CAPÍTULO CINCUENTA Y UNO: Invierno de desesperación.

477 58 16
                                    




La noche había caído ya. Desde el cielo oscuro caía la nieve lentamente. El tren avanzo a su perdición, los vagones comenzaron a caer al precipicio y mientras lo hacían, una shinigami corrió por encima de ellos hasta llegar al ultimó e impulsarse lo más que pudo con sus piernas. Había dado un salto larguísimo, pero no fue suficiente. La orilla de la vía incompleta del tren se vio cercana, pero esta comenzó a ser lejana de nuevo. Su mano derecha se quedó extendida tratando de alcanzar el metal, su cuerpo comenzó a sentir como la gravedad le atrae de nuevo y escucha como al fondo los vagones de tren impactan ruidosamente y comienzan a incendiarse. 

Mira a bajo, las llamas le esperan ardientes, y seguirán esperando.

Siente como algo sujeta con fuerza su brazo, alza la mirada y se encuentra con el hombre que le alegra la vida sosteniéndole con una mano, mientras que la otra se aferra a su hoz que esta atascada en las vías del tren.

—Voy a lanzarte a la orilla—le avisa y ella asiente.

Su cuerpo rodó por la nieve junto con su tridente cuando cayeron en un lugar seguro. Se puso de pie con algo de dificultad y visualizo a Undertaker subir a las vías, tomando dirección a ella. Cuando está más cercas, corre hacia a él y le salta encima. El shinigami pierde el equilibrio y cae de espaldas en la nieve. Ningún quejido es audible debido a la unión de sus labios con los de ella. Ciertamente le tomó por sorpresa, pero no le molesta en absoluto. Eileen está a tope de adrenalina y su instinto fue sacarla en un beso un tanto intenso. Undertaker se alarma al sentir aquel liquido caliente en su torso, desciende su mano por la espalda de ella y puede sentir la gran herida que tiene. Decide romper el beso y mirarla.

—Estas sangrando demasiado —le mira fijamente a los ojos.

—Estaré bien, puedo sentir mi cuerpo regenerarse —comenta algo agitada.

—¿Qué pasó? —cuestiona intrigado.

—Jeee... Perdí el control por un momento y me atravesó el estómago. Después le disloque la columna vertebral —sonríe, aunque era más como una mueca.

—Estás loca —murmura en negación— Eres una muñeca muy impulsiva.

—Imprudente —comenta y recarga su cabeza en el cuerpo de él— Estoy cansada —susurra y cierra sus ojos, pero sigue despierta.

—Te dije que era mala idea hacer el viaje —menciona acariciando su cabello.

—No me arrepiento del viaje, sin embargo... —guardo silencio. Undertaker espero a que ella dijera algo más, pero cambio el tema— Regresemos. Quiero darme un baño —dice mientras se levanta. Él le mira, tratando de saber que oculta, pero no entiende del todo la situación. Ambos regresan.



2 de Enero, 1891.

Nuestro inicio de año fue momentáneamente bueno, después todo se fue a la mierda. Los humanos han logrado algo siniestro e inimaginable. No sé los detalles con exactitud, pero aquellas personas de extrañas características, sin dudas, están muertas, son cadáveres. Lo sé con certeza debido a que reconocí a más de uno de la lista de la muerte que revisaba cuando ejercía mi trabajo en el despacho. Las muñecas bizarras de Undertaker ya eran problemáticas, pero esto está a un nivel mucho más alto. Cadáveres mutados, con fuerza y velocidad inhumana, además de una alta hambre de carne humana.

Las notas de Eileen 『Undertaker』Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon