CAPÍTULO TREINTA: Razones.

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*AVISO IMPORTANTE AL FINAL DEL CAPÍTULO* 



—¡¿Qué?! —exclama con total incomodidad «Este tipo está loco... Ni si quiera puedo mover mis piernas, las suyas me lo impiden... su cercanía y este lugar... me causa un sentimiento extraño ¿Por qué mi cabeza duele tanto? ¿Por qué siento que esto está mal?» mantiene el ceño fruncido e intenta deshacerse de su agarre, pero pareciera que realmente está usando fuerza ahora.

—Solo quiero que me escuches, ¿entiendes? Podemos llegar a un acuerdo —musita con cierta tranquilidad. Hace más de un año que no la tenía tan cercas y quería mantenerla así. Él ha tomado una decisión.

—¿De que estas hablando? —cuestiona inquieta, forcejeando aún.

—Deja de moverte, Eileen —pide sereno. Inesperadamente ella se queda quieta, no porque se lo haya pedido, sino porque hubo una sensación causada cuando lo escucho decir su nombre, algo que ya había pasado antes en el barco. Lo mira por encima del hombro, analizándolo con la mirada «¿Ahora por qué me mira así?» piensa incómodo.

—¿Qué es lo que planeas? ¿Vas a seguir haciendo que los cadáveres se levanten? —interroga aparentemente más tranquila. Aunque su mirada expresa desconfianza— Dijiste en el barco que has cambiado de planes, ¿a qué te referías con eso?

—Oh~ así que lo recuerdas —le dedica una pequeña sonrisa— Mira, voy a soltarte, me es incómodo hablarte si estamos así, pero si vuelves a intentar algo como hace unos minutos, te amarrare a una silla, ¿está bien? —entona meloso. Ella lo mira con cierta rareza.

—... Está bien —se resigna a decir luego de pensarlo dos veces. Siente como la suelta lentamente y retrocede.

—Ninguno tomara su guadaña, ¿bien? Eso incluye tu brazo —aclara mientras hace algo de distancia entre ambos. Eileen se sienta sobre el escritorio, con los brazos cruzados y una mueca en su rostro.

—¿Podrías comenzar a explicarte? —cuestiona con poca amabilidad. Él sonríe de lado «Hablándome de esa forma... Es la primera vez que pasa»

—Solo seguiré haciendo dos cadáveres más.

—¿Dos? —arquea una ceja y él asiente— ¿Por qué?

—Son especiales —responde con una expresión calmada. Ella lo mira confundida.

—¿Son especiales para ti? —cuestiona con rareza. Él ríe.

—No exactamente. Son especiales para la persona que es especial para mí. Trato de cumplir su deseo.

—¿Deseo? ¿De quién?

—Ya lo dije.

—¿Quién es esa persona? ¿Por qué alguien desea algo como eso? ¿Por qué vas tan lejos por ello?

—Haces tantas preguntas —«como siempre»— Pero tienes la respuesta simple a todas ellas. Esa persona es alguien a quien amo. Desea algo como eso porque esas dos personas eran lo más importante en su vida. Y voy tan lejos por ello por el simple hecho de que es especial para mí.

—Ya tenía personas que ocupan el lugar de lo más importante, ¿por qué le das prioridad si la suya es alguien más?

—Porque quiero que sea feliz. Eso significa amar a alguien.

Eileen enarca una ceja, incrédula.

—Que alguien como tú me venga a dar clases de amor es de lo más impactante —entona con burla— Sin embargo, no entiendo cuál es tu punto ¿por qué me cuentas esto?

Las notas de Eileen 『Undertaker』Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt