CAPÍTULO VEINTINUEVE: ¿Un vago sentimiento del pasado?

717 98 61
                                    



Despacho Shinigami. 

Londres. 

11:20 am.

22 de Abril, 1890.

Las cosas se me fueron un poco de las manos, o, mejor dicho, me metieron en una situación algo complicada. Tengo poco más de un mes para encontrar el lugar de procedencia de los cadáveres andantes, encontrar al desertor y traerlo a los superiores. Si no lo logro, me regresaran al Despacho de Suecia y yo no quiero eso. 
Sin embargo, estar en esta situación no es exactamente lamentable. A decir verdad, me gusta. Tengo el permiso para salir al mundo humano cuanto me sea necesario, incluso puedo hacer una investigación de campo y quedarme el tiempo que quiera, eso sí, debo mantener al tanto a los superiores. Podre volver a las calles contaminadas y ver a gente común habiendo cosas comunes. Es aburrido ver siempre a shinigamis haciendo tareas en las instalaciones.
Ahora mismo, iré a la sala de reuniones, ya que se me fue ordenado presentarme a las once horas con treinta minutos.

Guardó su diario en el bolsillo y aliso su ropa. Ajusto su coleta alta y acomodo sus lentes mientras un caramelo era despedazado entre sus dientes. Normalmente gustaba más de dejar el dulce deshacerse en su boca, pero como ha de ir con los superiores, es mejor no traerlo. Dio un suspiro de resignación antes de salir de la oficina y dirigirse a las escaleras para subir hasta el último piso. Estando frente a las enormes puertas color marrón, busco poner su mejor expresión y entro. Al igual que la última vez, se quedó de pie en medio de la sala luego de hacer una reverencia, frente a una mesa que tiene encima el paraguas negro.

—Eileen Adelheid, a partir de hoy, su castigo comenzará —anuncia el shinigami líder que se mantiene en medio de todos los demás detrás de un enorme escritorio.

—Sí señor —responde neutral, manteniendo una expresión seria y atenta.

—Más que un castigo, es una prueba. Si antes del día 03 de junio, usted es capaz de traer el informe de procedencia de los cadáveres andantes y además traer ante nosotros al desertor que está detrás de todo eso, nosotros reconoceremos su dedicación y capacidad como la llamada Dödsdocka, será cambiada al Departamento de Recolectores y obtendrá su ascenso a categoría Legendaria —«¡¿Qué?! Carl no me dijo nada de ser cambiada... ¡Esto es genial!» piensa emocionada y sus ojos se muestran centellantes— De fallar, será regresada al Despacho en Suecia, como secretaria, debido a su incumplimiento de reglas.

—Entendido —responde con un toque más motivado y decidido.

—Tendrá el apoyo de un compañero, el cual será elegido por nosotros y mandado a su lado mañana por la tarde —hace una breve pausa— Su death scythe se le será entregada de nuevo y tiene el permiso para usarla debidamente.

—Se lo agradezco —se limita a decir.

—Frente a todos, usted ha aceptado las condiciones del castigo, señorita Eileen.

—Así es, señor.

—Eileen Adelheid, a partir del mediodía de hoy, su castigo y prueba comienza. Ponga como prioridad hacer su deber sin romper las reglas, reflexione sobre sus acciones que la llevaron a estar en esta situación y esfuerce más que nunca.

—Pueden tener por seguro que así será, señor.

—Por favor, tome su death scythe y comience con el trabajo.

—¡Sí!

Dio tres largos pasos al frente y tomo entre sus manos el paraguas negro que se le había retirado. Una sonrisa se le dibujo disimuladamente en los labios y sus ojos delataron sin permiso la emoción dentro de su ser. Hizo una reverencia, giro sobre sus talones y salió de la enorme sala. Su cuerpo se siente inquieto y lleno de energía, fue rápido a su oficina para comenzar con los planes que la llevaran a situaciones que ella no imagina.

Las notas de Eileen 『Undertaker』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora