CAPÍTULO VEINTICUATRO: La muñeca en investigación.

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Despacho Shinigami. 
Londres. 
Segundo piso: Bodega de Almacenamiento de Death Scythe.

La enorme bodega está en completo silencio, el reflejo de Eileen puede verse en el vidrio de la vitrina ocupando el espacio vacío que hay dentro. Su vista esta fija en la etiqueta de información y su ceño fruncido se mantiene ante la confusión. La etiqueta está rota, es como si alguien hubiera pasado algo filoso por encima hasta que las letras ya no fueran visibles. Se cuestiona que clase de guadaña ocupaba ese enorme espacio, por qué ya no está y cuál es la razón de que la etiqueta fuera deformada de esa manera. Decidida a investigar, salió de la bodega, verificó que todo estuviera bien cerrado y se encamino a la biblioteca, teniendo en cuenta que Grell y Ronald tardaran en terminar el reporte, aprovechando la soledad de las instalaciones en plena noche.


Sexto Piso: Biblioteca.

El sonido de la puerta siendo cerrada inunda la gigantesca biblioteca. Decenas de estanterías conforman el paisaje que se tiene desde la entrada. Eileen avanza con una expresión interrogante pero decidida.

—Desertores... desertores... desertores... —murmura esculcando entre los múltiples libros y carpetas— ¿Dónde están?... Hmmm, esto se ve más difícil de lo que pensé.

Las manecillas del reloj seguían su curso, Eileen seguía su búsqueda, Grell y Ronald continúan  escribiendo el reporte, mientras otros shinigamis siguen con sus tareas. La biblioteca se mantuvo en silencio un buen rato hasta que este quebró tras un grito femenino de victoria. Cansada, ni si quiera se tomó la molestia de acercarse a la mesa con sillas alrededor, se sentó en el suelo recargada a la estantería y abrió con entusiasmo la carpeta negra que mantiene el título "Desertores. 1500-1999." la lista se mantiene en edición obviamente. Las carpetas se dividen en periodos de tiempo de quinientos años. Eileen hojeo listas como esta en Suecia, pero jamás hubo algo especialmente interesante. Lo que ahora despertó su curiosidad es el hecho de que la guadaña no esté donde debe y que la etiqueta haya sido deshecha de esa forma. Paso página por página durante casi una hora, no había visto ninguna guadaña que no notara en la bodega, hasta que se encontró con algo que le molesto bastante: falta un expediente.

—¡¿En serio arrancaron las malditas hojas?! —vocifero con fastidio.

Estaba segura que no es una coincidencia, se trata del mismo shinigami, hay algo en ella que le dicta con seguridad que se trata del mismo. Quería evitarlo, pero decide que es mejor preguntarle a Grell y Ronald si saben algo al respecto. Salió de la biblioteca con convicción en su expresión a buscar a sus compañeros.


Cuarto Piso: Sección de Recolectores.

Encontró a ambos sentados frente a una mesa, cada uno en un extremo, con hojas en la misma y plumas entre sus dedos. Los dos mantienen una inusual expresión seria. Eileen se mantiene de pie en el marco de la puerta, expectante.

—¡¿Desde cuándo estas ahí?! —exclama asustado el pelirrojo luego de un buen rato. Ella ríe y niega con la cabeza mientras Ronald alza la mirada.

—Llevo bastante rato. Realmente pueden ser serios —entona con sorpresa. Grell arquea una ceja.

—¿Te estas burlando?

—No —camina a la mesa a paso lento— Simplemente quería comentar que me sorprende verlos serios. Es todo.

—Hemos perdido a dos compañeros de recolección, es lo normal estar así, ¿no? —menciona Ronald, recostando su cabeza en la mesa.

Las notas de Eileen 『Undertaker』Where stories live. Discover now