13. Lentillas

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—Amor, vinieron a verte —la señora Kim entró a la habitación de TaeHyung, que dejó el libro a un lado, levantándose de la cama y ajustando sus gafas al puente de su nariz. Solía llevar lentillas, pero luego de volver de clase esa mañana tenía los ojos demasiado irritados, por lo que se había puesto sus gafas de casa.

—¿JiMin? —preguntó, mirando a su madre. No se le ocurría ninguna otra persona, pero JiMin solía avisar si iba a verlo. Ella negó con un suave "ve a ver" y se acercó a la estantería para poner en orden los libros que su hijo había desordenado para tomar el volumen que leía hasta hace unos momentos. TaeHyung le dio un pequeño beso en la mejilla a su madre y salió corriendo fuera del cuarto, con curiosidad.

A diferencia de la casa de JiMin la suya solo contaba con una planta y no era tan amplia, pero sí acogedora. Se detuvo casi cayendo a causa de la carrera y de que los calcetines resbalaban en el suelo, impactando contra el pecho firme de un chico algo más alto que él.

—Intenta llegar vivo a mañana, pequeño —TaeHyung alzó la cabeza sonriendo al ver al chico, aprovechando para abrazarse a la cintura de este y frotar la mejilla con su pecho cariñosamente.

—Gukkie hyung, ¿qué haces aquí? —preguntó luego del abrazo, separándose y cambiando el peso de su cuerpo de un pie a otro.

—Necesito que me ayudes, ¿está bien? —se agachó un poco inclinándose sobre él y comenzando a susurrar en su oreja, a pesar que no había nadie a su alrededor. TaeHyung intentó no estremecerse con el cálido aliento del otro acariciando su piel, concentrándose tan solo a medias en lo que este le decía. Cuando JeongGuk se separó, sonriéndole con complicidad y mostrando sus encantadores dientes, TaeHyung solamente le devolvió la sonrisa.

—Entonces ve a calzarte, Tae, yo le diré a tu madre que me acompañas —TaeHyung pasó una mano por su cabello asintiendo y volvió a correr hacia su cuarto casi cayendo de nuevo. Tal vez debía usar zapatillas por casa.

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—Hyung, p-para, ¡m-me duele! —TaeHyung mordía sus labios con fuerza, manteniendo sus ojitos fuertemente cerrados y con pequeñas lágrimas asomando. Sus uñas se clavaban en su espalda, arrugando la camisa de JeongGuk entre sus dedos y removiéndose bajo el cuerpo del mayor en los asientos traseros del coche.

El mayor rió y alejó sus manos del chico, besando su frente antes de liberarlo al fin. TaeHyung suspiró, calmando su agitada respiración mientras conseguía salir de debajo de su cuerpo, acomodando su cabello y su suéter.

—Eres malo, ¡no es justo!—se cruzó de brazos con un mohín, molesto.

—Te dije que no me retaras a cosquillas, Kim —pellizcó la mejilla del chico frunciendo el ceño— Y ten más respeto a tu hyung.

—Perdón —farfulló, avergonzado por no haber logrado ganar en la guerra de cosquillas— Arranca ya si no quieres que cierren el centro comercial  —abultó sus labios haciendo pequeños pucheros. JungKook sonrió y se acercó a su rostro, besando sonoramente la mejilla de TaeHyung, quien apartó la mirada de el mayor con las mejillas completamente rojas. JeongGuk quedó fascinado. Le había gustado demasiado que esa reacción fuera gracias a él.

Abrió la puerta trasera pasando a sentarse en el asiento del piloto, mirando por el retrovisor como TaeHyung se abrochaba el cinturón de seguridad y dejaba reposar su mejilla en la ventanilla –mirando por esta melancólicamente, como en un videoclip– antes de arrancar el coche.

little & cute boy © kookvOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz