CAPÍTULO CATORCE: Las muñecas no deben tomar vino (Parte 3).

1.1K 137 60
                                    



—Tú madre no está bien de la cabeza —asegura manteniendo un tono serio.

—No, no lo está —ríe de nuevo y lo mira fijamente, la sombra del cabello evita complemente que pueda observar sus ojos— Iba a obligarme a casar con un tipo que ni quiero, justo por estas fechas.

—¿Qué? —se quitó de encima y se sentó en la cama. La mirada que ella mantenía era de significado desconocido para Undertaker— Eileen, no bromees con eso.

—No bromeo, dije que nunca me he enamorado, no que no tenía una relación —pronuncio con cierta pena, desviando la mirada y murmuró— Estaba comprometida. Esa es la razón por la que me largue de ahí.

—¿Por qué?...

—¿Hm? —lo miró de reojo— Es una historia muuuy larga~

—Entonces, ¿por qué me lo dices ahora?

—Hmmm, supongo que es porque bebí y quería ver tú reacción —se encoge de hombros luego de sentarse.

—¿Mi reacción? —ríe— No me sorprende mucho. En realidad, no puedo imaginarte casada con alguien —ella dijo algo en sueco con una sonrisa traviesa en su rostro— No entiendo que dices, Eileen —volvió a repetirlo de forma pausa— No sé qué estás diciendo. Mejor explica porque había unos hombres tratando de secuestrarte ayer.

«Tch, creí que no recordaría el tema» Eileen hizo una mueca de disgusto. No le gustaba mentir, menos a él que significa tanto para ella ahora, pero no podría decir la verdad, aún no.

—Las mujeres extranjeras se venden a buen precio en el mercado negro —eso no era mentira, pero no es la razón de aquel intento de secuestro— Y estas prótesis, también son de valor.

Olvida un detalle, Undertaker tiene contactos metidos en esos asuntos y sabe que la venta de mujeres extranjeras no está siendo llevada a cabo en estas fechas. Al menos que esos hombres trabajaran de forma independiente. Tendría que darle el beneficio de la duda. La miró, buscando cualquier gesto que delatara su mentira, pero no vio nada inusual, pero tiene en cuenta que la gente sabe mentir bien y que ella oculta algo importante, pero él no tiene derecho a exigir la verdad, no si fue el primero en ocultar cosas.

—Estas omitiendo algo, pero me conformare con lo que me quieres decir.

—Mira quien lo dice —entona con un deje de burla luego de un suspiro corto. Él se dejó caer de espaldas en la cama, con el rostro de lado en dirección a Eileen.

—No empecemos con ese tema de nuevo...

—¿Por qué? —cuestiona con curiosidad y gatea hasta estar a un lado de él, sentándose de piernas cruzadas, abrazando una almohada.

—Porque no~ terminas enojándote y amenazando con que no me vas a hablar más.

—Te preocupa que te deje de hablar un rato, pero no te preocupa que me vaya de Londres en un par de días. No te entiendo —masculla apretando ligeramente la almohada.

—No me preocupa porque no iras sola. Vas con toda esta gente del circo.

—Bueno, corrijo, no te importa que me vaya.

—Eileen.

—No te importa no volver a verme.

—No es —fue interrumpido.

—Supongo que soy la única que se encariño con la persona con la que se ha pasado los últimos meses, día tras día.

—Claro que no.

Las notas de Eileen 『Undertaker』जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें