CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE: Esa muñeca, traviesa.

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ADVERTENCIA

Lo siguiente es el intento de un relato erótico, el capítulo contiene actos sexuales algo explícitos y puede llegar a resultar incomodo de leer para algunas personas. No leer este capítulo NO AFECTA a la trama de la historia, así que, si les parece mejor, pueden no leer.

De lo contrario, intentar disfrutar de este extraño capítulo, aclarando que es la primera vez que escribo algo así.




El exterior comienza a cubrirse de una capa blanca y fría, el invierno se deja sentir y la oscura noche cubre Inglaterra mientras las primeras horas del nuevo año apenas comienzan. El silencio reina en medio del bosque, las cabañas se mantienen calientes gracias a las chimeneas y todo es realmente tranquilo. 
El shinigami se encuentra recostado en el grande sillón, frente a la chimenea dentro de la habitación, leyendo un libro. Eileen entra a la habitación, cerrando la puerta tras ella, ladea la cabeza, quedándose de pie frente al sillón, observando a Undertaker pasar página. Por alguna extraña razón desconocida, un recuerdo se posó en la mente de la shinigami, causando cierta curiosidad en ella.

—¿Recuerdas cuando bebimos vino en la carpa del circo? —cuestiona, mirándole expectante. Undertaker dirigió su vista a ella y respondió con una sonrisa burlesca.

—Imposible olvidarlo, muñeca.

—... Realmente me daba vergüenza pedirte un beso en ese momento. Te negaste porque estaba ebria y dijiste que si hubiera estado sobria habría sido más que un beso —desvío la mirada al fuego de la chimenea—¿A qué te referías con eso?

—Creo que sabes a que me refería... No solo te veía con amor, Eileen; aunque claramente no iba a mostrar esas intenciones, no quería que pensaras que mi interés era otro.

Guardó silencio por un momento y le miró de reojo.

—También dijiste... —comenzó a acercarse a él, y murmuró— Que jamás me desnudarías estando ebria.


—... ¿Por qué sacas este tema justo ahora? —cuestiona, observándola fijamente, igual que ella a él.

—No lo sé... —murmuró, colocándose lentamente a horcajadas sobre él, quien no despego su vista de ella— Simplemente lo recordé.

—¿Qué es esto? ¿Tratas de manipularme para algo de nuevo? —pregunta con burla. Eileen apoya sus manos en los hombros del varón.

—No realmente... solo me pregunto ¿qué habrías hecho si no estuviera ebria? —comenzó a quitar lentamente los cabellos grises que cubren el rostro del varón— ¿De qué forma me hubieras mirado en ese momento?

Undertaker sonrió sutilmente de manera lasciva, sin apartarle la mirada.

—No es una mirada que no conozcas ya, muñeca.

—... Creo que no la recuerdo —murmuró aquella pequeña mentira de una manera juguetona. En realidad, lo recuerda, muy claramente.

—Quizás deba hacerte recordar —musita, tomándole de la cintura.

Sintiendo las caricias del shinigami, acerco sus labios a él y le beso con lentitud, una lentitud que fue subiendo de tono poco a poco. Sus lenguas no tardaron en encontrarse y sentirse mutuamente. El libro, que antes Undertaker leía, cayó al suelo por culpa de Eileen, quien se encima en el varón, acabando con la distancia que separa sus cuerpos.

—Hagámoslo... Diferente hoy —musito entre cortada mientras las manos del shinigami se pasean por todo su cuerpo, haciéndola estremecer.

—¿A qué te refieres? —cuestiona, separando sus labios de ella; sus miradas inquietas se encuentran en medio del inicio del deseo.

—¿Qué te parece... Desnudarme mientras bebemos vino? —propuso sin vergüenza, sorprendiendo a Undertaker.

—Creí que habías dicho que no querías volver a beber —musita burlón.

— Hay formas de beber...

—Hmmm ¿qué formas? —pregunta con provocación.

Undertaker la siguió con la mirada; Eileen se ha parado e ido al armario, sacando una botella de vino, similar a la de aquel entonces en el circo. La imagen de su muñeca en solo un vestido negro, sencillo pero provocador, con una mirada traviesa y un vino en mano, le resulta de lo más tentador. Volvió a ponerse a horcajadas sobre él, manteniendo la botella ya abierta en su mano izquierda, y le miró con una sonrisa ladina.

—Se me ocurre esta forma...

Eileen se llevó la punta de la botella a los labios, para después alejarla y agacharse hasta los labios de Undertaker para unir sus bocas, donde el líquido desbordo al pasar de la shinigami a él. El vino chorreo desde las comisuras de Eileen hasta la clavícula.

—No deberías dejar que se desperdicie —murmura de forma socarrona, lamiendo vulgarmente el camino de vino en la piel de la shinigami.

Un trago.

Dos tragos.

Tres tragos.

Los minutos se les fueron entre besos juguetones con sabor a vino. La botella termino rodando en el suelo, vacía, mientras ellos apenas comenzaban la noche. El rostro de Eileen mantiene un ligero toque rojizo en las mejillas, con una mirada deseosa y coqueta; la verdad es, que la shinigami tiene un lado más que travieso y a estas alturas ha perdido la vergüenza.

—Undertaker... Tócame... Tócame más~ 

Las notas de Eileen 『Undertaker』Where stories live. Discover now