CAPÍTULO CINCUENTA Y CINCO: Inesperado.

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 25 de Febrero, 1891.


Todo tiene consecuencias. Todo conecta de una manera u otra. Cuando el destino te condena no hay manera de escapar de la miseria. La vida es injusta, hermosa y trágica; lo comprobé, nuevamente, este día.

•••


Horas antes.


El sol ilumina cálido en lo alto y una brisa fresca se deja sentir de vez en cuando. El cielo se mantiene celeste acompañado de las nubes blancas. Al fondo, El Palacio de Drottningholm se visualiza, lujoso y llamativo.


—Creo que tú casa es exageradamente grande —comenta el varón caminando de la mano con Eileen con su vista puesta en aquel lugar.


—Te dije que es como un castillo —ríe.



Undertaker mira los alrededores, sin dudas un palacio con un jardín enorme, lo suficiente como para llevar a cabo una boda ahí. Caminan por el lugar, pasando desapercibidos por su invisibilidad al ojo humano. Mira de reojo a Eileen, quien viste un sencillo vestido de encaje en color celeste hasta medio muslo, unas botas largas hasta encima de las rodillas en color blanco y guantes largos del mismo color , si bien nadie podía verlos, ella quería estar ahí vestida un poco mejor de lo normal, obviamente a él también le obligo a vestirse decente, con un pantalón negro, camisa de botones blanca y un chaleco gris oscuro, además de un corbata negra y un saco del mismo color. Undertaker nota que tiene una mirada inquieta y una expresión difícil de descifrar. Según se enteraron, la boda empezaría en un par de minutos.


—¿Estas bien, muñeca? —cuestiona al verla perdida en sus pensamientos.


—Sí —le mira y sonríe tranquila— Solo que esto me trae muchos recuerdos. Es todo.


Undertaker se detiene, causando que ella también lo haga. Ambos se miran fijamente mientras algunas personas pasan sin notar su presencia.


—¿Segura?


—Undertaker —ríe y se acerca poniéndose de puntas para alcanzar a besar momentáneamente sus labios— Totalmente. Vamos —vuelve a caminar jalando de su mano.


—¿Qué es eso? —mira confundido y Eileen mira a esa dirección.


—Ah, el Pabellón chino —contesta. Él ríe.


—¿Cómo porque tienen eso en el jardín? —dice entre risas.


—Pedido de una de mis antepasadas... Luisa, creó que es su nombre.


—Definitivamente lo caprichoso es de familia —comenta burlón. Ella ríe avergonzada.


—Allá está el jardín barroco y el inglés —señala— También pedidos de antepasados.


—Están locos —sigue riendo.


—Del otro lado tenemos un teatro y una iglesia —agrega con una sonrisa nerviosa.


—Y te fuiste de aquí. Cualquier humano desearía tener todo esto —menciona pensativo.


—Yo no soy cualquier humano —comenta con cierta ofensa— Es un lugar hermoso, pero esto definitivamente no es mi lugar.


—No puedo imaginarte corriendo por este jardín —dice divertido.



—Pues lo hacía. Siempre... —murmura con nostalgia y una sonrisa imperceptible se forma en sus labios.




Los minutos pasan, Eileen le mostró un poco más del jardín y cuando la boda estaba por comenzar, tomaron lugar en uno de los árboles más grandes, se sentaron en una de sus gruesas ramas, teniendo sin dudas la mejor vista del evento. Los invitados tomaban asiento en las largas bancas como las personas normales que son, mientras se hacen los últimos preparativos. Undertaker se encuentra sentado recargado en el tronco del árbol, mientras que Eileen está sentada entre sus piernas, recargada en el cuerpo de él, quien le abraza. La shinigami mira el jardín a detalle, notando lo lindo que se ve todo arreglado para la ocasión. La boda da inicio y ambos observan en silencio.



—Hay más gente de la que pensé —comenta ella luego de unos minutos.


—A mí no me sorprende, jeh jeh —guardan silencio por unos instantes— El novio me miraba muy mal cuando me vio. Acompaño a tu hermana por las urnas —ella ríe.


—Se fija demasiado en la clase social y esas cosas. Además, estoy segura que Eira debe haberle dicho que tú y yo teníamos algo especial. Él siempre quiso que las cosas fueran bien entre nosotros, pero yo jamás le acepte.


—Me alegro que no lo hayas hecho —comenta divertido.


—¿Qué crees que hubiera pasado si jamás me hubiera ido de aquí? —pregunta con curiosidad, sin apartar la vista de la boda.



—Hmmm, no nos hubiéramos conocido. Vivirías una vida normal con muchos lujos.


—Estando casada con alguien que no quiero y viviendo una vida que tampoco quiero... —agrega pensativa— ¿Sabes? A pesar de todo lo sucedido, sigo prefiriendo esto. Creo que todo ha valido la pena y seguiré haciendo que nada sea en vano.



—Me alegro que pienses así, porque realmente no tienes otra opción, jih jih.



—Undertaker... ¿Qué planeabas hacer con tu vida eterna antes de conocerme?



—Experimentar con los cinematic record, seguiría trabajando para Osiris posiblemente. Y estaría esperando que algo interesante como tú apareciera en mi vida. La verdad es que jamás contemple tener pareja en serio.


—Entonces... ¿por qué hiciste tanto por lo nuestro?


—Hmmm, no sé. Ni yo lo entiendo. Cuando te vi bajar del barco a escondidas, supe que algo interesante había en ti. No le di importancia, pero te recordaba siempre que no estaba distraído en otra cosa. Después te vi en el cementerio, luego en mi negocio. Ahí supe que quería saber más de ti de alguna manera u otra. Y bueno, termine necesitándote más que cualquier otra cosa o persona.


—... Si no me hubiera convertido en shinigami... ¿Realmente ibas a revivir mi cuerpo?



—Ya te lo dije. Termine necesitándote más que a cualquier cosa. Iba a hacerlo, sin dudas. Aunque pienses que estoy loco y que eso es ir demasiado lejos.


—No pienso que estés loco. Yo quería a Linn y Astrid de vuelta sin importar el precio. Así que te entiendo. Incluso si algo te pasara ahora, realmente no sé cómo reaccionaría...


—Jeeeh, no pasara nada, muñeca~ y sí llegara a suceder, ya lo habíamos hablado. Te encontrare las veces que sea necesario.


—Lo sé —sonríe. Un par de minutos pasan— Mi hermana ya no es como la recuerdo. Realmente ha crecido y su expresión tímida ha cambiado —comenta pensativa al ver a Eira con su blanco vestido— Se ve feliz casándose, me alegro.


—... Tú —ella se gira un poco para verlo.


—¿Qué? —cuestiona observándole con curiosidad.


—Querías casarte —dice con duda. Ella le mira algo confundida.



—¿Es pregunta? —ladea la cabeza.


—No. Lo leí en alguno de tus diarios —menciona haciéndola sonrojar y ella desvía la mirada— También querías una boda en jardín.



—Ya, lo recuerdo —acepta luego de reír.


—¿Aún quieres casarte? —cuestiona tranquilo. Ella ríe y le mira.


—¿Me está proponiendo matrimonio, señor Undertaker? —pregunta divertida con una sonrisa burlona.



—Jeh jeh, no. Le estoy preguntando si tengo que proponerle matrimonio —contesta de la misma forma burlesca. Se miran unos segundos y terminan riéndose.



—No sé supone que me preguntes —comenta entre risas.


—¿Eso significa que si debo hacerlo?


—No, solo te digo que así no se hace —ríe— Somos shinigamis, ¿cómo se supone que vamos a casarnos? ¿Bravat será quien dirija la boda? —bromea. Undertaker suelta una carcajada.



—No creo que se niegue —le sigue el juego.



—Aja, y ¿qué dirá al final? ¿"Hasta que el castigo de la sede los separe"? La muerte no puede separarnos. Somos la muerte.


—Aun podemos morir ¿sabes?



—Dicen que no es verdad. Que nunca morimos, solo nos vamos al infierno.


—Es solo un rumor... —comenta con despreocupación.

Aunque, por un instante, Undertaker se aferró al cuerpo de Eileen, abrazándole con fuerza. Ella no dijo nada, pero pudo sentí cierta inseguridad de parte del varón. Pero, más que una inseguridad, fue más como un presentimiento.

Una mala corazonada.

El alboroto comenzó en uno de los extremos del jardín, específicamente con una de las sirvientas que corría aterrorizada, tratando de escapar de algo. Fue cuestión de un parpadeo para que esta terminara en suelo, con un "humano" devorándola. El pánico se extendió en un segundo, la boda se fue al carajo, más y más caníbales aparecieron, como si hubieran sido liberados. Todos llegando de la misma dirección: donde está la iglesia. Eileen ya se había puesto de pie, pero Undertaker la detuvo.

—¿Qué haces? —reclama ella.

—¿Qué hago? ¿Qué haces tú?

—¿Hah? ¡Debo proteger a mi familia! —exclama con obviedad, pero Undertaker no se mostró comprensivo.

—Eileen... Esto ya no es nuestro asunto.

—¿Pretendes que me vaya y deje a mi familia a su suerte? ¡¿En una situación como esta?! —grito, frunciendo el ceño.

—Eileen —musitó a modo de advertencia. Eileen entendió al instante aquello.

—No... ¡No te atrevas! —exclamó antes de soltarse de su agarre, evitando que haga la transportación instantánea— ¡Tú ayudaste a crear estas cosas! Ahora te pido, por favor, que me ayudes a detenerlo... Solo quiero irme sabiendo que mi familia está bien.

Él no pudo contra aquella mirada suplicante.

El escenario se hizo sanguinario. Todo se hizo un desastre en medio de gritos de miedo. Ambos shinigamis comenzaron a decapitar a cada uno de los inhumanos, sin embargo, las cosas apenas se complican.

— ¿Qué has hecho? ¡Yo no te ordene esto, Knut!

Aquella mujer entro a pasos rápidos a la iglesia, causando eco con sus tacones, abriendo las puertas con brusquedad, solo para encontrar a su mayordomo Knut sentando en el púlpito, con una sonrisa burlesca y maliciosa.

— ¿Por qué esta tan enojada, Majestad? Usted quería el caos, aquí está su caos —extendió los brazos a los lados, sonriendo con burla.

— ¡Basta de esta mierda! Detén esto ¡ahora mismo! —grito, autoritaria, pero esto no sirvió de nada.

La mirada de Knut cambio por una expresión seria y de aburrimiento, mirándola con cierto desdén.

— Sabe, Majestad Isis, llevo muchos años con usted, pero ya me he aburrido de todo este asunto. No es más que una estúpida humana buscando el mismo estúpido sueño que otros: gobernar todo —se puso de pie, y comenzó a acercarse lentamente a ella— El sabor de su alma no vale tanto la pena. Pero, con esto veo que ha cambiado. No hay nada mejor que devorar un alma decepcionada, aterrorizada, impotente y llena de rabia.

— Estas rompiendo el contrato... Knut.

— Oh~ vamos Isis... No, Anneliese de Geer, soy un demonio, puedo romper el contrato si se me antoja. Yo no tengo "estética" y... —pausó, desviando la mirada a uno de los ventanales— Parece que tenemos compañía.

Pronto, las puertas de la iglesia fueron nuevamente abiertas.

Mi mente se quedó trabada por unos segundos que me parecieron eternos. Sentí mi corazón latir muy, muy lentamente. Mi respiración se contuvo en mis pulmones. Mi mirada se mantuvo fija en la misma dirección, en la misma persona, en Isis, en la líder de Osiris, causante de muertes y experimentos horribles, en esa mujer que es quien me trajo al mundo, mi madre.

—¿Por qué siento que no debería sorprenderme tanto? —pregunta en un murmullo audible, mientras entra a pasos lentos a la iglesia, con Undertaker siguiéndole detrás.

—Esos ojos... —Isis frunció el ceño con disgusto— Eres un shinigami... Todo este tiempo has sido un patético shinigami.

—Y tú una asesina... —responde, manteniéndole la mirada.

La mayor soltó una risa, burlesca y maliciosa.

—Así que... Terminaste con un shinigami, con Undertaker... ¿Sabes que él trabajo para mí? ¿Sabes que él contribuyo a los planes de esta asesina?

—Lo sé perfectamente, pero eso ya no viene al caso ahora.

—Oh... Veo que sigues siendo una estúpida sentimental. Incluso después de muerta eres una molestia, Adelheid. Realmente odio todo de ti...

Palabras crueles siguieron saliendo de su boca. Mi madre siguió diciendo el porque me trato como me trato, por qué hizo lo que hizo. Ella jamás fue buena conmigo, no puedo ni siquiera verla como realmente una madre. Sin embargo, a pesar de todo lo malo, yo le debía la vida, es la madre mis hermanos, no podía desearle la muerte. Pero ocurrió.
Inesperadamente.
Ni si quiera pude hacer absolutamente nada para evitarlo. Knut la partió por la mitad de manera vertical en menos de un segundo. Fue un corte tan exacto que ni si quiera salpico sangre. El cuerpo simplemente se separó y cayó al suelo, dejándome estupefacta. Mi madre a muerto frente a mis ojos, a manos de quien me cuido cuando fui una niña. A manos de un demonio.

—Tu madre fue muy cruel —dijo el demonio— Una crueldad que ya me ha aburrido.

—Knut.... —pronunció entre dientes, con un nudo en la garganta y los ojos llorosos— ¿Por qué?...

—Me he aburrido de este contrato —respondió. Una sombra negra y deforme comenzó a formarse desde su ropa, extendiéndose y envolviendo a la madre de Eileen— Además tengo hambre.

Recordé muchas cosas, pero entre ellas, no hubo ni un solo recuerdo lindo con mi madre... ¿Qué era ese sentimiento? Estaba triste, pero definitivamente no se compara a la tristeza de cuando perdí a Linn y Astrid. Aun así... Sentí la necesidad de acabar con esto. Tenía que matarlo.

—Undertaker... —llamó Eileen, mirándole de reojo.

Sus miradas conectaron en ese instante.

—Supongo que no hay opción... —respondió él, resignando y decidido a terminar de una vez por todas con todo este asunto.

Undertaker saco el sotoba de su espalda, iluminado en un destello verde que dejo ver su forma de hoz. En un segundo, ya había atacado a Knut, pero este ni se inmuto.

—Oh ¿qué pasa? ¿Por qué me atacan? —cuestiona con una sonrisa cínica— ¿Fue por masacrar a los shinigamis suecos? ¿O por matar a tu madre?

—¡Calla!

Y en el momento en que Eileen atacaría a Knut junto con Undertaker, los ventanales se rompieron y dejaron ver múltiples siluetas adentrándose a la iglesia. En un parpadeo, sangre salpico los suelos, y el fuerte e inesperado quejido de Undertaker fue audible.

No podía creer lo que estaba viendo. Estaba estupefacta y preocupada. Unas enormes tijeras atravesaron el cuerpo de Undertaker. Una detah scythe que reconocería en cualquier lugar.

—¿Qué carajos crees que haces? —cuestiona Undertaker con la voz entrecortada, después de caer al suelo, desangrándose.

—Carl... —murmuró, estupefacta y preocupada, con un par de lagrimas recorriendo su piel.







+++

Las cosas se están poniendo muy mal... todo se está yendo al carajo. Quizás sientan que esto es muy repentino, y es justamente lo que quiero expresar, el como todo puede cambiar en un instante, que todo puede acabar inesperadamente.

Aun así, es un placer anunciar que el final será en el próximo capítulo. Así es, Las notas de Eileen llega a su fin, después de tantos meses... 

Si tienen alguna pregunta que hacer, ahora es el momento. No sé si les interese que les cuente porque esta historia fue escrita y un montón de curiosidades que hay detrás de este fanfic. Comenten y eso, yo los estaré leyendo y responderé en el próximo y último capítulo (si es que preguntan algo xD) ; no se limiten y pregunten cuantas cosas quieran.

¡Nos leemos en dos semanas!

Sí, dos semanas. Preparare el final con mucho detalle, así que me tomare mi tiempo para arreglar varias cositas. 

:3.

-Máscara Tres Mil. 

Las notas de Eileen 『Undertaker』Where stories live. Discover now