little & cute boy © kookv

15. Zapatillas

—Deja eso en la estantería, TaeHyung, ya nos vamos —el mayor suspiró, pasando una mano por su rostro. Ir de compras le estaba provocando una molesta migraña, y que el pequeño no parara de moverse, toquetear y preguntarle de todo –"hyung, ¿para qué sirve esto", "hyung, ¿qué te parece?", "hyung, hyung, hyung…"– solo hacía que su dolor de cabeza fuera a peor.

Sin duda alguna odiaba ir de compras.

Ya con un regalo para JiMin se acercó al chico, que ojeaba unos volúmenes de la sección de mangas, con su ceño adorablemente fruncido.

—TaeTae —JeongGuk leyó por encima del hombro del menor el título del manga que tenía en las manos, «Boku no pico». No le sonaba de nada, y al parecer a TaeHyung tampoco.

El castaño alzó la mirada, encontrándose con la de JeongGuk.

—Hola hyung.

—Te dije que ya nos íbamos, Tae.

—Perdón, perdón, ya voy —dejó el manga en su lugar siguiendo al mayor, que ya había salido fuera de la librería— ¡Hyung, más despacio!

En cuanto lo alcanzó, se apresuró a tomar la mano libre de JeongGuk, ignorando la mirada sorprendida que este le dedicó.

Por supuesto JeongGuk no lo apartó. No podía dejar que el pequeño Tae se perdiera...

● ● ●

—Buenas noches, hyung. Seguro que a JiMin le encanta el regalo —TaeHyung abrió la puerta del asiento de copiloto, girándose para despedirse.

JeongGuk y él se quedaron manteniendo la mirada unos instantes.

—Buenas noches... —murmuró, girando su rostro de nuevo hacia el volante, rompiendo el contacto visual con los ojos oscuros de su menor.

—Duerme bien —en vez de salir del coche, se quedó quieto, dudando.

¿A JeongGuk le molestaría mucho si le daba un beso en la mejilla?

Negó con la cabeza abriendo del todo la puerta y bajando corriendo en dirección a su casa.

El resto del camino hacia la casa de sus tíos JeongGuk se dedicó a escuchar música hip hop en una cadena cualquiera.

Nada más pasar por el umbral de la puerta, escuchó gritos y un cuerpo menudo se abalanzó sobre él.

—¡JeongGuk-ah, sálvame! —chilló su hyung con la voz más aguda de lo normal, colgándose de su cuello.

—¡YoonGi hyung! —bramó a su vez su rubio primo, bajando por las escaleras.

—¿Pero qué ha...? —una zapatilla impactó contra su rostro con fuerza, desequilibrándolo. La bolsa con el regalo cayó al suelo, y YoonGi se soltó de JeongGuk volviendo a salir corriendo lejos de la furia del adolescente, y también de la de su dolorido amigo.

JiMin miró a JeongGuk, aún aturdido por el zapatillazo, y a YoonGi, que ya había huido escaleras arriba estallando en carcajadas. Sopesó la posibilidad de acercarse a preguntarle a su primo si se encontraba bien y disculparse, o volver a cobrarle venganza a YoonGi.

Le dedicó una sonrisa culpable a JeongGuk, girándose de nuevo y volviendo a correr tras el pálido.

—¡YoonGi hyung, pagarás!

Ambos habían desaparecido por las escaleras en lo que Jeon salía de su estado de shock. Se agachó a tomar el regalo del suelo, agradeciendo que fuera un libro de tapa dura y no algo frágil como la bola de nieve de la que TaeHyung se había enamorado en el centro comercial.

Aunque le había gustado más de lo que quería admitir el hecho de estar a solas con TaeHyung –ayudándole con el regalo de JiMin, obviamente solo iban juntos por eso– no quería pasar de nuevo una tarde de compras a su lado.