo incómodo por la cercanía, y lo apartó. El rubio se quedó en silencio, cortado porque lo había apartado.

-JiMin, ¿cuántos años tienes? -preguntó, sacando un tema al azar.

-Dieciséis hyung, -el menor lo miró frunciendo el ceño- y me ofende que no lo sepas. Si mi cumpleaños es la semana que viene...

-Bueno, seguro que tú ni sabes cuando...

-Tienes veinticinco, cumples el nueve de marzo, naciste y te criaste en Daegu. A los catorce te mudaste a Seúl y conociste a mi primo en secundaria -JiMin se alzó sobre sus brazos, mirando al rostro de YoonGi, que se había coloreado de rojo y lo miraba sin expresión- Y podría seguir hablando, ¿sabes?

-Uh... ¿Tienes cámaras escondidas en alguna parte?

En cuanto escuchó la carcajada del mayor, JiMin suspiró aliviado de que se lo hubiera tomado bien, riendo suavemente y volviendo a tumbarse.